• Haikus

    HAIKUS XIV

    Lloran las piedras
    O es agua de montaña
    Fresco manantial.

    Sol de septiembre
    Relucen irisados
    Rayos oblicuos.

    Abre los ojos
    Ve el cielo despejado
    De azul intenso.

    La brisa suave
    Días primaverales
    Felices todos.

    Malania

    Imagen R. G.

  • Relatos

    DE TESTIGO, UN VENTEVEO

    Y él escribió:

    Un poco más tranquilo con mis cosas, porque terminé el trabajo del día, me decidí a cumplir algunas promesas pendientes. Una de ellas era escribirte. Y aquí estoy mientras tomo unos mates y observo al pajarito posado sobre la casita que un artesano construyó, con madera nativa del lugar donde habita. El benteveo canta y yo lo fotografío con temor a ser descubierto para que no vuele.
    Son tantas las cosas que tengo para contarte que no sé por dónde comenzar. Y creo que lo mejor sería que nos reunamos uno de estos días, tomemos un café y charlemos de todo, así no se hace sólo un monólogo que me parece de tontos. Jajaja. El lugar puedes elegirlo y bueno…, el día y la hora tendríamos que combinar porque si bien no tienes compromisos horarios, yo en algunos días sí, los tengo todavía. Es que, como bien sabes, el sueldo de jubilados no es de lo mejor y hay que ingeniarse para llegar a fin de mes sin pedir prestado y menos, tocar los ahorros.
    Lo que no quisiera dejar pasar es contarte que se me arruinó la computadora y el disco, donde tenía muchísimas fotografías de las que te había enviado algunas. Es por eso que tendré que recuperar mi cámara, la misma que se la presté a un amigo, para no perder de vista los hermosos lapachos florecidos, las bromelias que brotan en esta época del año y están en todo su esplendor, enraizadas en los troncos al borde del sendero que lleva a la montaña. Ah! Y los faroles de la plaza, tan antiguos pero muy bien conservados rodeados de colgantes con geranios rojos.
    Y aquí termina mi mensaje porque, aunque no lo quieras creer, están llegando dos amigos que prometieron traerme unos muebles, que había dejado en la otra casa donde estuve viviendo hasta hace unos días.
    Quedo a la espera de noticias tuyas. Un abrazo.

    Malania

    Imagen: R. E. S.

  • Poemas

    IMPERMANENCIA

    Cada vez que oigo
    el murmullo de un arroyo
    que baja dando tumbos
    entre piedras y ramas
    de la sierra y la montaña;
    las olas que rompen
    en alguna orilla en bajada;
    o el palpitar agitado
    de mi propio corazón,
    oigo el sonido
    de eso que se  llama:
    impermanencia.
    Y yo extrañándote,
    en el arroyo,
    la sierra,
    la montaña
    y recordándote
    permanentemente
    en esta constante
    impermanencia.

    Malania

    Imagen propia

  • Relatos

    EN LA CASA DE LA MONTAÑA

    Hay cosas molestas en momentos de la vida, que importan mucho o poco pero sí, son molestas, porque hacen ruido.
    Seguramente hay un porque. Es que cada cosa, cada situación tiene una razón, una causa, un porque.
    Por ejemplo qué simboliza el ruido de una cuchara contra una taza al revolver el café.
    O la rigidez de una servilleta almidonada sobre un plato vacío.
    O un árbol que creció inclinado y no en forma vertical como la mayoría.
    O un camino sinuoso en vez de ser recto.
    O una casa pequeña construida en medio del bosque o en la olla entre montañas. ¿Por qué allí y no en otro lugar poblado?
    Pero me voy a detener en el ruido de la cuchara. El jovencito se levantaba antes del amanecer, se preparaba el desayuno en la cocina y despertaba a la señora, dueña de casa, con el ruido de la cuchara al revolver el azúcar en la taza de café. Era tanto el ruido que parecía una campanilla de esas que se usan para llamar a la servidumbre o en las iglesias para anunciar la Consagración. ¿Lo habrá hecho a propósito o sin darse cuenta de lo que ocasionaba? La señora no quería reprender esa actitud, y siguió aguantando el mal momento. El joven salía a esperar el ómnibus rumbo a la Universidad y ella volvía a retomar el sueño, aunque a veces, prefería levantarse y comenzar con sus actividades domésticas diarias.
    El suplicio terminó, cuando después de muchos golpazos de puertas al cerrar, ella no aguantó más y se lo dijo. El joven enojado decidió mudarse.
    Nunca más se supo de él.

    Imagen: C. J. V.

  • Poemas

    COMO LÁMPARA ENCENDIDA

    Con su cola destellante,
    como la de una cometa
    y sus ojos chispeantes,
    como lámpara encendida,
    brillan en medio de la bruma
    o bajo el sol radiante.
    Dejó sus rasgos trazados
    en la más calma y suave noche.
    Sin temor a nada
    desapareció de su casa.
    Lo buscaron por todos lados
    pero de él nadie sabía.
    Apareció por detrás
    trepado de una cortina,
    en la plenitud de la tarde  
    de una siesta celeste,
    en lunes de otoño
    con olor a hierbas de montaña
    y hambre de más de  tres días.
    Seguramente sabía,
    por intuición o por olfato,
    que hoy celebrarían
    el cumpleaños, de una
    de las hijas de la familia.

    Imagen: V. D. S.

  • Poemas

    NUBES EN MAHÓN

    Sube el aire,
    formando el rocío,
    sosteniendo las gotas
    suspendidas en el vacío.
    Las montañas ansiosas
    esperan la lluvia
    mientras tanto contemplan
    cúmulos y cirros,
    estratos y nimbos,
    en blancos, azules
    grises y amarillos,
    suplicando que surja
    el aumento de espesor
    para que al fin se produzca
    una precipitación.

                                                                                           Malania 
  • Poemas

    ATARDECER EN SANTA HELENA

    Se esconde el sol,
    no hay nada nuevo,
    o sí, es que lo hay,
    cambian los colores del firmamento,
    se matiza el cielo,
    según el estado del sol
    si está triste o contento,
    con el mecer de las nubes
    o con caricias del viento.
    O quizás es mi retina,
    que hace la diferencia
    entre un atardecer y otro,
    o tal vez son pinceladas
    que dan los rayos del astro rey,
    mezclándose entre las nubes
    la atmósfera y el viento.
    Y yo tontamente
    corro, corro y me detengo,
    me paro casi en puntas de pie
    sobre la montaña de tierra roja,
    frente a este espectáculo natural
    y lo observo, lo contemplo.  
    Tomo varias fotografías
    para captar el momento,
    para compartir contigo
    antes que se escape el tiempo.
    Sí, contigo. Es para ti
    que me estás leyendo.
                                                 
  • General

    ILUSIÓN ÓPTICA

    Escudriñaba cada matiz,
    anonadada
    ante el espectáculo inigualable.
    Entre las nubes una cara
    y un sol que opaco estaba.
    Entre las montañas una casa
    y los picos con nieve en avalancha.
    Un camino con barro, piedras,
    nieve y charcos, en señal
    de la lluvia de noches pasadas.
    En el arroyo un criadero
    de carpas doradas.
    Y a ambos lados el trigal
    que no se intimida
    ante el frío de las heladas,
    ofreciendo un espectáculo
    de colores incomparables. 

    Imagen: C. J. V.

  • Poemas

    ESPERANZA Y LIBERTAD

     
    Avanzó desde el sótano oscuro,
    entre objetos de  bordes filosos
    y húmedas esquinas,
    entre espacios vacíos
    y amontonamientos mustios,
    entre maderas de roble
    y fajas de nogal y lino,
    entre cobre y hierro
    y chapas de metal sin brillo,
    entre duelas agujereadas
    mal clavadas y destempladas,
    entre escuerzos sedientos
    y vestigios de anillos,
    atravesando el portal
    con libre albedrío.
    Avanzó y avanzó,
    hasta llegar a un lugar tranquilo,
    en la cima de una montaña
    fría pero con sol
    y así pudo salvar las penas
    y su destino fallido.
    Imagen: C. J. V.
                                    
  • Poemas

    Siempre

    Despierto.
    Pienso en ti. 
    Hoy quiero decirte
    amor
    vuela alto
    goza de tu libertad
    si es eso lo que deseas
    navega por los ríos
    recorre los mares
    trepa las montañas
    y desde la más blanca altura
    gira tu mirada y
    verás que aquí estoy
    esperándote. 
    Imagen: propia.