DÍA DEL VECINO
11 de Junio
El 11 de junio se celebra en Argentina el Día del Vecino.
Se originó en el año 1959 por iniciativa de Romeo Raffo Bontá – defensor de la importancia de la vida comunitaria y de los lazos vecinales- junto con un grupo de vecinos del barrio de Villa del Parque, decidió instaurar una jornada dedicada a resaltar la importancia de los vecinos y su rol en la construcción de una mejor convivencia y comunidad.
Como evidencia de su influencia, una de las plazas de Villa del Parque en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.Info e imagen de la red.
COMODORO
Muchos edificios grises
bajo un cielo lleno de matices.
Los grises bajan hasta el suelo,
los naranjas y amarillos
iluminan el cielo.
Comodoro Rivadavia
ciudad por muchos amada,
la recuerdan desde su infancia
con días ruidosos y noches calladas.
Tal vez por algunos odiada
por no haberles dado todo,
con infancias poco felices
en inviernos fríos y voz quebrada.
Mi visita a Comodoro,
una agradable experiencia,
un objetivo sin mucha ciencia,
viaje en grupo que hoy añoro.Malania
Imagen: Gentileza de Gaby
UNIENDO DESTINOS
Un puente viejo cruza el arroyo Mboi Ka´é
testigo eterno de sueños de ayer.
El sol se alza con destellos dorados,
pintando de luz los rincones olvidados.La ciudad despierta, bullicio y risa,
bajo el hechizo que el día desliza.
Sus calles murmuran historias pasadas,
mientras el puente vigila, sereno, las aguas.Arroyo que canta, arroyo que llora,
llevando secretos de horas y auroras.
El puente respira, un gigante de piedra,
uniendo destinos en su noble entrega.Malania
Imagen: Roxana E. S.
CIUDAD AMADA
Nací en esta tierra tucumana,
ciudad que amo, que me vio crecer,
con sus calles que cuentan historias
y su gente, siempre dispuesta a volver.Al fondo, el cerro, guardián sereno,
muestra su silueta bajo el sol del mediodía,
y en su cima, un susurro de viento
acaricia recuerdos, como una melodía.Los árboles en la plaza,
testigos del paso de los años,
bajo su sombra me pierdo,
mientras el tiempo se hace lejano.Ciudad que amo, tierra de mis sueños,
en cada rincón guardas una huella,
y al fondo, los árboles, el cerro,
y yo, eterno amante de tu belleza.Malania
Imagen: Rubén E. Ch.
ÉL NUNCA LLEGÓ
Una vez una mujer, con unos años menos de los que hoy tiene, llegó a la terminal de ómnibus de una gran ciudad. Bajó de un micro de larga distancia, tomó su teléfono y marcó un número. Al otro lado, se escuchó el Hola del dueño del móvil al que había llamado. Pero de inmediato se cortó la comunicación. Y a pesar de su infructuosa insistencia, el sonido del contestador no hacía otra cosa que comunicar que la persona con la que intentaba hablar, había apagado su celular. La señora enmudeció, brotándole lágrimas de sus ojos. Permaneció parada un rato frente a una de las escaleras de la terminal, lo necesario como para dar tiempo a que él llegara, la persona a la que había llamado. Pero nunca apareció (ese día) y debió tomar cualquier otro medio para llegar a destino. Con un nudo en la garganta, la señora llegó a destino. Bajó su pesada maleta, la subió escaleras arriba y una vez dentro de su habitación desempacó lo necesario como darse una ducha y salió a caminar. Caminó las calles de la ciudad con sus ojos nublados y la mente en blanco, hasta conseguir un poco de calma y serenidad. Ese día la mujer hubiese sido Feliz si escuchaba que alguien que ella tanto amaba, le dijera aunque sea Te Quiero.
Malania
Imagen Propia
LUNA LLENA RODEADA DE AGUA
Miro las vías del tren y veo como los rieles se alejan y se juntan (o no), y se pierden entre el verde bosque. Y a ese tren que carga muchas alegrías, sonrisas que nunca se olvidan. Lo he vivido.
Pero también están aquellas facciones endurecidas con sonrisas de hielo, con muecas de desprecio, al ver a los que están felices. Tienen latente en su interior sueños destruidos quizá por una vulgar rutina o por falta de tiempo para hacer lo que quieren, en una ciudad gris a sus ojos repleta de almas que lo condenan. Y así destruyen sus sueños viviendo en una jungla de lamentos, lucha enfermiza, que por envidia hacia los demás, no le dejan ver ni siquiera la belleza del paisaje por la que está atravesando el tren de la vida. Tiñen los días de sol con la amarga bruma de una tormenta. Y no ven ni siquiera esa hermosa luna llena rodeada de agua que anuncia una lluvia refrescante para los que tanto la esperan.Malania
Imagen: Propia
AMOR SIN FRONTERAS
Allá por el año 2007 leí este artículo, y fue tan grande mi alegría y mi emoción, que decidí compartirla.
“Amor sin fronteras”
“Esta escena apenas representa un sector teñido de celeste y blanco. Pero la imagen se repitió por todo el estadio Camp Nou, que registró una multitudinaria presencia de simpatizantes argentinos que desde distintas ciudades de Europa se trasladaron hasta Barcelona para seguir al equipo de Pekerman. No faltaron banderas ni camisetas, por ejemplo de River, Boca, Estudiantes, Banfield, Newell´s y Rosario Central, que hasta tiene una peña en la ciudad condal denominada Club Central de Catalunya”.
Info e imagen de la red.
VIAJE DE SUEÑOS
En un bosque, en el campo o en la ciudad,
no hay lugar donde no habiten sueños,
esos que navegan en silencio,
entre las flores y frutos de árboles,
entre grandes matas de arbustos
o de hierbas aromáticas
O viajan en vagones sobre rieles y durmientes
mientras se observan maravillosos paisajes.
No hay lugar mejor o peor para soñar,
cualquiera es apropiado,
lo importante es no dejar de soñar.Malania
Imágenes propias
NO LO ABANDONES
El sol se apodera del entrelazado asfalto que une mi casa con la tuya, con la de ella, con la de él.
A mediodía quema los pies descalzos de las mascotas perdidas.
Ya no les quedan sueños solo lamentos de un caminar sin fin.
Buscan comida entre las bolsas de residuo que los vecinos dejan en los canastos.
Pedazos de pan, restos de carne en huesos del asado del domingo, o del puchero de cualquier mediodía.
Entre rejas miran hacia adentro para ver si algún alma solidaria le tira un poco de comida fresca.
Con pena se alejan buscando la sombra de algún árbol y un poco de agua que algunos buenos vecinos dejan a propósito para que ellos sacien su sed.
Otras veces se alegran moviendo la cola en agradecimiento por la comida fresca que alguien les ofrece. Pero no se quedan, siguen su camino entre muros de cemento y agrios silencios.
Es la rutina de perros (no tanto de gatos), que luchan por subsistir.
Han nacido en algún lugar, alguien los habrá criado desde pequeños, o quizás desde temprana edad, han sido abandonados por los que fueron sus dueños. Los dejaron en un yuyal, en un descampado, o en algún lugar soleado y con asfalto caliente. Quién sabe. Nunca han tenido ni siquiera una caja de cartón con un pedazo de trapo viejo donde poder dormir los días de invierno. Ni un oso de peluche para jugar como muchos perros tienen. Han nacido y crecido en una cuna de lamentos: “no te quiero”, “no tengo tiempo para cuidarte”, “no tengo comida para darte, el presupuesto no alcanza”. O lo que es peor: “no te me acerques”, “sal de aquí, hueles mal”, y tantas otros pretextos para no aceptar a estas “criaturas” o animales, como mejor te quede llamarlos. No saben hablar, no saben pedir ni quejarse, se comunican con su mirada cuando están tristes o enfermos, o cuando necesitan algo, y con el batir de sus colas cuando están alegres.
Y en estos transitados trayectos les duele la vida, les quema el desánimo al caminar por el asfalto caliente en busca de comida y agua.
Si cada uno de nosotros se apiadara de ellos, al menos colocando recipientes con agua fresca, que podemos cambiar todos los días, y algún pedazo de pan o restos de comida fresca, no pasarían hambre ni sed. Ellos no tienen la culpa de haber nacido o de haber sido abandonados.Y si en tu barrio o ciudad no has encontrado a ninguna de estas mascotas callejeras, eres afortunado de que no te duela el alma por verlos sufrir.
Malania
Imagen: propia. Es de un perro que apareció en el lugar y le brindaron refugio.
DE FIESTA LOS SENTIDOS
El aroma dulce de la crema
de las medialunas y el café,
con el sabor perfecto,
y la vista contemplativa
de los altos edificios,
hicieron que sus sentidos
estuvieran de fiesta.
De a ratos sentía
que sus pies no pisaban tierra firme,
sino que lo hacía sobre nubes o algodones.
Tenía la sensación de que flotaba.
La ciudad ruidosa pero bonita, tenía
esos regalos para sus habitantes:
calles con adoquines, árboles gigantes
parques con mucho verde y flores.
Con ojos cristalinos por la emoción
andar por los mismos lugares
le causaba fuertes y extrañas sensaciones.
No fue una idea descabellada
visitar Buenos Aires una vez más.Malania
Imagen: de la red