• General

    RUGE EL VIENTO Y BRAMA EL MAR

    En composición íntima y personal
    con sorprendentes colores sombríos
    aflora detrás de una sonrisa fingida
    la frescura estival
    después de una agobiante jornada.
    Es hermoso contemplar
    la calma del mar en el cielo despejado.
    Pero cuando el sol brilla y quema
    sobre un mar embravecido por las olas
    y el viento frío se despliega
    congelando hasta los tuétanos,
    todos aquellos que todavía
    tienen fuerzas de desear y querer estar,
    continúan tendidos en la playa
    mientras los demás disparan
    y se protegen bajo los aleros y las paredes
    de los edificios y las casas.



    Imágenes propias

  • General

    INCANDESCENCIA

    Caminaba por la sombra,
    esquivando la acera del sol.
    No quería que fuera cierto
    lo que sabía era verdad.
    No terminaba de entender
    lo que sería su vida sin él
    porque a su lado se sentía feliz.
    Con sus ojos trémulos la mirada perdida
    en la fosforescencia del horizonte,
    caminaba y respiraba sin prisa
    como para aplacar su pálido semblante.
    La hizo tan pero tan feliz
    cuando provocaba en ella
    que se encendieran y brotaran
    los capullos de su blanco  pecho.
    Horas felices sazonadas
    con cálido sudor malva
    en incandescentes mañanas madrugadas
    o atardeceres en mediodía.
    Ella deseaba que se quedara
    no quería que el momento acabara
    en ese silencio interior
    que se rompía con un ¡¡¡Ah!!!…
    prolongando atardeceres efímeros
    de un amor sin porvenir.
    Pero el presente era tan grandioso
    cuántas veces!…
    al sentir el escalofrío de las brasas atónitas
    en sus pupilas y todo su cuerpo
    cuando en la sombra apenas iluminada
    percibía en su lecho
    la inconfundible fragancia de su amado hombre.
    Imagen propia.
  • Minicuentos

    MISTERIOSO Y NATURAL

    Lejos de las paredes de las casas, como migas solitarias resbalan desde lo alto, pedacitos de madera y de historia, como amortiguando la angustia de algún vacío. 
    Sentado a la vera del camino él hablaba de ella con pérfida ironía; se lo notaba poco sincero. Alguien lo escuchaba con sentido banal, viendo como las sombras azules y ligeras del atardecer aproximaban la noche. Caminaron hasta el bosque para observar el puente colgante en medio de la selva. Cansados de andar prefirieron descansar, envueltos en la brisa del atardecer. Cuándo despertaron vieron con alegría las exuberantes copas de los árboles acariciándose  entre sí.  Con tonos libres de una paleta ligera, diferente, en sorprendente composición natural cuyos roces entre ellos sonaban en armonía,  transmitían la fragancia del bosque energético que estaba allí y a sus pies se exponía. Vientos alisios y contralisios unos al derecho y otros al revés hablaban entre ellos, como si estuvieran tramando algo para transmitirlo en el momento de la última iluminación del resplandor silencioso del atardecer.  
    Jacinto estaba allí, dispuesto a comenzar una vida de meditación. Se había separado de su novia, nadie nunca supo el motivo. El taxista que lo había llevado al boque energético solo esperaba que Jacinto le pagara el viaje para continuar con su trabajo.

    Imagen propia.

  • General

    COMODÍN

    Quisiera hacer cantar al sol,

    cubrirme de piedras preciosas

    esconderme en un buque de arena

    dormir hasta que nazcan las rosas

    Desembarcar en el fondo de una nube

    pasear por los agujeros de las sombras

    mientras la lluvia chaparronea

    y pule los estomas.

    Que en vez de labios tenga pico

    en vez de piel, escamas rosas

    en vez de manos, plumas

    y disfrutar  en una llosa.

    Porque…

    Cuando las mentiras son verdades

    y las verdades, mentiras,

    giran en cuadrados no perfectos

    en misteriosas figuras amanecidas

    no tienen crédito, ni verdades ni mentiras.

    Cuando lo que das no alcanza

    y lo que recibes no es nada.

    Cuando la lluvia no es agua

    y el amor se vuelve acuoso.

    Cuando la sonrisa es una mueca

    y la felicidad se vuelve piedra.

    Cuando todo llega a destiempo

    todo oscurece y desaparece,

    detrás de las paredes de hojas …..

    hasta la luz del sol fenece.

    Entonces está ella:

    Comodín válido para la inversa.

    Imagen: C. J. V.

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
  • Poemas

    ENTRE AGUIJONES Y ALETAZOS

     
     
     
    Perduran aguijones, resistentes,
    amalgamados a ilusiones truncadas
    que reposan en la alfombra.
    Mientras las mariposas
    duermen sobre tu almohada
    acariciadas por tu silencio ignoto.
    Duendes codiciosos
    se disputan la alegría que no llega.
    Raudos buscan una guarida inexistente
    ¿será azul, carmesí, bermellón o esmeralda?
    Los aguijones se turnan para no sucumbir
    en el aletazo mágico del corazón sobreviviente.
    Cunde el pánico
    batallan calores inconclusos.
    De a poco regresa un envión de bríos,
    tu sonrisa me regala palabras de amor,
    tu perfume invade mis entrañas.
     

  • Poemas

    AUREOLA

     
    Por el bulevar rojizo,
    van las notas románticas, 
    se filtra un compás de triste 
    caminante en melodías. 
    Ella hacía el viaje de ida 
    él emprendía el regreso.
    El fango enturbió la noche 
    adormeció  la alegría, 
    el vergel calló el bullicio 
    de la lluvia sabatina. 
    Los nubarrones despiertos 
    tildan mágica armonía, 
    controvertidas aureolas 
    se entretienen con violetas.
    El sol revirtió su brillo 
    por el ir de contramano 
    en vértices de faroles 
    inclinados hacia abajo, 
    por si los vientos no fueran 
    hacia el norte ni al nordeste. 
    Raro el sigilo éste en vaivén 
    si del frío saliera el sol 
    y del  verano la nieve, 
    como si en cálido día   
    necesitaran abrigos 
    y las mallas y bikinis 
    en trunco tiempo de escarcha.  
    A pesar de todo esto   
    nubes negras se evaporan,  
    las mariposas cantando  
    se perfilan, se decoran,  
    ganan  brisa y viento a favor
    disfrutan  fresas jugosas,
    aromatizando al vuelo
    tan alegre, vaporosas.
     
    Imagen de la red.

  • General

    DEBER Y RECUERDO

    Me desperté de una siesta prolongada, propia de los domingos cuando quedo en casa, y vi que todavía había tiempo. Dispuse mis pertenencias, solo lo necesario, en una pequeña cartera, tomé mi paraguas  y salí a la calle. No era lejos, unas seis cuadras, siempre que sean recorridas correctamente. Sin prestar mucha atención y sorteando charcos y aceras inundadas, tomé una calle equivocada. Caminé unos minutos y tarde me di cuenta que me había alejado el doble. Es un barrio de muchas diagonales y cortadas, por lo que en vez de llegar en diez minutos lo hice en veinte. En el lugar había una fila de unas quince personas. Yo rogaba que el trámite fuera ágil para poder ingresar y no quedar como infractora. A un minuto del cierre de la puerta principal de la oficina policial, por suerte un uniformado dio paso a todos los que estábamos en espera, que a esa hora, eran las dieciocho,  ya había aumentado a más del doble. El trámite duró otros diez minutos. El hecho de vivir a más de mil kilómetros de distancia del domicilio que figura en el documento de identidad, exime de la obligación de emitir sufragio pero sí, hay que informar a las autoridades correspondientes.
    Logrado el cometido, guardé prolijamente el papel dentro de mi cartera, salí del lugar y caminé bajo la lluvia, chapoteando a cada paso. No tenía apuro por volver, así que tomé el sentido contrario del que me había traído. Quería disfrutar del deber cumplido, y recordando que había dicho que no saldría de mi casa hoy, recorrí la misma vereda que aquel día me llevó a encontrarte por primera vez. Continué mi marcha hasta la esquina donde hemos disfrutado de tantos tragos, tú de café  y yo de agua fresca, transparente como tu mirada. Me detuve un segundo para ver si por casualidad te encontraba. Una que otra persona desconocida giró su cabeza observando mi presencia, y proseguí mi travesía. Me crucé a la vereda de enfrente y disfruté del aroma de los árboles del parque, mojados, contentos y erguidos como nunca. Hacía mucho que no llovía en la zona. Sus hojas disfrutaban del baño casi primaveral, y despedían sonrisas en su brillo.
    Así, con las botamangas de los jeans mojados hasta la media pierna, las zapatillas blancas como canoa en naufragio y el paraguas hecho sopa,  volví a casa con mi pecho ensanchado por haber cumplido con mi deber, con el aroma de  tus besos mejilleros en aquella esquina y con el calor de tu mano estrechando las mías. Bello recuerdo.
    Imagen de la red.

  • Poemas

    AL AMANECER

    ¿Por qué versos tristes?
    si los prefiero alegres
    ¿Para qué llorar si existe?
    la ternura y el amor ardiente.
    Aunque no puedo negar…
    extraño tu saludo en madrugada
    y tus besos tempraneros
    meciéndose en mi almohada.
    Extraño tu dulce tu sonrisa
    y tus ojitos color miel
    que hacen brillar las estrellas
    en cálido amanecer.
    Imagen de la red.
  • Poemas

    ÁPICES DEL AMOR

    Tu brazo cual estola,
    le ofrece calor,
    le llena de emoción
    con energía no eólica,
    con energía de amor.
    Traspira su piel
    brincan sus vértices,
    mientras los recorres
    con tus largos dedos
    de mano de hombre,
    detectas al paso
    del amor, los ápices.
    Todas sus aristas se estremecen
    hasta sus átomos en jolgorio
    le hacen cosquillas
    y le sacas mil sonrisas
    cuando la acaricias
    poniendo tus dedos
    en forma de horquilla.

    Imagen de la red.

                              
  • Poemas

    COMO LINTERNA MÁGICA

    ¿Cuán frágil y perecedero es,
    el amor por las grandezas de la tierra?
    Supuestas instantáneas
    tomadas por mi memoria
    del reflejo de la tarde
    con el sol poniente,
    con una brisa suave y envolvente,
    sin vientos fuertes,  
    en proporciones casi iguales
    de relieve y hondonada,
    de recuerdos y olvidos
    que la memoria guarda
    o tal vez ignora.
    Como una linterna mágica y lejana,
    el sol se va escondiendo
    y  mis recuerdos de la infancia
    se mezclan entre luces y sombras.

    Imagen: J. A. T.