• Poesía

    EN SUS QUINCE AÑOS

    PARA MIA

    De parte de su abuela, con todo mi amor

    Han pasado muchas lunas, muchos soles,
    el tiempo no se ha notado entre canciones y colores.
    De repente, quince años —¡qué misterio tan callado!—
    y mi niña se ha hecho grande, sin que el tiempo haya avisado.

    Eres risa en la mañana, luz serena en el andar,
    una mezcla de ternura con el fuego de soñar.
    A veces callas bajito, con mirada de universo,
    otras, el mundo se alegra cuando ríes sin esfuerzo.

    Entre libros y voleibol, vas dejando tu señal,
    con coraje y con dulzura, con cariño sin igual.
    Buena hija, buena amiga, con tu corazón abierto,
    el amor que tú regalas siempre vuelve, siempre es cierto.

    Hoy tus quince son un canto, una flor que va a brotar,
    un camino que comienza con promesas de brillar.
    Y aunque crezcas y te alejes, lleva siempre en la memoria
    que este amor que yo te tengo… es eterno, es tuyo, es gloria.

    Estoy segura que desde el cielo
    tu abuela y tus abuelos sonríen al verte brillar,
    orgullosos de tu esencia, de tu forma de amar.
    Y yo, desde aquí cerquita, te abrazo con emoción,
    porque verte crecer, Mía, es mi mayor bendición.

    Sigue siendo buena hija, buena hermana, buena amiga,
    no dejes que el mundo apague esa luz que hay en tu vida.
    Sé valiente, sé tú misma, con tu alma generosa,
    que quien ama siempre encuentra la vida hermosa.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Relatos

    MASCOTA OBSERVADORA

    El aire del ambiente me transmite una sensación de calma y curiosidad. La mascota de mis nietas, Kiara, como una especie de guardiana, observa en silencio las luces del otro lado del río. Tal vez se siente atraída por el brillo distante, pero también mantiene una distancia tranquila, como si estuviera reflexionando sobre lo que ve.
    Con sus ojos fijos en una lancha, parece captar cada pequeño movimiento del agua, como si pudiera predecir lo que sucederá a continuación. Su concentración es total, y su aguda percepción la hace estar siempre un paso adelante. Al seguir la lancha con interés, parece como si quisiera entender su destino, como si fuera parte de un misterio que ella sola debe resolver.
    La lancha comienza a alejarse lentamente, y la mascota, que nunca se equivoca, intuye que hay algo más en esa travesía. Tal vez siente que la lancha se dirige hacia un lugar desconocido, o quizás presiente un cambio en el viento, una alteración en el agua… Algo está por suceder, pero, ¿qué será? ¿La lancha llegará a su destino sin contratiempos, o algo la hará detenerse?
    La perra sigue observando, y en ese instante, podría ocurrir algo que cambiará todo: tal vez un giro inesperado en el río, o una luz que parpadea y alerta a la mascota de que no todo es lo que parece. ¿Qué crees que ocurrirá?

    Malania

    Imágenes: Rox E. S.

  • Poemas

    SOMBRA DE NUBE Y FUEGO

    Las nubes se alzan, suaves y lentas,
    dibujan sombras que la brisa lleva,
    mientras los rayos de sol, presentes, vibrantes,
    se cuelan entre palmeras, en un baile constante.

    Una nube, curiosa y sabia, toma forma de animal,
    de espaldas, gigante, mirando hacia el mar.
    De su boca surge en soplo, vapor caliente,
    como un suspiro del cielo, secreto y latente.

    El mar susurra en su azul profundo,
    reflejo del cielo celeste, inmenso y sereno,
    y al atardecer, el horizonte se tiñe de fuego,
    un cuadro de luz que calma el alma, lleno de misterio.

    Malania

    Imágenes: Guillermo F. T  y Gerardo S. V.

  • Prosa Poética

    DESDE EL BALCÓN

    Su habitación se presentaba como un mar en plena tormenta.
    Quiso respirar aire fresco y salió al balcón.
    Desde lo alto él observaba el paisaje otoñal.
    Los árboles tenían aspecto misterioso y solemne. Así los veía.
    Quizás era solo imaginación.
    El sol se retiraba tiñendo de colores brillantes las nubes grisáceas del horizonte.
    Algunas parecían transparentes. Una de ellas se extendía como en alas de pájaro.
    Las nubes  navegaron, otras desaparecieron y con ellas los deslumbrantes rayos de luz,
    internándose suavemente hasta ocultarse en el espejo del río.   

    Malania

    Imagen: Javier A. T.

  • Poemas

    LOS ANDES

    Las montañas se alzan, firmes y vastas,
    coronadas por el cielo azul, serenas,
    en su pecho rugen ecos de antaño,
    las piedras guardan secretos de épocas lejanas.

    El camino se extiende, empinado y vertiginoso,
    un sendero que desafía el alma y el cuerpo,
    pero el aire fresco acaricia el rostro,
    y el sol brilla alto, iluminando cada paso.

    Los Andes, testigos de nuestra lucha,
    se imponen con su grandeza inquebrantable,
    el tiempo parece detenerse en su altura,
    y el buen clima nos envuelve en su calma.

    Caminamos hacia el horizonte,
    mientras la roca y el viento nos hablan,
    y cada paso nos acerca más al misterio
    en hilos de agua, en altura congelada.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    MISTERIOSA FIGURA

    En el muro de mi casa, al caer la noche,
    las luces encendidas reflejaban el silencio,
    y de repente, una figura extraña apareció,
    eco de lo inusual, un susurro de lo remoto.

    Era una imagen misteriosa
    un animal de mirada serena,
    y sobre su cabeza, una corona de luz,
    brillando con fulgor en la quietud.

    No era un animal conocido, ni una bestia salvaje,
    su rostro era etéreo, antiguo, lleno de secretos,
    como si la naturaleza misma hubiera hablado,
    con el lenguaje de un reino olvidado.

    La corona reflejaba los sueños,
    como tejida con hilos de estrellas,
    y su presencia, aunque fugaz, me envolvió,
    trascendiendo en el tiempo una visión.

    Quizás fue un aviso o un sueño atrapado en la luz.
    La figura permaneció allí, flotante y cercana,
    como un mensaje de un mundo paralelo,
    en el muro de mi casa, con un potente reflejo .

    Y aunque la imagen se desvaneció al amanecer,
    su enigma quedó grabado en la fotografía,
    como un misterio que solo el tiempo sabrá revelar,
    quizás sea un enviado que me brinda seguridad.

    Malania

    Imagen: propia

  • General

    VISITA DE COLIBRÍ

    Estas coloridas y delicadas aves, además de ser muy bellas y llamar nuestra atención por ser la más pequeña del mundo y por su vuelo peculiar, encierra varios misterios. Los colibríes son protagonistas de muchas leyendas e historias con gran cuota de mística y encanto. Según distintas creencias a lo largo de la historia, la presencia de un colibrí tiene varios significados para la humanidad.

    Cultura maya: ‘la leyenda del colibrí de Jade’
    La leyenda dice que los dioses, tras crear todas las cosas que se encuentran en la Tierra, como piedras, árboles y animales, le asignan a cada una de ellas un trabajo o misión. Sin embargo, cuando terminaron de crear el universo, se dieron cuenta de que habían olvidado algo imprescindible: un ser que tuviera la tarea de llevar de un lado a otro sus deseos y pensamientos, un mensajero.
    Para los mayas, los colibríes son los mensajeros que llevan de un lugar a otro los deseos y pensamientos de los hombres y los dioses. También representan alegría, sanación y adaptabilidad.
    Los dioses se dieron cuenta, de que ya no tenían maíz ni barro, materiales con los que habían creado a todos los demás seres. Fue entonces cuando encontraron un pedazo de jade (un tipo de roca ornamental), y lo tallaron en forma de una pequeña flecha. Luego, soplaron sobre ella, y algo salió volando a toda velocidad. El pequeño trozo de jade cobró vida y se convirtió en un colibrí.
    Desde entonces, se dice que la cercanía de un colibrí es de buena suerte. Pero no solo eso, su presencia también indica que alguien te ha deseado el bien, y que el ave llevará tus pensamientos y deseos, tan ligeros como el, de un lugar a otro.

    El colibrí en la cultura inca
    Para esta civilización prehispánica, los colibríes no solo eran mensajeros de los dioses, sino que también llevaban los buenos deseos y pensamientos de otros hombres. Si alguien te deseaba bien, el colibrí tomaba ese deseo y lo llevaba hacia ti.

    Cultura guaraní y el colibrí
    La leyenda guaraní sostiene que es la guía de los santos difuntos. Según los guaraníes, el colibrí es el encargado de elevar al cielo a las almas que posan en una flor. Ellos sostienen que cuando un ser querido deja el plano terrestre, su alma se desprende de su cuerpo y se posa en una flor, donde se purifica, se perfuma y se conecta con la tierra.
    Allí espera a un colibrí, que es el encargado de conducir hacia el paraíso. Pero de vez en cuando la guía de los santos difuntos hace una parada para que las almas puedan ver una vez más a sus seres queridos.

    El colibrí en la Biblia
    En Génesis, el primer libro de la Biblia, relata que en el quinto día Dios crea los animales que pueblan las aguas y el aire, mientras que en el sexto día, antes del hombre, los animales habitan tierra firme. Entre ellos el colibrí, que es considerado el mensajero del cielo que nos llama a seguir adelante y dejar el pasado atrás.

    Cultura azteca: el “Mito de Huitzilopochtli y los colibríes”
    Para esta cultura, los colibríes eran valientes guerreros en la vida, debido a su tamaño pequeño pero enorme fuerza y energía para volar. Así es como se convirtió en el símbolo de Huitzilopochtli, dios de la guerra, advocación solar y patrono de los mexicas, llamado también ‘Colibrí Zurdo’.

    Colibrí: “espina de turquesa o espina preciosa”, fue una de las aves más sagradas de los antiguos mexicanos, ya que representaba al dios Huitzilopochtli, quien lo llevaba en su tocado, siempre prendido de una flor que representaba el corazón.
    Por esto, la representación del ave en vida se debe al llamado para las personas que deben ser fuertes ante la adversidad y confiar en las capacidades personales. Dicen que los guerreros aztecas usaban amuletos con la figura de un colibrí para atraer energía y fuerza.

    Imagen destacada: Rosana G. B.

    Otras imágenes: de la red

  • Poesía

    LAS OLAS Y EL VIENTO

    (Imagen propia)

    Las olas vienen y van…
    No tienen…ni principio ni final, ni final. 
    ¡No se cansan de llegar  o de regresar!
    ¡Es su misión primordial!

    Como eternas compañeras, 
    conocen los secretos
    que encierra la inmensidad.
    ¡Son inmortales sin protestar!

    Cantan, suspiran, silban,
    se contraen, se expanden,
    en un patrón regular…
    es un misterio que jamás podremos descifrar.

    El viento, en complicidad,
    las lleva de la mano
    y nunca las va a soltar…
    juntos, recorren distancias
    como enamorados en alta mar…


    ¡Él, siempre romántico,
    demostrándoles amor de verdad!
    Las olas y el viento como creación magistral
    te ofrecen…¡Relajación total!

    Autora: Sira Vargas de Biheller
    Tucacas- Venezuela

    Imagen: Sira Vargas de Biheller

  • Poemas

    CUÁNTAS, CUÁNTAS VECES

    ¿Podré amarte sin verte,
    sin mirarte?
    en regiones contrarias,
    unidas tan solo
    por el inmenso océano:
    Tú, en mediodía quemante.
    Yo, en fresco amanecer,
    bajo las frías sábanas,
    me conforma recordarte.
    Te busco con afán,
    sin darme cuenta,
    entre las infinitas palabras.
    Estás frente a mí,
    me haces sonreír.
    Estás conmigo,
    alegras mi existir,
    a través del infinito.
    Mi vida se detiene,
    un instante,
    para mirarte,
    para conocerte,
    para venerarte,
    para saludarte ruborizada.
    ¿Por qué no?…
    Tu fuego, es mi fuego.
    Tu fuego, en mi hoguera.
    ¿La estarás amando?
    Pienso:
    ¿Acaso te siento…
    en el misterioso aroma
    de las flores sin perfume?

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poesía

    LAS PALABRAS DEL SILENCIO

    Abnegada por amor
    en adversa situación,
    a veces provoca alivio
    o se inflama de pasión.

    No estás… ¿o acaso sí?
    Te percibo desde lejos,
    a veces te siento cerca,
    te has metido, muy, muy dentro.

    Tus palabras tan sensatas,
    silenciosas eclosionan,
    se aventuran, me aventuran,
    en mi interior posesionan.

    Una fuerza misteriosa,
    como arte de amor sincero,
    se suelta, mágica, henchida
    de un fortuito deseo.

    Malania

    Imagen: Propia