Cuentos,  Relatos

EL DINERO NO ES TODO

Continuación de la Segunda Parte publicada el 06-10-2024

Ya no me volveré a dormir por hoy, creo…

Tercera Parte

Debo también dejar escrito, continuó Rubén, cuál es mi situación actual, en este momento. Luego de haber llegado desde el país del Norte, en Enero del 2020, “escoltado” por dos agentes federales hasta Ezeiza, después de deportarme por una falsa acusación de haber dejado una carta con amenazas que nadie vio, sino por una denuncia de una persona que después pareció haber desaparecido misteriosamente, y de haberme tenido detenido ilegalmente -según normas internacionales, es lo que adujeron- por 3 años, he perdido todo lo que tengo de bienes materiales.
Mi suerte es que, de mi vida anterior en Argentina, quedaron buenos amigos. Uno de ellos me ayudó a vivir con una mínima decencia, y no como yo suponía que iba a dormir en la calle, y comer de beneficencia. Luego me consiguió una casa donde vivir, y hasta aparecieron algunos dólares de los que guardaba antes de que me llevasen detenido a aquel país, que me dio la chance de elegir qué comer, así como pagar por una pieza, un baño, y un espacio para cocina, que ya estaban destinadas a la demolición. Es aquí adonde vivo hoy.
Pero otro amigo, esta vez del exterior, con quien trabajé en aquel país, y también salió de allí con un derrame cerebral hacia su país de origen, Australia, se ofreció a ayudarme. Empiezo a salir de la miseria. Y con esto me alejaré de la gente miserable que puede herirme lo suficiente como para hacerme odiar, y entrar en el ordeñe de emociones de los diablos.
Y sé que me quedan muchos más amigos. Muchos que me conocieron cuando no tenía ni idea de todo esto que me pasó. También algunos de mi familia que están en Tucumán y Salta, con quienes siempre nos hicimos bien, y eso se recuerda.
Ya me queda poco tiempo en este estado. Aprendí qué es lo que está pasando, y eso me hará buscar una puerta hacia la libertad o, al menos, no descuidarme para caer de nuevo en la “granja de ordeñe de los diablos”.
De cualquier manera, debo escribir esto también como catarsis sobre la vida que llevo hoy, y no caer nuevamente, especialmente en la debilidad de tratar de acumular dinero como única motivación. El tema dinero es lo que usan los arcontes (diablos) para corromper a las personas, hacerlos sufrir y odiar, y quitarles esos sentimientos que son su alimento. Me debo recordar la promesa de tener solamente el dinero necesario para vivir, con ahorros para 3 años de vida en forma extremadamente simple. Nada más. Y si entra más dinero que esto, donarlo rápidamente a las entidades que quiero y admiro (como mi querido colegio de Tucumán: el Instituto Técnico). Así me escaparé de cualquier tentación económica, y en consecuencia, a la posibilidad de caer en las manos de los ordeñadores de emociones.
Hoy ya es otro día, para pensar, razonar, meditar, y decidir en cómo hacer para salir hacia la luz. En cómo alejarme o cómo abandonar el mundo de los “arcontes”. Si a veces alguna vaca se escapa del corral de los humanos y puede vivir una vida libre por un tiempo, lo mismo puedo intentar yo.
A veces, y cada vez más, pienso que todo esto va a ser posible si me alejo de todas las partes donde se supone que me puedan encontrar. Esto deberá incluir algo de Argentina, todo ese país de Norteamérica que tanto me hizo sufrir, y también Europa, donde creo está el centro del mal, y que influencian en muchos otros lugares del mundo. Claro, eso es el centro del mal desde “nuestro lado” de la montaña o del Océano. Al otro lado seguramente están los habitantes de otros países como Rusia, China, India por nombrar algunos.  Los demonios no van a dejar de conquistar y alimentarse en ninguna parte del mundo. Pero quizás algún lugar con poca importancia para ellos sea una solución  para mí. Debo seguir intentando buscar ese lugar, y ver cómo llego. Creo que ya estoy entendiendo cómo funciona el sistema de los arcontes, o al menos eso es lo que creo.

Malania

Imagen: propia

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