INIGUALABLE LUGAR
Bajo la sombra de un árbol amigo
un cortinado blanco y sillones vacíos,
al fondo el río Uruguay, serpentea con su brío
rodeados de vegetación siempre presente y testigo.Entre verdes que abrazan y otros colores que estallan
la quietud susurra historias del ayer y quizás, del mañana,
en que se mezclan aromas de tierra y añoranza,
donde el tiempo se detiene y el corazón descansa.Con la belleza serena que en este lugar se esconde,
la vegetación abraza al cortinado blanco,
a los pájaros que alegran con su canto,
y a quienes ocupan los vacíos sillones.Malania
Imágenes: Roxana E. S.
CUATRO PAREDES
Bajo el cielo gris
De un frío invierno
La gente duerme.El sol derrite
La escarcha y nieve
Al amanecer.Cuatro paredes
El eco suena
Canta el jilguero.Despierta a todos
¡Hoy es domingo!
Grita el hornero.No hay calendario
Para el jilguero
Cuando hambre tiene.Está en su jaula
Cuatro paredes
Le impiden vuelo.Alguien se acerca
Semillas trae
Contento queda.Poco sediento
Ha tomado agua
Queda saciado.Malania
Imagen: M. Julián T.
ATARDECER ESPECTACULAR
En el atardecer de cielo multicolor,
la luz del sol se filtra tamizada entre las nubes,
pintando el río como un espejo de cristal,
reflejando sombras del bosque a lo lejos.El cielo teñido de tonos cálidos y serenos,
mientras las nubes navegan al compás del viento,
los árboles se estiran hacia el horizonte,
proyectando sus siluetas en el agua quieta.Un aroma vegetal perfuma el aire
mientras el atardecer susurra secretos al río,
que guarda en su reflejo el eco del crepúsculo,
pintando de misterio, en dorado el paisaje.Así se funden la luz y la penumbra,
en el vaivén del día que se despide,
el río espejo guarda los rayos del sol
bajo el lienzo del cielo multicolor.Malania
Imagen: Costanera de la ciudad de Puerto Rico, Misiones Argentina,
sobre Río Paraná, frontera con Puerto Triunfo, Paraguay.
Gentileza de Rosana G. B.ATARDECER BERMELLÓN
Desde temprano un viento frío barría el patio de tierra y silbaba entre las plantas de bambúes. – Es el otoño que está frente a nosotros- dijo ella. El viento se llevaba las hojas secas pero luego las traía de regreso, cambiaba de dirección como queriendo jugar a destiempo.
El sol no se quería ir. La noche se resistía a desplazar al rey e imponer su color azabache. Luego la luna llena y los hogares dentro de las casas se encargaron de iluminar al tiempo que nadie se disponía a dormir esperando el día festivo.
El mismo aire lo anticipaba.
Las calles de la ciudad se iluminaron anticipadamente con guirnaldas de diferentes colores. Ella las había recorrido miles de veces, aun cuando todavía no estaban asfaltadas. Las conocía de memoria tanto así que podía ir a ciegas sin tropezar.
Llevaba el peso de los días anteriores sobre los hombros. Pero nada ni nadie podría opacar poder pasar feliz la fiesta en familia.
Estuvo sentada un rato largo en uno de esos bancos que le traían muchos buenos recuerdos. Aspiró el aire a puro pulmón, se subió el cuello del abrigo, se rodeó su cuello con la bufanda y emprendió el regreso a casa.
Todos estuvieron preocupados hasta que la vieron entrar por el gran portón de madera.Malania
Imagen: R. E. S.
PUENTE COLGANTE
Bajo el manto celeste y el cálido sol,
los rieles serpentean como promesas,
testigos del vaivén de historias milenarias,
susurran secretos al viento,
en cada tramo, una nueva odisea.El bastión del puente, firme y erguido,
sostiene el peso de sueños devenidos,
como guardián de un paso ancestral,
sus arcos susurran al río,
las melodías de un tiempo sin igual.En la unión de acero y piedra,
se entrelazan memorias de antaño,
donde el eco de pasos resonantes,
se funde con el murmullo del agua,
en un abrazo eterno, inquebrantable.Los rieles y el bastión del puente,
dos senderos que en el infinito convergen,
testigos silenciosos del devenir del tiempo,
enlazando destinos con hilos invisibles,
en la tela tejida de la eternidad.Malania
Imagen: R. E. S.
MASCOTA AL SOL
Entre árboles y pasto,
su sombra se desliza,
bajo el cielo soleado
que la brisa acaricia.La medianera guarda
en su sombra, secretos de luz,
mientras ella, exploradora
avanza sin miedo a contraluz.
Sus patas sobre el césped
hacen eco suave,
mientras el día soleado
la envuelve en su clave.En este escenario
de verdor y calma,
la gata se convierte
en musa que se enmarca.
Susurra al viento
sus deseos sin dueño,
bajo el sol que ilumina
su ser risueño.Así la mascota, al sol en día frío,
sus sueños se tejen con un suave rocío.
Entre árboles en la medianera plantados,
la naturaleza y la gata se han encontrado.Malania
Imagen: M.J.T.
ÁRBOLES EN EL DESIERTO
En el desierto
no hay pájaros ni flores.
Agobia el calor.Sobre las ramas
no hay gorriones ni garzas.
Frío el rocío.Bajo el fuerte sol
luciérnagas quejosas
les falta agua.Lejos los trinos
los zorzales no saben
que alegran vidas.Malania
Imagen de la redCALOR DE HOGAR
En la quietud de la noche,
el fuego baila y cruje,
su llama danza en el hogar,
cálido y fiel.
En su resplandor,
el frío se desvanece,
y el alma encuentra abrigo
en su rítmico vaivén.
Las llamas ardientes del hogar,
abrazan las noches heladas
y su luz quiebra la oscuridad
proyectando sombras al pasar.Malania
Imagen: M. J. T.
EL GATO DE MAXI
En la sombra de la noche, un gato azabache nació,
con un andar singular, y una pata menos, así lo halló.
Pero en su ser, la ternura como un río fluía,
era un ser de caricias, en la noche y el día.Entre las sombras danzaba con su singular andar,
con un ronroneo suave, y un brillo en su mirar.
A pesar de su falta, era un ser cariñoso y gentil,
con su amor incondicional, conquistaba el perfil.Hoy acaricia con suavidad, con la pata que le queda,
susurrando secretos de una vida de entrega.
Y en cada rincón oscuro, una luz él lleva,
pues su ternura irradia, sin importar la jornada.Gato negro azabache, nacido con singularidad,
tu falta no define tu grandeza, eso es verdad.
Pues en tus mimos, encontramos la verdadera riqueza,
y en tu amor inquebrantable, hallamos la pureza.Malania
Imagen: M.J.T
EN LA RIBERA DEL RÍO
En la ribera del río, de un atardecer muy bello,
las piedras reposan, en su lecho sereno.
El agua cristalina, refleja el cielo en calma,
mientras el aire susurra, con dulce aroma en el alma.El paisaje se viste, de colores encantados,
con pinceladas de oro, en tonos matizados.
El río canta su canción, melodía sin igual,
acompañado por el susurro del viento en su ritual.Entre luces y sombras, la naturaleza danza,
creando un lienzo vivo, que al corazón alcanza.
Y en este escenario etéreo, donde el tiempo se desvanece,
el alma encuentra reposo, y el espíritu florece.Malania
Imagen propia