Relatos

AYER Y HOY

Precisaba caminar para purificar el aire de mis pulmones y los pensamientos de mi mente.
Quería recuperar la sonrisa para maquillar con ella mi rostro palidecido por el tiempo.
Recordé aquellas flores que me regaló y que con el pasar de los días se fueron marchitando. No las quería tirar pero tampoco quería guardarlas mustias y ya sin perfume. Entonces me regaló una planta y cuando se fue de este mundo ella también se murió.
El aire del amanecer y los primeros rayos del sol son mágicos e inigualables para recuperar la energía y devolver la sonrisa hasta al más triste ser humano.
Hoy gracias a Dios, al Universo y a toda la gente que me rodea, olvidé la tristeza de las flores secas y la planta muerta. Pero de él me quedan los más bellos recuerdos, con nostalgia pero con una sonrisa de los hermosos momentos que nos hemos regalado.
Hoy lo puedo ver en aquella palmera parada en medio del sendero que recorro, y sentirlo en el perfume de las flores, en las hojas verdes de los árboles o en la tierra mojada después de una fresca lluvia.

Malania

Imagen: propia.

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