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ATARDECER DE FUEGO

Allí donde la vida levanta muros
la inteligencia abre una salida.
Posa la naturaleza para el poeta
como la dama para el pintor.
Como en un soplo de fuego
el sol se va despidiendo de un día más.
Después la claridad se vuelve un suspiro
vacía de pensamientos.
El espacio busca la noche
para el descanso de laboriosas manos.
En el aire flotan nubes
que de azules se vuelven grises
para convertirse en negras invisibles
mezclándose con la briza fría
de un silencio cristalino y picaresco.

Imagen: Propia

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