• Poemas

    AMOR IMPOSIBLE

    Hay una parte de mí
    que vive soñando contigo
    pendiente de ti.
    Cada día despierto contigo
    te siento y sonrío,
    estás lejos de aquí.
    Amor increíble
    Amor imposible
    Amor de locura
    Sintiendo sin ti.

    Tu yo, vanidoso
    se burla, altivo,
    se ríe de mí.
    Y cuando llega la noche
    te busco en mis sueños.
    Me duermo en tus brazos
    me siento feliz.
    Tu vida, ajena a mí,
    sin saber lo que siento.
    O, acaso, sabiendo,
    muy lejos de aquí.
    Caricias sin roce,
    latidos pequeños.
    Dibujos sin trazos,
    labios sin carmín.

    Malania
    Poema de El Refugio de la Playa

    Imagen: propia

  • Poemas

    SUSURRO DE AUSENCIA

    Sus ojos lo buscaron
    como quien abraza
    lo que no se puede tocar
    y en una calma agitada
    hablaron el idioma
    que solo podían entender
    el corazón y el alma.
    No hubo palabra
    que no cubriera el vacío,
    ni silencio
    que no presagiara,
    con el eco de los latidos
    un sentimiento oculto.
    El reloj, con un lento tic tac,
    devoró las horas,
    y con la última campanada
    llegó el fin del encuentro.
    En su sonrisa,
    quedó guardada la imagen,
    como un secreto dulce
    que solo el corazón conoce.
    Lo acarició con la mirada
    y sin querer herirlo
    lo estrechó
    en un interminable abrazo.
    Ella lo miró partir
    por el andén del tren
    en aquel largo subterráneo.
    Aún susurra su nombre
    cuando el silencio se hace noche.


    Malania

    Imágenes: Gentileza de A. M. N. y propia

  • Poemas

    MELANCÓLICOS DOMINGOS

     Hoy el café sabe a eco,
    a pasos que no vuelven,
    a mensajes sin enviar.

    La ciudad bosteza lento,
    como si el tiempo dudara
    en avanzar sin ti.

    Hay domingos que no son días,
    sino estados del alma:
    una canción antigua,
    una foto sin filtro,
    una ausencia con nombre.

    Me siento en el borde del sofá
    como quien espera que algo pase,
    aunque sepa que nada pasa
    cuando el corazón está en pausa.

    Hoy los minutos son suaves,
    la melancolía me invade.
    Hoy me abrazo en silencio,
    porque a veces,
    la nostalgia también es compañía.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Poemas

    LABERINTO ESPIRALADO

    Mi mente deambuló perdida   
    por la 9 de Julio y otra avenida.
    Caminé como en laberinto espiralado.
    Nada ya me importaba
    si no encontraba lo que yo buscaba.
    La ausencia y lejanía se presentaban
    como un enigma bajo las estrellas
    esas que yo no veía.
    Ni los destellos de los faros
    mis pensamientos iluminaban.
    Hoy las aureolas son más brillantes,
    hacen nacer corrientes
    de inspiración, como vertidas
    de un manantial transparente.
    De aquella locura inquieta y sin sol,
    esa que mi soledad rondaba,
    no quedan vestigios, hoy no existe.
    Ya no pierdo la consciencia por un amor
    que se devuelve en desamor.
    Ya no me pierdo en el laberinto de la nada,
    si el viento sonrisas me regala,
    me divierten la nieve y la escarcha.
    El rocío fresco de la mañana
    me hace respirar profundo
    llenando mis pulmones de aire puro,
    sin recuerdos amargos.
    El sonar de campanas
    los domingos a la mañana,
    o los días entre semana
    anunciando el Ángelus,
    no me traen nostalgia,
    simplemente me alegran.
    Disfruto de los árboles
    sus frutos maduros y sus flores
    porque hay vida en ellos,
    se expresan con todos sus colores.

    Malania

    Imagen: propia

  • General

    INDIFERENCIA

    De los tantos posibles tropiezos
    que hemos podido tener en la vida,
    sin querer nace la indiferencia.
    Cuántas veces nos golpeamos la cabeza
    ante un amor no correspondido,
    por no poder tomar conciencia,
    con serenidad ante la ausencia
    de atracción y compromiso del otro.
    La apatía se instala sin conciencia,
    el sentimiento de amor vuela y muere,  
    por falta de interés y con frecuencia
    el cuerpo, el alma y todo el ser,
    reaccionan sin rechazo, sin atracción,
    evadiendo  el compromiso y la pasión.
    Pero los días continúan
    y nacen otros sentimientos,
    amor por la vida, por la naturaleza
    con su extraordinaria y milagrosa belleza.
    Como el sol que se integra al río
    para acariciarlo con calor y brillo.
    Como la mascota Kiara
    que disfruta del estar alzada.
    Como el paisaje verde y aromático
    que nos saluda al pasar
    con sus ramas al viento y su canto.
    Como la luna llena
    que ilumina los campos
    y la brisa atardecida y fresca.
    No hay indiferencia,
    hay amor por la vida misma.


    Malania

    Imágenes: Rosana G. B., Roxana E. S., Yoli R. y Jorge T.

  • Cuentos,  Relatos

    MELANCOLÍA

    Omy y su mamá Elyn se iban por el mes de febrero a una cabaña alquilada en la playa mientras Alex se quedaba trabajando y se reunía con ellos los fines de semana.
    Como la mayoría de los maridos de aquel país, presumían de no tomar jamás vacaciones porque eran indispensables en sus trabajos.
    Según Elyn, esposa de Alex, era una expresión más del machismo criollo. ¡Cómo iban a renunciar a la libertad de solteros de verano que podían gozar! Además habría sido mal visto que Alex, que era médico, se ausentara del Hospital durante un mes. Pero su motivo principal, era que la playa le traía malos recuerdos, de cuando vivió muchos meses atendiendo a los refugiados en el campo de batalla y se había propuesto no volver a pisar más la arena.

    Lo que Elyn no sabía era que Alex aprovechaba la soledad de esos días para dar rienda suelta a su melancolía, esa que permanecía en el abismo de sus entrañas, en cada rincón de su cuerpo, esa que se había instalado para -quizás- no abandonarlo jamás. Se le instaló ingenuamente como un huésped descortés. Aprovechaba para fumar cigarros de esos que se fabricaban con hojas y tabaco picado como lo hacía su abuelo, y los llamaba puros.
    Entre las cenizas que caían veía sus anhelos envueltos en historias rotas y un sentimiento de derrota de la vida misma.
    Sentía una presencia callada y en su soledad notas de ausencias.
    Su cuerpo se estremecía al mínimo ruido de aviones y de trenes, que si bien no vivía cerca de las estaciones, según el sentido del viento se escuchaba. Su propia sombra a veces lo asustaba, pero era su compañía junto al sol de los buenos días. A veces le daba impresión de que el tiempo no avanzaba, que estaba detenido en el espacio, sobre todo en las noches de desesperanza, esperando la aurora y el nacimiento de un nuevo día.
    Todo volvía a la normalidad cuando Elyn y Omy volvían a la casa.

    Malania

    Imagen: propia

  • Poemas

    ENTRE TIPAS FLORECIDAS

    Y él se fue,
    entre árboles de flores perfumadas,
    donde el viento tejía memorias
    con hilos de luz en cascada.

    No miró atrás.
    Sus pasos callaban promesas
    que aún en mi pecho temblaban,
    como hojas que no quieren caer.

    El suelo, una alfombra amarilla,
    dibujaba el camino de su despedida,
    y cada hoja era un adiós
    que el otoño guardaba en su partida.

    Subió al tren sin palabras,
    como quien ya ha llorado en silencio,
    como quien se lleva la mitad del cielo
    y deja la otra mitad ni en ruinas ni suspenso.

    Yo me quedé allí,
    bajo los árboles que aún olían a nosotros,
    esperando que el perfume bastara
    para no olvidarlo del todo.

    Y él se fue,
    quizás definitivamente,
    pero su ausencia sigue llegando
    con la floración de tipas y naranjos.

    Malania

    Imágenes: gentileza de mi amiga Mariana. Bs As.

  • Relatos

    ÉL NUNCA LLEGÓ

    Una vez una mujer, con unos años menos de los que hoy tiene, llegó a la terminal de ómnibus de una gran ciudad. Bajó de un micro de larga distancia, tomó su teléfono y marcó un número. Al otro lado, se escuchó el Hola del dueño del móvil al que había llamado. Pero de inmediato se cortó la comunicación. Y a pesar de su infructuosa insistencia, el sonido del contestador no hacía otra cosa que comunicar que la persona con la que intentaba hablar, había apagado su celular. La señora enmudeció, brotándole lágrimas de sus ojos. Permaneció parada un rato frente a una de las escaleras de la terminal, lo necesario como para dar tiempo a que él llegara, la persona a la que había llamado. Pero nunca apareció (ese día) y debió tomar cualquier otro medio para llegar a destino. Con un nudo en la garganta, la señora llegó a destino. Bajó su pesada maleta, la subió escaleras arriba y una vez dentro de su habitación desempacó lo necesario como darse una ducha y salió a caminar. Caminó las calles de la ciudad con sus ojos nublados y la mente en blanco, hasta conseguir un poco de calma y serenidad. Ese día la mujer hubiese sido Feliz si escuchaba que alguien que ella tanto amaba, le dijera aunque sea Te Quiero.

    Malania

    Imagen Propia

  • Poesía

    BESOS EN EL CAMINO

    BESOS EN EL CAMINO

    AUSENCIA

    Quizá por orgullo,
    tal vez por dolor,
    que me duele el alma,
    y también mi corazón.

    Me sonríe tiernamente
    tu corazón cristalino.
    Mi corazón empañado,
    siembra besos en el camino.

    Te esperaré por siempre,
    a través del horizonte,
    o en las nubes azules,
    que van del sur hasta el norte.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    TU AUSENCIA

    Me preocupa,
    me pone triste,
    tu prolongada ausencia.
    Extraño tus caritas…
    de alegría, de gruñón,
    sonrojadas, corazón…

    ¿Dónde estás estrella mía?
    ¿Dónde estás, que no te veo?
    Se ha nublado hoy el día,
    tal vez ¿será por eso?

    No quisiera verte triste.
    Tu alegría me contagia,
    me ilumina, me da vida
    en mi cielo, te cuidaría.

    Vientos que vienen y van
    me hablan de tu silencio
    de tu soledad ignota,
    de tu dulce majestad.

    Te quiero más cada día,
    te reclaman mis espacios,
    cuando faltan tus abrazos.
    Vuelve pronto, vida mía.

    Malania

    Imagen: de la red.