• Poesía

    MARIPOSA VIOLETA

    Danza y aletea
    transparente y etérea
    volando entre flores
    la mariposa violeta.
    El baile es gracioso
    lo hace con fervor
    dejando brillar al sol
    el encanto de su color.
    En sus alas refleja
    el arcoíris de las flores
    acariciadas por el viento
    como un regalo tierno.
    La primavera canta
    con las violetas en flor
    la naturaleza se despliega
    en este precioso jardín
    irradiando su color
    entre belleza y amor.

    Malania
    Imagen: de la red

  • Poesía

    PIEDRAS DE COLORES

    Entre las sierras y la playa,
    donde el sol besa el cielo claro,
    el turismo aventura se despliega,
    en un paisaje vibrante y raro.

    Juntamos piedras de colores,
    como joyas de la naturaleza,
    cada una cuenta historias,
    de tiempos de gloria y grandeza.

    En esta tierra de contrastes,
    donde las montañas tocan el mar,
    la aventura es nuestro destino,
    en cada paso, un nuevo lugar.

    Exploramos valles y cimas altas,
    descubrimos secretos ancestrales,
    bajo un cielo despejado y amplio,
    donde los sueños son reales.

    En este viaje sin igual,
    entre la calma y la emoción,
    encontramos la verdadera riqueza,
    y en la naturaleza, nuestra canción.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    SALTAMONTE

    En campos de tonalidad verde,
    Saltamonte salta y canta,
    pero también se presenta
    camuflado en las viviendas
    en verde o marrón
    en sinfonía con la naturaleza.

    Saltamonte, ese pequeño habitante de la naturaleza, es un insecto saltador conocido por su agilidad y gracia en el movimiento. Sus cuerpos están diseñados para el salto, con patas traseras musculosas que los lanzan con precisión y rapidez. Con un cuerpo generalmente de tonos verdes o marrones que se camuflan entre la vegetación, los saltamontes pueden parecer invisibles hasta que dan su característico salto. Su presencia es una melodía en el entorno natural, un recordatorio constante de la vitalidad y la belleza de la vida silvestre.

    Malania

    Imagen: M.J.T.

  • Poesía

    LAGUNA “EL POTRERO DE LOS FUNES”

    En una laguna de agua transparente,
    donde los peces danzan con gracia y encanto,
    se erige un hotel cercano, un enclave,
    para turistas, pasajeros, visitantes, tanto.

    El sol acaricia suavemente la ribera,
    mientras las olas besan la orilla con ternura,
    y en este paraíso, la vida se despliega entera,
    con risas, susurros y momentos de dulzura.

    Los turistas llegan, sedientos de aventura,
    explorando la belleza que la naturaleza brinda,
    mientras los peces juegan en su danza pura,
    y el hotel acoge sus sueños que cada habitación anida.

    En esta laguna de agua cristalina y clara,
    los corazones se llenan de paz y armonía,
    y los recuerdos perduran como joyas raras,
    en el lienzo etéreo de esta tierra tan bonita.

    En la laguna, un hotel flota en calma,
    sus cabañas se mecen con suavidad,
    sobre el espejo que el cielo abraza,
    donde el agua transparente es su verdad.

    Las cabañas, como nubes, se deslizan,
    sobre el lienzo azul que el sol acaricia,
    en esta escena donde el tiempo se iza,
    y el alma encuentra su paz y delicia.

    El hotel flotante, oasis en el agua,
    refleja la belleza de la naturaleza,
    donde el silencio canta en cada altura,
    y el viento acaricia con su suave promesa.

    En esta laguna, refugio de ensueño,
    en su lecho risueño, se anidan los sueños.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    EMPINADA LOMA

    En la tierra roja, la lluvia cae gloriosa,
    patinan los autos en la cuesta escarpada.
    La empinada loma se torna pegajosa,
    mientras la naturaleza sigue su marcha consagrada.

    Bajo el cielo gris, la tierra se empapa,
    de la lluvia que cae como un manto.
    Los autos avanzan con dificultad, sin pausa,
    en esta tierra roja, en este hermoso encanto.

    La cuesta se alza, desafiante y brava,
    los neumáticos luchan por tracción.
    En la empinada loma, la lluvia se esclava,
    mientras la tierra roja sigue su danza en acción.

    ¡Oh tierra roja, con tu lluvia y tu barro!,
    en tus caminos se vive la aventura.
    Cada curva, cada cuesta, es un claro desafío,
    en caminos entre montes, tan llenos de frescura.

    Malania

    Imagen: G.F.T. y de la red.

  • Poesía

    CAMPO, SOL Y NUBES

    Bajo el campo abierto, el sol danza libre,
    tejiendo sombras en un lienzo de hierba.
    Nubes juguetonas, en el cielo se exhiben,
    pintando el paisaje con su luz dispersa.

    El viento susurra secretos al oído,
    mientras el sol acaricia la tierra con su calor.
    El campo, un poema en verde tejido,
    donde la naturaleza canta su propio clamor.

    Entre los rizos de hierba y las flores,
    se esconde la esencia de la vida misma.
    Un eco eterno en estos campos se alza,
    invitando al alma a una danza infinita.

    En este rincón de paz y serenidad,
    el sol y las nubes danzan en armonía,
    y en cada rayo de luz y sombra proyectada,
    se encuentra la esencia de la poesía.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    EN LA RIBERA DEL RÍO

    En la ribera del río, de un atardecer muy bello,
    las piedras reposan, en su lecho sereno.
    El agua cristalina, refleja el cielo en calma,
    mientras el aire susurra, con dulce aroma en el alma.

    El paisaje se viste, de colores encantados,
    con pinceladas de oro, en tonos matizados.
    El río canta su canción, melodía sin igual,
    acompañado por el susurro del viento en su ritual.

    Entre luces y sombras, la naturaleza danza,
    creando un lienzo vivo, que al corazón alcanza.
    Y en este escenario etéreo, donde el tiempo se desvanece,
    el alma encuentra reposo, y el espíritu florece.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    LA VOZ DE LA TIERRA


    En la corriente del tiempo,
    los humedales se abrazan.
    En cada paso retumba
    una armonía que enlaza.


    La tierra nos habla
    su deterioro retumba.
    Debemos escuchar
    lo que la naturaleza rechaza.


    Tesoros en honor al vuelo
    que en equilibrio nos da la vida
    en alas de esperanza la conciencia
    que despierta noble y redimida.


    La voz de la natura, en cada despedida,
    renace en cada gesto, su eterna melodía.
    Que en estos versos se encuentre,
    la importancia de la tierra que nos da la vida.

    Malania

    Imagen: V.D.S.

  • Poesía

    EN EL JARDÍN DEL ALMA

    Entre el prado danzan flores y campanillas,
    matizadas en colores que la primavera atesora,
    rojas como el ardor de un corazón enamorado,
    amarillas como el sol que ilumina la aurora.

    En el jardín del alma, su esencia se derrama,
    fragancias de sueños y promesas cumplidas,
    en el lienzo de la vida, cada pétalo se reclama,
    un susurro de amor en cada hoja tejida.

    Brotan del suelo, como suspiros de la tierra,
    delicadas y etéreas, su danza es un canto,
    la naturaleza las viste con gracia sincera,
    y en su humilde belleza, revelan su encanto.

    Así, en la poesía de este mundo, tejida,
    flores y campanillas, rojas y amarillas,
    son versos que en el alma quedan grabados,
    testimonio eterno de las alegrías sencillas.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Cuentos

    EN LA TIERRA ROJA

    Había una vez, en un lugar lejano y misterioso, un pequeño pueblo rodeado de campos de tierra fértil, donde los arroyos serpenteaban entre las sierras. En este lugar, la naturaleza parecía bailar al ritmo del viento, y cada amanecer pintaba el cielo con colores que parecían sacados de un lienzo.
    En este lugar nació una criatura especial, un niño que vino al mundo en medio de la magia que envolvía aquel paisaje. Desde su nacimiento, se notaba algo diferente en él. Sus ojos reflejaban la profundidad de los arroyos, y su risa resonaba como el murmullo del viento.
    Este niño creció entre la tierra roja y la frescura de los arroyos, aprendiendo los secretos de la naturaleza que lo rodeaba. Cada día, exploraba los senderos que serpentean entre los árboles del bosque, maravillándose con la diversidad de vida que habitaba aquel lugar.
    Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven lleno de sabiduría y curiosidad. Sus pensamientos volaban tan alto como las aves que surcaban el cielo, y su corazón estaba lleno de amor por el lugar que lo vio crecer.
    Un día, mientras caminaba por los senderos que conocía tan bien, encontró una antigua cueva escondida entre las sierras. Con valentía, decidió adentrarse en ella, sin saber qué encontraría en su interior.
    Para su sorpresa, dentro de la cueva descubrió un antiguo libro, cubierto de polvo y lleno de misteriosas inscripciones. Con manos temblorosas, comenzó a hojear sus páginas, dejándose llevar por las historias que relataba.
    El libro hablaba de antiguos guardianes de la tierra, seres mágicos que protegían el equilibrio de la naturaleza. Y en cada página, el joven encontraba la clave para despertar su propia conexión con esa historia y convertirse en uno de esos guardianes.
    Decidido a seguir su destino, el joven se sumergió en el estudio de las enseñanzas del libro, aprendiendo los secretos de la magia que fluía a través de la tierra roja y los arroyos. Con cada día que pasaba, su conexión con la naturaleza se hacía más fuerte, hasta que finalmente se convirtió en un verdadero guardián de la tierra.
    Desde entonces, el joven recorría los campos y los arroyos, protegiendo a los seres que habitaban aquel lugar y velando por el equilibrio de la naturaleza. Su amor por la tierra roja y las sierras nunca menguaba, y su espíritu seguía siendo tan libre como el viento que acariciaba aquel paisaje.
    Y así, la historia de aquel joven se convirtió en una leyenda que perduraría para siempre, recordando a todos la importancia de cuidar y respetar los maravillosos regalos de la naturaleza.

    Malania

    Imagen: Propia