La naturaleza con sus tiempos y sus momentos diferentes nos inspiran y nos producen alegría o tristeza, y a veces simplemente nos induce al silencio. De pronto rompe la monotonía el canto de un pájaro, el ladrido de un perro, el maullido de un gato, el rugido de un motor que vuela a lo alto con sus alas de metal. Al observar y contemplar surgieron estos haikus:
Bajo el cielo azul visita mañanera. Un zorzal canta.
La mariposa sin desplegar sus alas posa y descansa.