• General

    INCANDESCENCIA

    Caminaba por la sombra,
    esquivando la acera del sol.
    No quería que fuera cierto
    lo que sabía era verdad.
    No terminaba de entender
    lo que sería su vida sin él
    porque a su lado se sentía feliz.
    Con sus ojos trémulos la mirada perdida
    en la fosforescencia del horizonte,
    caminaba y respiraba sin prisa
    como para aplacar su pálido semblante.
    La hizo tan pero tan feliz
    cuando provocaba en ella
    que se encendieran y brotaran
    los capullos de su blanco  pecho.
    Horas felices sazonadas
    con cálido sudor malva
    en incandescentes mañanas madrugadas
    o atardeceres en mediodía.
    Ella deseaba que se quedara
    no quería que el momento acabara
    en ese silencio interior
    que se rompía con un ¡¡¡Ah!!!…
    prolongando atardeceres efímeros
    de un amor sin porvenir.
    Pero el presente era tan grandioso
    cuántas veces!…
    al sentir el escalofrío de las brasas atónitas
    en sus pupilas y todo su cuerpo
    cuando en la sombra apenas iluminada
    percibía en su lecho
    la inconfundible fragancia de su amado hombre.
    Imagen propia.
  • General

    RESCATE DE AMOR

     
    El ojal y su botón
    salieron a caminar
    por la playa, por el mar
    muy juntitos a la par.
    De pronto un bío ladrón
    se arrebató al botón y
    el ojal quedó llorando
    la pérdida de su amor.
    “Qué haré yo sin ti botón”
    preguntó sollozando;
    lo buscó meses, días
    tal vez un par de años.
    Perdió memoria del tiempo
    hasta que al fin lo encontró
    calladito en una percha;
    alguien allí lo dejó
    triste, olvidado, sediento
    lleno de polvo el botón.
    Malévolo aquel ladrón
    ¿Qué te ha hecho mi señor?
    Entusiasmado el ojal
    muy pronto lo rescató
    y volvieron a pasear.
    A su casa lo llevó,
    ducha y vapor los cubrió,
    con su calor  lo envolvió
    para no perderlo más
    y en su cálido aposento
    disfrutaron el amor. 
     
    Imagen de la red

  • General

    VENUS

    Diosa del amor,
    enojada con su corazón
    cambió su objetivo y escribió:
    Lejos me iré al caer la tarde
    allá donde el ocaso
    coteja al sol para detenerlo
    donde la primera estrella
    luce hasta el amanecer.
    Lucero del alba
    que siempre está presente
    y no hay nube flotando
    que la oculte
    o la vuelva opaca.
    Es Shu,  Zorya 
    Aurvandil  o Fagua 
    viviente en mitología
    egipcia o eslava
    nórdica o muisca
    como dios, semidios
    o mensajero celestial
    estrella del alba
    o estrella del amanecer
    de otras creencias.
    Stella Maris o estrella del mar
    en la teología católica
     o elfa  Arwen o Undómiel
    de la escritura  sindarin
    mitología escandinava.
    Con tantos nombres
    un viento interior
    vertiginoso la envolvió
    y adormecida en el aire
    por su vida temió.
    Una mano amiga se acercó
    Orión, el Cazador
    en su constelación la refugió
    emocionada su desventura lloró
    pero su elfo la buscó
    y al encontrarla la rescató
    la retornó a su origen
    y nunca más la abandonó.
    Imagen: S. D. V.
  • General

    PARA TI

    Allá está ella,
    navegando
    hacia la luz de la luna
    en busca de su mirada
    bajo el sol sin bruma.
    Allá está ella,
    pronta a desembarcar
    con ansia primaveral
    encontrarlo y estrecharlo
    en abrazo sin igual.
    Allá está ella,
    con mimos acumulados
    sin papel ni seda
    sin capas y sin murallas
    a él serán regalados.

    Imagen propia

  • Poemas

    LUNA

     
    La luna se balancea
    sobre nubes de algodón
    con su vestido de seda
    bordado en oro del sol
    Nubes  blancas y celestes
    y también de otro color
    navegan muy despacito
    atrayendo admiración
    Se duerme la luna blanca
    en cuna de tornasol
    perfumada con narcisos
    siempreviva y girasol
    Despierta la luna llena
    con el canto del gorrión
    de zorzales y calandrias
    se esconde tras el calor
    En pareos satinados
    ella envuelve su candor
    de violetas matizados
    y pétalos de vapor.

    Imagen: J. A. T.

  • Poemas

    TÚ, MI SOL

     
    Silencioso y tímido sol,
    en amanecer perezoso
    entretenido jugaba
    con las nubes de Mahón.
    Desplegó sus rayos
    en nácar vibrante
    las tiñó de violeta
    gris y amarillo
    otras rosas y naranja
    las decoró con su brillo.
    Escogió a una de ellas
    se introdujo suavemente
    recorriendo sus espacios
    más íntimos  dulcemente.
    La cubrió con su calor
    y con arrullo de besos
    la contuvo con abrazos
    la sedujo con amor.
    El cielo cubierto de gris
    se volvió en lágrimas grises
    el sol junto a su nube
    descansó placentero
    muy airoso en su escondite.
     
    Imagen propia.

  • General

    COMODÍN

    Quisiera hacer cantar al sol,

    cubrirme de piedras preciosas

    esconderme en un buque de arena

    dormir hasta que nazcan las rosas

    Desembarcar en el fondo de una nube

    pasear por los agujeros de las sombras

    mientras la lluvia chaparronea

    y pule los estomas.

    Que en vez de labios tenga pico

    en vez de piel, escamas rosas

    en vez de manos, plumas

    y disfrutar  en una llosa.

    Porque…

    Cuando las mentiras son verdades

    y las verdades, mentiras,

    giran en cuadrados no perfectos

    en misteriosas figuras amanecidas

    no tienen crédito, ni verdades ni mentiras.

    Cuando lo que das no alcanza

    y lo que recibes no es nada.

    Cuando la lluvia no es agua

    y el amor se vuelve acuoso.

    Cuando la sonrisa es una mueca

    y la felicidad se vuelve piedra.

    Cuando todo llega a destiempo

    todo oscurece y desaparece,

    detrás de las paredes de hojas …..

    hasta la luz del sol fenece.

    Entonces está ella:

    Comodín válido para la inversa.

    Imagen: C. J. V.

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
  • Poemas

    ESTÁS

     
    Aquí o acá,
    en este preciso lugar
    Hoy o ahora,
    en este momento.
    Estás
    ¿Qué importa
    el dónde o el cuándo?
    Sí estás.
    Entonces
    no existe angustia,
    miedo ni urgencia.
    La lluvia
    rueda por una rendija.
    Un torbellino
    canta su canción preferida.
    El sol abrasa
    cortando el vendaval
    y el aura calma,
    envuelve
    los corazones afligidos.
    Lejos de la civilización,
    nuestras manos
    hablan por sí solas.
    Estás.
     
     
    Imagen de la red. 

  • Poemas

    AUREOLA

     
    Por el bulevar rojizo,
    van las notas románticas, 
    se filtra un compás de triste 
    caminante en melodías. 
    Ella hacía el viaje de ida 
    él emprendía el regreso.
    El fango enturbió la noche 
    adormeció  la alegría, 
    el vergel calló el bullicio 
    de la lluvia sabatina. 
    Los nubarrones despiertos 
    tildan mágica armonía, 
    controvertidas aureolas 
    se entretienen con violetas.
    El sol revirtió su brillo 
    por el ir de contramano 
    en vértices de faroles 
    inclinados hacia abajo, 
    por si los vientos no fueran 
    hacia el norte ni al nordeste. 
    Raro el sigilo éste en vaivén 
    si del frío saliera el sol 
    y del  verano la nieve, 
    como si en cálido día   
    necesitaran abrigos 
    y las mallas y bikinis 
    en trunco tiempo de escarcha.  
    A pesar de todo esto   
    nubes negras se evaporan,  
    las mariposas cantando  
    se perfilan, se decoran,  
    ganan  brisa y viento a favor
    disfrutan  fresas jugosas,
    aromatizando al vuelo
    tan alegre, vaporosas.
     
    Imagen de la red.

  • General

    DEBER Y RECUERDO

    Me desperté de una siesta prolongada, propia de los domingos cuando quedo en casa, y vi que todavía había tiempo. Dispuse mis pertenencias, solo lo necesario, en una pequeña cartera, tomé mi paraguas  y salí a la calle. No era lejos, unas seis cuadras, siempre que sean recorridas correctamente. Sin prestar mucha atención y sorteando charcos y aceras inundadas, tomé una calle equivocada. Caminé unos minutos y tarde me di cuenta que me había alejado el doble. Es un barrio de muchas diagonales y cortadas, por lo que en vez de llegar en diez minutos lo hice en veinte. En el lugar había una fila de unas quince personas. Yo rogaba que el trámite fuera ágil para poder ingresar y no quedar como infractora. A un minuto del cierre de la puerta principal de la oficina policial, por suerte un uniformado dio paso a todos los que estábamos en espera, que a esa hora, eran las dieciocho,  ya había aumentado a más del doble. El trámite duró otros diez minutos. El hecho de vivir a más de mil kilómetros de distancia del domicilio que figura en el documento de identidad, exime de la obligación de emitir sufragio pero sí, hay que informar a las autoridades correspondientes.
    Logrado el cometido, guardé prolijamente el papel dentro de mi cartera, salí del lugar y caminé bajo la lluvia, chapoteando a cada paso. No tenía apuro por volver, así que tomé el sentido contrario del que me había traído. Quería disfrutar del deber cumplido, y recordando que había dicho que no saldría de mi casa hoy, recorrí la misma vereda que aquel día me llevó a encontrarte por primera vez. Continué mi marcha hasta la esquina donde hemos disfrutado de tantos tragos, tú de café  y yo de agua fresca, transparente como tu mirada. Me detuve un segundo para ver si por casualidad te encontraba. Una que otra persona desconocida giró su cabeza observando mi presencia, y proseguí mi travesía. Me crucé a la vereda de enfrente y disfruté del aroma de los árboles del parque, mojados, contentos y erguidos como nunca. Hacía mucho que no llovía en la zona. Sus hojas disfrutaban del baño casi primaveral, y despedían sonrisas en su brillo.
    Así, con las botamangas de los jeans mojados hasta la media pierna, las zapatillas blancas como canoa en naufragio y el paraguas hecho sopa,  volví a casa con mi pecho ensanchado por haber cumplido con mi deber, con el aroma de  tus besos mejilleros en aquella esquina y con el calor de tu mano estrechando las mías. Bello recuerdo.
    Imagen de la red.