ABRAZO GIRASOL
Caminaba girasol por los campos resecos, días enteros y en noches de luna llena, cuando escuchó a una rana y se le acercó.
Siguió su camino lentamente, sus fuerzas flaqueaban. Quería saciar su sed y recuperar su vitalidad.
Caminó detrás del pequeño cuerpo verde que daba saltos y más saltos sin mirar atrás.
Laguna y manantial, esperaban la llegada de sus sedientos visitantes.
Girasol inclinó su cabeza, cerró sus ojos y medio adormecido, sorbo a sorbo humedeció pétalo por pétalo toda su cara marchita.
Cuando reaccionó vio una cara lozana en la laguna, muy parecida a la suya. Quiso sacarla del agua pero la respuesta fue un abrazo. Cuando girasol se ponía en pie, la otra cara se alejaba, así una y otra vez, se acercaba, se fundían en abrazo, se alejaba, se separaba.
Y así en la vida, ella y él. Se acerca, lo abraza, se marcha y ella se aleja.
Es el efecto espejo.
¿Qué habrá sucedido con girasol?
Se quedó a vivir junto a la laguna para poder abrazar a su otra cara en noches de luna llena.
La rana construyó su casita, fueron vecinos y muy buenos amigos.
2 Comentarios
JUAN HERNANDEZ MEZA
Pienso que girasol al final de cuentas reconocio que no estamos del todo solos, siempre un algo nos rodea, incluso nosotros mismos. Se quedo ahi porque ahi lo habia todo, compañia agua, luna, dia, noche…Al final de cuentas se dara cuenta que para valorar la vida primero nos tenemos que valorar a nosotros mismos, si nos auto rechazamos, nunca seremos felices. Bonito cuento, me recordo a Narciso y su novia eco. Saludos amiga.
Malania Nashki
Es así, Juan. Girasol eligió un lugar propicio para vivir dejando atrás quien sabe qué malestares. Lo importante es que tuvo en cuenta a Rana que lo guió en silencio hasta donde había agua, y compartió el vecindario. Nunca quedamos solos, siempre hay alguien que nos tiende la mano aún sin hacer alarde de ello. Gracias por estar y ser siempre tan gentil.