FLOR OLVIDADA
Ilustración de la red: obra artística de Mari Luz Vindel Benito
Entre la llanura nevaday la luna menguanteflotaba el silencio y acechaba.En efecto crispanteuna alianza se enzarzabaesperando que el soldesparrame su calidez brillantesobre la cima de las montañas heladas.Pero ya nada era igualy aunque ella no era Némesisquizás él eligió ser Epicúreo.La simbiosis se había acabadodesde la supernova de una noche ajenala estrella dejó de brillarante el déspota que la cobijaba.MalaniaImagen propia:EN BUSCA DE TU PRIMAVERA
Seguiré el vuelo de las aves, emigrando donde tu primavera florece.
Iré tras los latidos que agitan mi pecho, a anidar en las ramas de tu corazón.
Preguntaré a los trigales que visten la llanura por las huellas de tus pasos que me lleven hasta ti.
A un costado del camino, un ballet de hojas que hace tiempo su otoño quedó atrás, danzan arremolinadas a mi alrededor para contarme qué cerca estás y mis suspiros como brújula señalan el punto cardinal de tu sonrisa.
Si el atardecer me encuentra donde el sol bebe de tus aguas, recostaré mis ansias sobre la montaña y llenaré de aire mi espera…recogeré jazmines del cielo, sembraré de caricias tus manos y antes de perderme en tus brazos, mi amor en versos endulzará de besos tus labios.Autor: Poeta argentino Patricio Massa
Imagen: R. E. Ch.
Imagen: de la red, gentileza P. M.
NATURALEZA VIVA
Quiero caminar entre las flores de un bello jardín, entre bosques de aromas que atrapen.
Quiero sentir el viento en mi cara, descubrir los misterios del río, beber el agua fresca del manantial.
Quiero andar por la naturaleza viva, la del árbol que anida a muchas aves, de llanos y montañas.
Naturaleza viva por ahí e de viajar sin querer alejarme, comer de tus frutos, echando a dormir en tu verde prado sin querer despertar.
Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez
Imagen C. O. V.
HAIKUS XIV
Lloran las piedras
O es agua de montaña
Fresco manantial.
Sol de septiembre
Relucen irisados
Rayos oblicuos.
Abre los ojos
Ve el cielo despejado
De azul intenso.
La brisa suave
Días primaverales
Felices todos.Malania
Imagen R. G.
DE TESTIGO, UN VENTEVEO
Y él escribió:
Un poco más tranquilo con mis cosas, porque terminé el trabajo del día, me decidí a cumplir algunas promesas pendientes. Una de ellas era escribirte. Y aquí estoy mientras tomo unos mates y observo al pajarito posado sobre la casita que un artesano construyó, con madera nativa del lugar donde habita. El benteveo canta y yo lo fotografío con temor a ser descubierto para que no vuele.
Son tantas las cosas que tengo para contarte que no sé por dónde comenzar. Y creo que lo mejor sería que nos reunamos uno de estos días, tomemos un café y charlemos de todo, así no se hace sólo un monólogo que me parece de tontos. Jajaja. El lugar puedes elegirlo y bueno…, el día y la hora tendríamos que combinar porque si bien no tienes compromisos horarios, yo en algunos días sí, los tengo todavía. Es que, como bien sabes, el sueldo de jubilados no es de lo mejor y hay que ingeniarse para llegar a fin de mes sin pedir prestado y menos, tocar los ahorros.
Lo que no quisiera dejar pasar es contarte que se me arruinó la computadora y el disco, donde tenía muchísimas fotografías de las que te había enviado algunas. Es por eso que tendré que recuperar mi cámara, la misma que se la presté a un amigo, para no perder de vista los hermosos lapachos florecidos, las bromelias que brotan en esta época del año y están en todo su esplendor, enraizadas en los troncos al borde del sendero que lleva a la montaña. Ah! Y los faroles de la plaza, tan antiguos pero muy bien conservados rodeados de colgantes con geranios rojos.
Y aquí termina mi mensaje porque, aunque no lo quieras creer, están llegando dos amigos que prometieron traerme unos muebles, que había dejado en la otra casa donde estuve viviendo hasta hace unos días.
Quedo a la espera de noticias tuyas. Un abrazo.Malania
Imagen: R. E. S.
IMPERMANENCIA
Cada vez que oigo
el murmullo de un arroyo
que baja dando tumbos
entre piedras y ramas
de la sierra y la montaña;
las olas que rompen
en alguna orilla en bajada;
o el palpitar agitado
de mi propio corazón,
oigo el sonido
de eso que se llama:
impermanencia.
Y yo extrañándote,
en el arroyo,
la sierra,
la montaña
y recordándote
permanentemente
en esta constante
impermanencia.Malania
Imagen propia
EN LA CASA DE LA MONTAÑA
Hay cosas molestas en momentos de la vida, que importan mucho o poco pero sí, son molestas, porque hacen ruido.
Seguramente hay un porque. Es que cada cosa, cada situación tiene una razón, una causa, un porque.
Por ejemplo qué simboliza el ruido de una cuchara contra una taza al revolver el café.
O la rigidez de una servilleta almidonada sobre un plato vacío.
O un árbol que creció inclinado y no en forma vertical como la mayoría.
O un camino sinuoso en vez de ser recto.
O una casa pequeña construida en medio del bosque o en la olla entre montañas. ¿Por qué allí y no en otro lugar poblado?
Pero me voy a detener en el ruido de la cuchara. El jovencito se levantaba antes del amanecer, se preparaba el desayuno en la cocina y despertaba a la señora, dueña de casa, con el ruido de la cuchara al revolver el azúcar en la taza de café. Era tanto el ruido que parecía una campanilla de esas que se usan para llamar a la servidumbre o en las iglesias para anunciar la Consagración. ¿Lo habrá hecho a propósito o sin darse cuenta de lo que ocasionaba? La señora no quería reprender esa actitud, y siguió aguantando el mal momento. El joven salía a esperar el ómnibus rumbo a la Universidad y ella volvía a retomar el sueño, aunque a veces, prefería levantarse y comenzar con sus actividades domésticas diarias.
El suplicio terminó, cuando después de muchos golpazos de puertas al cerrar, ella no aguantó más y se lo dijo. El joven enojado decidió mudarse.
Nunca más se supo de él.Imagen: C. J. V.
COMO LÁMPARA ENCENDIDA
Con su cola destellante,
como la de una cometa
y sus ojos chispeantes,
como lámpara encendida,
brillan en medio de la bruma
o bajo el sol radiante.
Dejó sus rasgos trazados
en la más calma y suave noche.
Sin temor a nada
desapareció de su casa.
Lo buscaron por todos lados
pero de él nadie sabía.
Apareció por detrás
trepado de una cortina,
en la plenitud de la tarde
de una siesta celeste,
en lunes de otoño
con olor a hierbas de montaña
y hambre de más de tres días.
Seguramente sabía,
por intuición o por olfato,
que hoy celebrarían
el cumpleaños, de una
de las hijas de la familia.Imagen: V. D. S.
NUBES EN MAHÓN
Sube el aire,formando el rocío,sosteniendo las gotassuspendidas en el vacío.Las montañas ansiosasesperan la lluviamientras tanto contemplancúmulos y cirros,estratos y nimbos,en blancos, azulesgrises y amarillos,suplicando que surjael aumento de espesorpara que al fin se produzcauna precipitación.MalaniaATARDECER EN SANTA HELENA
Se esconde el sol,no hay nada nuevo,o sí, es que lo hay,cambian los colores del firmamento,se matiza el cielo,según el estado del solsi está triste o contento,con el mecer de las nubeso con caricias del viento.O quizás es mi retina,que hace la diferenciaentre un atardecer y otro,o tal vez son pinceladasque dan los rayos del astro rey,mezclándose entre las nubesla atmósfera y el viento.Y yo tontamentecorro, corro y me detengo,me paro casi en puntas de piesobre la montaña de tierra roja,frente a este espectáculo naturaly lo observo, lo contemplo.Tomo varias fotografíaspara captar el momento,para compartir contigoantes que se escape el tiempo.Sí, contigo. Es para tique me estás leyendo.