• Poemas

    SORTEANDO MURALLAS

    Ella quiso decirte amor,
    que quiso decir Amor;
    pero no, no se atrevió;
    es que hubo muchos
    murallones escondidos;
    y hoy recordando dice:
    “En el laberinto de la vida
    halló una senda en colina.
    Un entramado nevado
    sedujo sus sentidos callados.
    Con diferente mirada
    vio el brillo de sus hebras.
    Su sonrisa iluminada
    al camino lo hizo rosa.
    El entusiasmo no tardó
    y se sintió muy dichosa.
    Siguió su curso el andar
    y pudo el cariño encontrar.
    Días ralos de la agenda
    iban desapareciendo.
    Y  la ausencia se notó
    con vientos que iban surgiendo.
    Cuando el agua desbordó
    el camino se hizo opaco.
    Y por obras del destino
    barreras aparecieron.
    El amor que iba en camino
    se detuvo en una brisa,
    porque si se daba prisa
    podría estampar su cara
    contra una de esas murallas
    del destino, desplegadas.
    Y como nada es eterno
    sobrevino la alegría
    sus corazones latieron
    a la par y en armonía.
    Sin exacción ni molduras
    en dispar algarabía
    entrelazaron su dedos
    se estrecharon en abrazos.
    Ella dibujó senderos
    sobre su espalda muy tibia
    con sus labios entreabiertos.
    Él le regaló sonrisas
    y con encuetados dedos
    humedecidos círculos.
    Ella, encelada por dentro.
    Él silencioso y calmo.
    Y sin medición del tiempo
    exhaustos en infinito
    disfrutaron sin destiento.”
    Imagen de la red.
  • Poemas

    LETRAS DE INVIERNO

    Vientos gélidos y furiosos,
    golpeaban los cristales de las ventanas
    como queriendo refugiarse
    en el ambiente cálido,
    para no empaparse
    con gotas de agua y escarcha.
    Ella parecía no escuchar,
    inmersa entre las páginas
    de algún libro preferido
    o en letras y palabras sueltas
    escritas al azar
    por algún autor desconocido.
    Resurgían emociones,
    afloraban vivencias
    volando en una nube de sueños.
    Lo importante era continuar,
    no estancarse,
    no quería bajar los brazos
    aunque no tuviera planes futuros.
    En sus nocturnas pausas
    lo veía cercano
    restregando sus manos frías.
    Recordaba sus letras, sus ademanes,
    sus gestos y su sonrisa.
    “No tengo frío” decía
    y ella lo estrechaba fuertemente.
    Hoy todo es diferente en su ausencia
    y ella sigue inmersa
    en las páginas de algún libro,
    entre sus letras y palabras sueltas
    o en alguna de sus poesías.
                                                 
    Imagen: R. E. Ch.
  • Poemas

    ILUSORIA MAGIA

    Las olas se coronan de espuma,
    y las gaviotas se precipitan
    para ganar espacio.
    Ondulan bajo el viento
    los melancólicos ratos libres
    y al ritmo de los impulsos
    solloza el canto monótono del mar.
    Quizás ella buscaba lo inalcanzable
    y lo que ha sido,
    permanece a lo lejos sumergido
    en el silencio escondido
    entre hierbas y ramas secas.
    Con aventurada e ilusoria magia
    fluctúan adormilados
    los colores de un cielo azul
    aun no estrellado.
    Ella se arropa en la nostalgia de su ausencia.

    Imagen: J. A. T.

  • Poemas

    REMOLINO

    Late en el infinito,
    un remolino silencioso,
    sin rumbo
    y sin nombre alguno.
    Se refleja en la luna
    que sale de día a destiempo
    plagada de ausencias
    y absurda inocencia.
    Regresa, trota y escapa,
    se pliega en la nada
    hasta desvanecerse
    en la memoria de tu cuerpo.

    Imagen de la red.

  • General

    AZARES

    Su inmovilidad en la que había permanecido todo el tiempo desde que llegó, se acababa de romper. Allí, recostado primero contra el fondo de las nubes, estaba moviéndose como si en vez de andar se deslizara sigilosamente. Los jirones de nubes negras fueron desapareciendo lentamente. Parecía contar con una fatiga general. No llevaba alabardas ni arcabuces, prefirió convertir el lugar en un paraíso a pesar de la ausencia de su hurí. Decidido salió a navegar de bolina exhibiendo su elegancia y eficacia en su acometido. En medio del mar calmo y por determinación de los azares de la vida, pudo acabar de leer “Los Cuatro Vedas” 

    Imagen de la red

  • Poemas

    DE AUSENCIAS

    Quise respirar otro aire,
    palpitar otro ritmo,
    me hacías falta,
    tu ausencia se notaba.
    Viajé a las Lomas
    y tardé más de la cuenta.
    Estuve en París,
    visité Roma,
    también Pekín.
    Aterricé en Dinamarca,
    luego en Yakarta.
    Me asomé por mil ventanas,
    de día y de noche,
    en Berlín y en Atlanta,
    siempre buscándote
    y no te encontré.
    Fui a Recife y Abiyán,
    a Brasilia y a Montreal,
    tampoco te encontré.
    Pronuncié mil veces tu nombre
    pero todo fue en vano
    nadie entendía mi idioma.
    Calculé que estarías en Belgrano
    o en Ho Chi Minh,
    en Chicago o en San Martín,
    tal vez en Milán o en Saavedra,
    quizás en San Juan o en Atenas.
    Y a mi pesar,
    aunque hablé y hablé
    la misma lengua,
    nadie me entendió
    y no pude hallarte.
    Imagen: G. F. T.
  • Poemas

    VESTIDO DE TORNASOL

    VESTIDO DE TORNASOL

    Asoma al ritmo del mundo
    con vigorosa naturalidad
    envuelto en ruborizado plumaje
    reflejando el admirable paisaje.
    Con distinguido rumbo
    se proyecta en vuelo
    de los misterios escondidos
    hacia las nubes azules
    que me hablan de tu ausencia.

    Imagen: Gentileza de R.E.Ch.

  • Poemas

    EL BANCO VACÍO

    Algo no se ha ido aún,
    ni el sonido del incendio lo devora.
    Se instaló en la intemperie de tu ausencia,
    en un banco vacío que te espera.
    Las flores amarillas se expresan
    a través de su dulce perfume,
    y el viento lo transporta en caricias,
    a través de la distancia,
    salvando errores,
    desatando nudos,
    soltando el silencio,
    para anclar en la sombra de un gran puerto.
    La lluvia revive
    la esperanza de nuevas flores.

    Imagen: A.M.N.

  • Poemas

    AL DESPUNTAR EL DÍA

    Estás presente en las mañanas.
    Las nubes de tu ausencia me hablan,
    y el sol palidece en la distancia. 
    La atmósfera se carga de humo, 
    los motores de los yates se encienden
    para partir quién sabe adónde,
    y en concordancia, rompen el silencio. 
    Los peces bailotean
    bajo el agua cristalina y calma,
    tan así como tu  mirada al amanecer, 
    y los olores que despiden
    las hierbas tiernas y los camalotes
    me recuerdan a Venus, Júpiter
    o quizás
    a nuestro planeta, 
    al que todavía 
    no le hemos encontrado un nombre.

    Imagen: Amanecer en Mahón.

  • Poemas

    QUÉ NOCHE!

     
    Se han instalado en mi alcoba
    la serenidad del silencio,
    la amargura de tu ausencia,
    la crudeza de la lluvia.
    Y en vigilia la paciencia
    quiere celebrar una fiesta.
    Invitará al rosedal
    de tu inconfundible perfume,
    al positivismo de tu ciencia,
    a la suavidad de tus manos,
    y a la fortaleza de tus piernas.
    Para que en conjunto me regalen:
    besos interminables,
    sonrisas cálidas, tentadoras
    miradas excitantes, insinuadoras,
    muchísimas caricias tiernas,
    acogedores e infinitos abrazos.