LABERINTO ESPIRALADO
Mi mente deambuló perdida
por la 9 de Julio y otra avenida.
Caminé como en laberinto espiralado.
Nada ya me importaba
si no encontraba lo que yo buscaba.
La ausencia y lejanía se presentaban
como un enigma bajo las estrellas
esas que yo no veía.
Ni los destellos de los faros
mis pensamientos iluminaban.
Hoy las aureolas son más brillantes,
hacen nacer corrientes
de inspiración, como vertidas
de un manantial transparente.
De aquella locura inquieta y sin sol,
esa que mi soledad rondaba,
no quedan vestigios, hoy no existe.
Ya no pierdo la consciencia por un amor
que se devuelve en desamor.
Ya no me pierdo en el laberinto de la nada,
si el viento sonrisas me regala,
me divierten la nieve y la escarcha.
El rocío fresco de la mañana
me hace respirar profundo
llenando mis pulmones de aire puro,
sin recuerdos amargos.
El sonar de campanas
los domingos a la mañana,
o los días entre semana
anunciando el Ángelus,
no me traen nostalgia,
simplemente me alegran.
Disfruto de los árboles
sus frutos maduros y sus flores
porque hay vida en ellos,
se expresan con todos sus colores.Malania
Imagen: propia
INDIFERENCIA
De los tantos posibles tropiezos
que hemos podido tener en la vida,
sin querer nace la indiferencia.
Cuántas veces nos golpeamos la cabeza
ante un amor no correspondido,
por no poder tomar conciencia,
con serenidad ante la ausencia
de atracción y compromiso del otro.
La apatía se instala sin conciencia,
el sentimiento de amor vuela y muere,
por falta de interés y con frecuencia
el cuerpo, el alma y todo el ser,
reaccionan sin rechazo, sin atracción,
evadiendo el compromiso y la pasión.
Pero los días continúan
y nacen otros sentimientos,
amor por la vida, por la naturaleza
con su extraordinaria y milagrosa belleza.
Como el sol que se integra al río
para acariciarlo con calor y brillo.
Como la mascota Kiara
que disfruta del estar alzada.
Como el paisaje verde y aromático
que nos saluda al pasar
con sus ramas al viento y su canto.
Como la luna llena
que ilumina los campos
y la brisa atardecida y fresca.
No hay indiferencia,
hay amor por la vida misma.
MalaniaImágenes: Rosana G. B., Roxana E. S., Yoli R. y Jorge T.
MELANCOLÍA
Omy y su mamá Elyn se iban por el mes de febrero a una cabaña alquilada en la playa mientras Alex se quedaba trabajando y se reunía con ellos los fines de semana.
Como la mayoría de los maridos de aquel país, presumían de no tomar jamás vacaciones porque eran indispensables en sus trabajos.
Según Elyn, esposa de Alex, era una expresión más del machismo criollo. ¡Cómo iban a renunciar a la libertad de solteros de verano que podían gozar! Además habría sido mal visto que Alex, que era médico, se ausentara del Hospital durante un mes. Pero su motivo principal, era que la playa le traía malos recuerdos, de cuando vivió muchos meses atendiendo a los refugiados en el campo de batalla y se había propuesto no volver a pisar más la arena.Lo que Elyn no sabía era que Alex aprovechaba la soledad de esos días para dar rienda suelta a su melancolía, esa que permanecía en el abismo de sus entrañas, en cada rincón de su cuerpo, esa que se había instalado para -quizás- no abandonarlo jamás. Se le instaló ingenuamente como un huésped descortés. Aprovechaba para fumar cigarros de esos que se fabricaban con hojas y tabaco picado como lo hacía su abuelo, y los llamaba puros.
Entre las cenizas que caían veía sus anhelos envueltos en historias rotas y un sentimiento de derrota de la vida misma.
Sentía una presencia callada y en su soledad notas de ausencias.
Su cuerpo se estremecía al mínimo ruido de aviones y de trenes, que si bien no vivía cerca de las estaciones, según el sentido del viento se escuchaba. Su propia sombra a veces lo asustaba, pero era su compañía junto al sol de los buenos días. A veces le daba impresión de que el tiempo no avanzaba, que estaba detenido en el espacio, sobre todo en las noches de desesperanza, esperando la aurora y el nacimiento de un nuevo día.
Todo volvía a la normalidad cuando Elyn y Omy volvían a la casa.Malania
Imagen: propia
ENTRE TIPAS FLORECIDAS
Y él se fue,
entre árboles de flores perfumadas,
donde el viento tejía memorias
con hilos de luz en cascada.No miró atrás.
Sus pasos callaban promesas
que aún en mi pecho temblaban,
como hojas que no quieren caer.El suelo, una alfombra amarilla,
dibujaba el camino de su despedida,
y cada hoja era un adiós
que el otoño guardaba en su partida.Subió al tren sin palabras,
como quien ya ha llorado en silencio,
como quien se lleva la mitad del cielo
y deja la otra mitad ni en ruinas ni suspenso.Yo me quedé allí,
bajo los árboles que aún olían a nosotros,
esperando que el perfume bastara
para no olvidarlo del todo.Y él se fue,
quizás definitivamente,
pero su ausencia sigue llegando
con la floración de tipas y naranjos.Malania
Imágenes: gentileza de mi amiga Mariana. Bs As.
ÉL NUNCA LLEGÓ
Una vez una mujer, con unos años menos de los que hoy tiene, llegó a la terminal de ómnibus de una gran ciudad. Bajó de un micro de larga distancia, tomó su teléfono y marcó un número. Al otro lado, se escuchó el Hola del dueño del móvil al que había llamado. Pero de inmediato se cortó la comunicación. Y a pesar de su infructuosa insistencia, el sonido del contestador no hacía otra cosa que comunicar que la persona con la que intentaba hablar, había apagado su celular. La señora enmudeció, brotándole lágrimas de sus ojos. Permaneció parada un rato frente a una de las escaleras de la terminal, lo necesario como para dar tiempo a que él llegara, la persona a la que había llamado. Pero nunca apareció (ese día) y debió tomar cualquier otro medio para llegar a destino. Con un nudo en la garganta, la señora llegó a destino. Bajó su pesada maleta, la subió escaleras arriba y una vez dentro de su habitación desempacó lo necesario como darse una ducha y salió a caminar. Caminó las calles de la ciudad con sus ojos nublados y la mente en blanco, hasta conseguir un poco de calma y serenidad. Ese día la mujer hubiese sido Feliz si escuchaba que alguien que ella tanto amaba, le dijera aunque sea Te Quiero.
Malania
Imagen Propia
BESOS EN EL CAMINO
BESOS EN EL CAMINO
AUSENCIA
Quizá por orgullo,
tal vez por dolor,
que me duele el alma,
y también mi corazón.Me sonríe tiernamente
tu corazón cristalino.
Mi corazón empañado,
siembra besos en el camino.Te esperaré por siempre,
a través del horizonte,
o en las nubes azules,
que van del sur hasta el norte.Malania
Imagen propia
TU AUSENCIA
Me preocupa,
me pone triste,
tu prolongada ausencia.
Extraño tus caritas…
de alegría, de gruñón,
sonrojadas, corazón…¿Dónde estás estrella mía?
¿Dónde estás, que no te veo?
Se ha nublado hoy el día,
tal vez ¿será por eso?No quisiera verte triste.
Tu alegría me contagia,
me ilumina, me da vida
en mi cielo, te cuidaría.Vientos que vienen y van
me hablan de tu silencio
de tu soledad ignota,
de tu dulce majestad.Te quiero más cada día,
te reclaman mis espacios,
cuando faltan tus abrazos.
Vuelve pronto, vida mía.Malania
Imagen: de la red.
SU PRESENCIA
Siempre me sorprende cuando lo veo
y la sorpresa se convierte en alegría,
entre palabras y de la nada se aparece…
y del modo sublime que la luz pinta colores
en lo tenue de un amanecer en calma,
como el de ayer, como el de hoy…
cuando mi existencia busca un sentido
para seguir viviendo entre frases
y versos que nacen del alma.
Pasa el día…
y la agonía de la tarde imprime
en el celeste cielo, diminutos agujeros,
entre nubes blancas aparece
y una pizca de él
da presencia a mis vacíos de ausencia
y enciende luceros que guían mi alma.
Habrá miles que se le asemejan…
pero cuando lo veo ahí,
plasmado en un escrito, entre palabras
que no me dicen nada y me dicen todo,
toda la gente me resulta indiferente.
Pero si él un día, por razones ajenas
a mis deseos fervorosos, no apareciera,
los amaneceres perderían sus colores,
si ya no pudiera despertar pensando en él,
las mañanas se volverían insulsas y monótonas
y las tardes dejarían que las noches
se convirtieran tenebrosas, sin estrellas.Malania
Imagen: Propia
TE ESPERÉ
Te esperé cuando ya dejé de verte,
le hablé al viento en mi soledad porque volvieras.A Dios en mis oraciones, pedí por ti,
te soñé aún despierto guardando mis palabras.Te esperé parado en la esperanza,
vi la noche y el día hacerse largo sintiendo tu ausencia.Te llamé pero mi voz no escuchaste, perdiéndose en desilusión.
Te esperé y aún sigo esperando aunque sé no volverás,
mis lágrimas lentas van perdiéndose en la tristeza
dibujando una sonrisa rara sin haberte dicho adiós.Autor: Miguel Márquez
Imagen: Propia (Malania)
HUELLAS
Hay huellas tan profundas que por siempre en el alma, quedan grabadas.
Hay huellas tan cálidas que su calor en el corazón perdura, y con el transcurrir del tiempo, inalterable se mantiene la temperatura.
Hay huellas tan significativas que son amor y origen, Universo y destino.
Hay huellas que marcan la diferencia entre lo auténtico y lo insignificante.
Hay huellas que marcan un antes y un después del instante en que el tiempo quedó paralizado.
Hay huellas que son eterna plenitud, destellos de luz que iluminan la memoria olvidada.
Hay huellas tatuadas en tinta escarlata, latidos del corazón, memoria en la piel,
caricias para el alma.
Huellas de invisible apariencia, éxtasis de amor que alimenta el corazón desde la mirada enamorada.
Hay huellas indestructibles por el tiempo y la distancia, marcas indelebles que en el tiempo permanecen inmutables.
Hay huellas que avivan sentimientos y despiertan nostalgias, tesoros sagrados, tangibles y latentes que el corazón guarda.
Hay huellas con fragancias especiales que únicas en su esencia las hacen, huellas que en la noche despiertan del letargo, empapando sábanas de ausencias y añoranzas, de sueños ardientes, de eterna presencia, de nuevas realidades.Autora: Escritora española, Marina Collado Prieto
Imagen: de la red y gentileza de Ricardo G.