• Prosa Poética

    SOL Y LETRAS

    En mis momentos de ocio aprovechaba para leer y releer sus poemas, sus poesías, cerraba los ojos me llenaba de su aroma.
    Solo aspirando la fragancia de sus letras me sentía feliz, mientras esperaba el momento justo para fotografiar un nuevo amanecer, distinto cada día.
    El sol se peinó en el mar y lo tiñó con su color brillante, mezcla de aire sereno y el eco de la risa de los peces en movimiento, apareándose al compás de las olas.
    Era hora de emprender la caminata. En uno de los surcos, señal del paso de alguna bicicleta madrugadora, un hilo rojo inventando su ausencia.
    Malania
    Imagen propia
                                                                                                                     
  • Prosa Poética

    TODO CONFLUYE

    Convergen,
    la deliciosa copa de helado con crema y frutilla,
    con la mirada melancólica de un niño hambriento.
    El hombre cultiva la tierra y planta árboles,
    pero basta una cerilla encendida
    para envolver el monte en tristeza
    y lloran las aves después de un incendio.
    Corroe el tiempo,
    el indeleble recuerdo
    de un amor que aun somnoliento vibra,
    para sobrevivir en el mismo aliento.
    Se relaja el artista
    y difumina el tinte cromático del manantial
    que el aguacero ha fortalecido
    en una mina de rocas adormecidas.
    Malania
    Imagen: M. J. T.

  • General

    FALSAS PROMESAS

    Y la vida fluye…
    a la espera de alguna sorpresa,
    con adivinos andantes,
    desalmados, ambulantes,
    anunciando decisivos finales
    que atrapan el interés
    de algún desprevenido
    transeúnte triste y afligido. 
                                   
    Malania 

    Imagen de la red.

  • Prosa Poética

    EN BUSCA DE TU PRIMAVERA

    Seguiré el vuelo de las aves, emigrando donde tu primavera florece.
    Iré tras los latidos que agitan mi pecho, a anidar en las ramas de tu corazón.
    Preguntaré a los trigales que visten  la llanura por las huellas de tus pasos que me lleven hasta ti.
    A un costado del camino, un ballet de hojas que hace tiempo su otoño quedó atrás, danzan arremolinadas a mi alrededor para contarme qué cerca estás y mis suspiros como brújula señalan el punto cardinal de tu sonrisa.
    Si el atardecer me encuentra donde el sol bebe de tus aguas, recostaré mis ansias sobre la montaña y llenaré de aire mi espera…recogeré jazmines del cielo, sembraré de caricias tus manos y antes de perderme en tus brazos, mi amor en versos endulzará de besos tus labios.

    Autor: Poeta argentino Patricio Massa

    Imagen: R. E. Ch.

    Imagen: de la red, gentileza P. M.

  • Prosa Poética

    VOY A CAMINAR

    Voy a caminar donde el silencio se esconde,
    donde duerme la risa y la magia se apronta queriendo salir.

    Voy a caminar donde los sueños
    esperan para acompañarme cargando felicidad.

    Voy a caminar donde nos cante el viento
    haciendo danzar las hojas de cada árbol del lugar.

    Voy a caminar donde brille el sol aunque no lo veamos,
    donde las noches regalen su luna y toditas sus estrellas
    pintando sonrisas.

    Autor: poeta uruguayo Miguel Márquez
    Imagen: Malania

  • Poesía

    SOÑAR DE SOÑADORES

    Yerguen las ideas
    bajo el fresco rocío
    desveladas por la música
    que inunda la oscuridad
    en noches de estío.
    Ocultando las palabras
    que callan con desvarío
    por temor a sucumbir
    en aguas cristalinas
    del espejado río.
     La dura soledad
    en penumbrosa vigilia
    aguarda el renacer
    de un poema de amor
    repleto de cariño.
                                                         Malania.
    Fotografía: Lua  T.                                                                                                         
  • Poesía

    DULCE ESPERA

    No está sola,
    pero guarda un secreto.
    ¿Por cuánto tiempo?
    No lo sabe.
    Hasta que su peso aumente,
    hasta que su panza la delate.

    Otra vez el padre ausente
    el negro se atrevió nuevamente,
    a conquistarla o a violarla.
    Nadie atestigua nada.

    Ella espera,
    a su protector, no dueño.
    Lo espera al atardecer
    subida al sillón
    ese que eligió de cama.
    Allí está cómoda
    y lo ve llegar, por la ventana.

    Lo sigue y ronronea,
    como queriendo contar
    lo que le pasa.
    Pero él lo sabe,
    supo que pasaría,
    cuando vio al negro
    rondar por el patio de su casa.

    Ella no contempla al sol,
    solo sabe que hay luz
    porque ya amaneció.
    Tampoco observa a la luna
    cuando al atardecer la mira
    y se desplaza lentamente.

    Parece estar ausente,
    en la dulce espera
    a que llegue el momento.
    ¿Cuántos gatitos serán?
    Tres o más, qué más da.
    Ojalá encuentre gente buena
    que los pueda adoptar.

    Malania
    Imagen: M. J. T. y M. N.



  • Minicuentos

    CAMELIAS VIOLETAS

    Amaneció gris el día
    ideal para no salir,
    encender la salamandra,
    calentar el agua en la pava,
    preparar un buen mate
    y compartir con la abuela,
    que desde muy temprano,
    con agujas entre sus manos
    y lanas de colores,
    entre azul y habano
    muy feliz tejía.
    A su lado dormía
    sobre un cuadrado mullido,
    la gata Petronila.
    La abuela le hablaba
    y Petronila le maullaba,
    como si ambas tuvieran
    un lenguaje diferente.
    Bajo la tenue llovizna
    llamó a la puerta Vicente
    y entre sus manos traía,
    para la abuela un presente.
    Se lo enviaba un caballero
    que de antaño conocía
    es que dijo, no quería
    dejar pasar sin saludar,
    por su aniversario ese día.
    No habrá fiesta, le dijo,
    y Vicente lo sabía,
    con las camelias violetas
    y su gata Petronila
    muy feliz ella se sentía.

    Malania Imagen de la red gentileza de R. G.

  • Relatos

    EL SECRETO

    Con sus 67 años de edad, se sintió persuadido y oprimido. El biotopo lo molestaba, no quería seguir así. Observar los líquenes todos los días lo deprimía, se sentía un simbionte. Esa noche eligió tomar un cóctel de frutas tropicales y se acomodó en el mullido sillón para mirar televisión.  Extraño y con sorna singular, diseñó el proyecto de su vida futura. No iba a correr el riesgo de sufrir un colapso a causa de ese trabajo y del techo que lo albergaba. Esa noche se iría para siempre sin contar a nadie cuál sería su destino. No quería seguir viviendo en esa casa cuya propietaria era su novia, la dueña de todo lo que lo rodeaba.
    Se despertó de madrugada con el televisor encendido. Fue a su habitación y ella no estaba. Tomó su maleta lista para partir y decidido se dirigió a la puerta de frente. Su novia yacía en el piso con pocos signos vitales. Tiró su maleta hacia el interior, corrió a buscar el coche y la trasladó al Hospital. Llegó a tiempo -dijo el cirujano-, su vida no corre peligro, pero tendrá un largo período de recuperación.   
    Su deseo nuevamente fue postergado sin saber hasta cuándo. Ese día la vida le deparó una sorpresa, buena o mala, sorpresa al fin.
           
    Malania
                                                                                                              
    Imagen de la red