• Poemas

    CARICIAS DEL SOL

    He vivido pendiente de ti
    también he sufrido tu ausencia
    pero he gozado con tu presencia
    con tus versos y poemas
    escritos con tus manos
    intercalados con el aroma
    del café y el cigarrillo
    en madrugadas de insomnio
    o en horas trasnochadas
    sin música, sin brillo.
    Letras que eran, son y serán
    caricias al corazón, a la vida
    al amor y al desamor.
    Pese a tu ausencia
    el adiós nunca existió
    solo cartas sin respuestas
    olvidadas en algún rincón.
    En calladas madrugadas
    el tic tac del reloj
    presumido me despierta.
    Hoy me acaricia el sol.

    Malania

    Imagen: J. A. T.

  • Poemas

    HUMO Y CAFÉ

    No puedo escuchar tu voz
    a cambio, leo tus palabras
    y con ellas siento
    el latido de tu corazón
    florecido en poemas
    amanecidos en una alcoba
    impregnada por las líneas
    grises y finas
    de un silencioso cigarrillo.
    Un café humeante
    recién preparado
    calienta tus manos
    esas que un día
    me dieron tibieza
    y mucho amor.

    Malania Imagen de la red

  • Poemas

    CANTO EN SILENCIO Y SOLEDAD

    Se ha posado el canto
    en el silencio de la noche
    los murmullos han enmudecido.
    Los poemas se ocultan
    y mi hoja permanece en blanco.
    Oprimo mi mente
    en la que fue tu almohada
    y brotan las palabras
    con notas alborotadas.
    El mundo agotado
    cada vez más tarde
    con vilo se levanta
    con frío y solitario.

    Malania

    Imagen propia.

  • Minicuentos

    EL VIEJO CUADERNO DE POEMAS

    Un árbol de lapacho, una flor, un ave o cualquier otro animal, el ocaso o la aurora boreal, el río revoltoso o el gigantesco mar. Y la lista puede continuar, con aquello que hace bastante tiempo me inspiraron a escribir versos y poesías de las de antes, (y por qué no de ahora también) con versos de métrica perfecta y rima asonante o consonante, porque así eran las poesías formales y clásicas. Fueron mis primeras poesías escritas en un cuaderno, para ocupar el tiempo los días de lluvia en una escuela de campo.
    Sin que me diera cuenta, el cuaderno venía siendo espiado por alguien que no le gustaba escribir, leer poesías ni poemas, porque tampoco le gustaba la asignatura de las letras.
    Convivíamos y nos llevábamos muy bien. Cuando me di cuenta que lo que yo escribía provocaba dudas y celos, no hubo más inspiración ni tampoco, quizás por egoísmo natura o por amor propio, no quise explicar cuál era el motivo de mis escritos. Ni sabía si había un motivo, solo escribía. Era feliz haciéndolo, me sentía plena.
    Un día me enojé conmigo misma, arrojé el cuaderno al termo tanque y lo quemé. Algunas letras evocando el amor latente o ausente, también  se murieron incineradas.
    Por supuesto que hasta el día de hoy me arrepiento de aquel arrebato a mi inspiración, ya que nunca más recuperé lo que había escrito. El fuego todo lo destruyó y mis deseos de seguir escribiendo se volvieron cenizas por mucho tiempo. Me arrepiento de no haber sabido enfrentar la situación.
    Pero siempre hay un después, capaz de hacer surgir una llama que, por más pequeña que sea, vuelve a dar luz a un corazón solitario y enamorado de la vida para poder volver a escribir.
    Hoy dos búhos ilustran mi escrito porque me dan mucha ternura viéndolos juntos y armónicos. Me transmiten amor y paz.

    Malania

    Imagen: R. E. Ch.

  • Poemas

    HUMA

     

    Lejos de ser lampiña,
    a veces alfombra,
    en una bolsa olor a piña
    o en la misma alfombra
    donde duerme
    y se despereza.
    Con picardía
    me observa,
    mientras leo
    uno de tus poemas
    el que has escrito ayer
    o el año pasado;
    qué importa cuándo.
    Me mira con un ojo
    como queriendo adivinar
    mi pensamiento.
    Pero no se enterará
    lo que por mi mente pasa.
    Es mío el pensamiento,
    es mío el sentimiento,
    mío y sólo mío.
    Es mi secreto y tu secreto.

    Malania 

    Imagen propia                                  
     
  • General

    NO PREGUNTES…

    “No busques la razón, ni mires alrededor”. Dijo Gustavo Gracía (Gus.) Del grupo “Escritores y Letras” en uno de sus poemas.
    Fue lo que me inspiró, más la imagen recibida hoy muy temprano, para escribir esto:



    Miro a lo lejos y lo veo.
    -¿A quién?
    -No me lo preguntes
    Contemplo el amanecer hasta que salga el sol,
    mientras camino por la avenida
    o cuando viajo antes de mi partida,
    para salir de paseo o ir al trabajo.
    Amo el alba y los atardeceres
    cuando el sol se despide del mar
    al teñir las nubes de dorado
    antes de pintar la noche.
    -¿Por qué lo hago? No lo sé.
    Quizás porque soy humana
    y hacer eso me genera placer.
    Camino y la imaginación
    vuela en derredor y me envuelve.
    Surgen frases que viajan al compás del viento,
    unas se quedan y otras desaparecen,
    viajan a otros lares o simplemente mueren.
    Puede que de ahí nazca una obra poética
    sin razón alguna o por muchas razones.
    Miro mi alrededor y escojo palabras
    de cosas que veo,
    o al azar invento sin mirar y sin razón.

    Autora del poema: Malania Nashki.

    Imagen: R. M. T.

  • Poemas

    AFISIONADO POETA

    En la perspectiva del tiempo
    los renglones en blanco
    se intercalan
    con páginas ilustradas
    de momentos apacibles.
    En simetría, mueve sus alas
    el glorioso colibrí
    sobre el jardín florido y luminoso.
    Al igual que las mariposas,
    que después de un vuelo intenso
    a descansar en un plato se posan.
    No hay nada más estimulante y profundo.
    El perfume de claveles rosados
    rojos o matizados
    reaviva su pasión por la naturaleza.
    Y es así que nacen los versos
    en poesías y poemas
    o en renglones asimétricos
    en prosas, del aficionado poeta.

    Imagen propia.

  • Poemas

    EL TREN

    Tus poemas contienen
    entre sus versos,
    el viento cálido
    de una mañana de enero
    y el sol brillante
    del mediodía,
    cuando te acompañaba
    mientras te ibas.

    La taza de café,
    esa en la que bebías
    con dos de azúcar,
    conserva tu mirada color miel
    sobre tus grises ojeras,
    señal de insomnios continuos.

    Tomabas el tren
    con la esperanza de descansar,
    con la visión de cosas diferentes,
    recordando hermosos momentos,
    y te alejabas, respirando
    la atmósfera de nuestros tiempos.

    Imagen: C. J. V.

  • Poemas

    HOY, MAÑANA Y SIEMPRE

    ¿Vendrán los Reyes Magos?
    ¿O simplemente pasarán?
    Se irán con la lluvia,
    lluvia de luces y colores
    lluvia de amores y desamores.
    De estrellas fugaces
    de luna tardía
    y sol recién amanecido
    cayendo en sus fauces.
    Lluvia de risas y abundancia
    de hambre y de lágrimas
    de idas y venidas
    por el andén de la vida.
    Me resisto a dejarte ir
    me resisto a olvidarte.
    Quiero tu lluvia de saberes
    colgadas en letras
    en renglones de poemas.
    No quiero quedarme
    con el agua fría de la lluvia
    con la noche oscura
    con el canto solitario de la luna.
    Te quiero a ti.
    Quiero tu cálida lluvia
    hoy, mañana y siempre.
    Quiero que hoy
    los Reyes Magos me traigan eso,
    lo que dije que quiero.
    Imagen: propia
  • Poemas

    SOLO NUBES

    Quisiera quedarme allí,
    con mi cabeza gacha,
    para ver lo que nace,
    cuando enredo mis dedos,
    entre las hierbas anaranjadas,
    donde se yergue el tallo,
    primoroso lleno de vida,
    con su carne y piel arrugada,
    que no se detiene y salvaje,
    se vuelve un rayo fogoso,
    perfumando mis cabellos.
    Quisiera quedarme allí,
    hasta que los ciclones celosos
    me arranquen de tu lado,
    hasta que los rugidos húmedos
    del musculoso volcán,
    te cubran las raíces
    de las hierbas aromatizadas
    por el mar de tus pasiones.
    Quisiera quedarme allí,
    en la soledad de tu silencio,
    entre letras idolatradas,
    en poemas sin sentido
    que demandan amores azules
    donde todo es solo nubes.
    Quisiera quedarme allí,
    para vestir tu lecho
    con pétalos de rosas rosas,
    para cubrir tu pecho
    de húmedos besos,
    sabor a almendra y canela.
    Caen letras sobre mi espalda
    como copos de fuego,
    ensamblados al amanecer,
    letras que son solo nubes.
    Imagen: J. A. T.