Sueño y realidad
marzo 10, 2021
SUEÑO Y REALIDAD
Mientras dormía, una araña de cuerpo pequeño y largas patas, de color rosa brillante, correteaba por el piso mientras tejía su tela entre sillones, mesas, y cuanto mobiliario encontraba en su camino. Maru, mi diminuta mascota color canela, ojos saltones y orejas erguidas, la perseguía. No supe distinguir si la quería ahuyentar o la invitaba a jugar. Yo la corría para pisarla pero el invertebrado depredador se divertía zigzagueando. Su agilidad le salvó su vida.
El canto del zorzal me despertó. Mis piernas tomaron prisa sin igual, no debía perder ni un minuto. La ducha tibia ayudó a despejar mi modorra. En la cocina las burbujas y el vapor del pico de la cafetera indicaban el punto justo del agua para el café. El aire corría diferente, se aproximaba el gran momento. El medidor del tiempo señaló la media mañana. Los minutos se acomodaban desplazándose con pereza de viernes, contrapuestos a mi corazón que latía una vez más con entusiasmo. Y recordé aquella hoja, cuando lejos de ti, navegaba por el mar calmo en tempranero paseo por la playa, hoja que dejó su árbol y tomó el camino naviero hacia el amor, entregándome las caricias que tú me enviabas. ¿Llegará nuevamente ese día para regalármelas, para hacerme sentir que vivo todavía? …mi mente también nadaba.
El tiempo vuela a través del viento, y el amor atraviesa distancias. Allí estabas todos los días. Y ahora mientras quizá mi mascota juguetea con la pequeña araña enredándose en su tela, me aferro a tu cuerpo entrelazando nuestros brazos, vestidos simplemente con la tibieza de la piel.
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2 Comentarios
JUAN HERNANDEZ MEZA
A veces nuestra mente se extravia entre recuerdos, eso me encanta, saludos.
Malania Nashki
Así es Juan, la mente vuela y eso no lo podemos frenar. Saludos