EN POCAS PALABRAS
Hablan por sí solas.No hace falta“ni chicha ni limonada”para contar que son preciosas.Hoymi página no está en blancogracias a ellasverdes y multicoloresríen con el canto de los pájarosy los primeros clarosde otro bello amanecer.El sol está feliz.Yo tambiénal verlo sonreír.MalaniaImágenes: Propia y gentileza de R. G., C.J.V. y G. M.
FITÓFILO
Con una barrena en manoFitofil se divertía,
hacia el poniente
su mirada volvía,mientras con picardíael sol alumbrabasu rostro terso, reluciente.Era feliz porque trabajabareía y se divertíaal ver que él hollabael arriate húmedo del huerto,donde sembraría al atardecerlas semillas de girasoles,enterraría bulbos de daliasy haría injertosjunto a sus huellas de pies descalzoschapoteando entre bemolesque sonaban a su oídodesde el transistorque llevaba en su bolsillo.Era feliz entre plantas y floresviendo los vástagos bendecidospor la lluvia y por su diosque lo mantenían sano y vivo.Era feliz y reíacuando a su casa volvíacon su perro Sarmentoso.Lo llamó así desde aquel díaque lo halló caído y moribundoen un sendero boscoso.Malania
Imagen de la red.RETROSPECTIVO
Imagen: Artista colombiana Beatriz González
Nacía un nuevo lunes y con el díauna triste luz sobre el horizonte.Se sentía vaciado o quizás, rebasado.Toda su vida de tribunose había ido colmando y vaciando solaquedándose a sus espaldas el mundo jurídico.Pero avanzabaformando parte de esta tierraazotada por el inviernocomo un espino atrofiadode hojas y flores marchitas.Llovían guijarros sobre sus díasperseguido por la mala rachaesa que él mismo fue creandoa su paso por la tierradañada por crudas nevadas.Y nunca escampabaporque él espantaba las buenas ondas con su jorobaesa que lo inclinaba cada vez máspara hundirlo en su propia nostalgiaesa que él mismo creabasin otro motivomás que su misma pesadumbrey su infinita falta de fe en sí mismoy falta de fe en nadieni en alguien que una vezle tendiera su mano para abrazarloy que él mismo se dedicóa rechazarla y anularla.MalaniaONÍRICO
Una ráfaga se abatiósobre los heroicos árbolescon un golpe sordohaciendo temblar las hojas multicoloresy siguió de largopor el paisaje inmóvilaterrizando en las largas colinaspor sus altos bordes.En soledad y envuelta en el silenciouna golondrina sintió hambre y pidió auxilioel felino abrió la ventanaasustado por la súbita racha del viento.Entre arrumacos saborearon sinsaboreshasta dejar el plato completamente vacío.Ella no quiso regresar al páramoy ambos esperaron el cálido estío.Malania
Imagen: M. J. T.
LA MÁSCARA
Gesticulaba
cubierta de plástico.
Semblante mustio.En blanco y negro
con su mirada ausente
y expresión pétrea.Baila soledad.
Noche carnavalesca
nada expectante.Regresa a casa.
Gotas de lluvia fresca
lavan su cara.MalaniaImagen de la red.Imagen gentileza de R. E. Ch.
DE SERENATA
En vuelos madrugadoreso a media mañana,sin cumplir un horario fijo,luego de recorrercualquier ventana,la tuya o la mía,vierte al aireen notas sincopadascomo un clangortaladrando los oídos,interfiriendo en muchos casosel feliz descansodel hombre agotadoque duerme desvanecido.Es que nadie enseñó al avey por ende no distinguela luz naturalsi es del sol o de la luna,tampoco si es de velalámpara de tulipáno con forma de tuna.Y cantaal amanecero a media mañanafeliz está al cantaren vuelo a cualquier ventanal,a fin de serenatearporque él sabe que al final
su visita nos alegrará.MalaniaImagen: C. B.FIESTA SILENCIOSA Y NO
La noche se tambalea
entre palabras cantarinas
que crujen bajo la alfombra
de hojas otoñales paladinas.
A los colores se los ha comido el sol
con sus hilos de luz y calor.
De pronto me invade la necesidad
de cobijarme en tus brazos.
Es como la lluvia mansa
nadie puede impedirlo
ni el amanecer ni el ocaso,
el viento de antaño
ni el camino de espinas,
tampoco el falso eco de tu vida.
Eres único
en esta fiesta silenciosa
de ríos encendidos
imposible de olvidar
con bordes de retamas
en penumbras extraviadas
de humedades en cumbres
bajo mis blancas sábanas.Malania
Imágenes: propia y de la red.
DUCHA CALIENTE
Sonrió ante el espejoaspiró el aire como si se asfixiaray una melancolía agriada envolvió su rostro.Vestida de humedad y nieblaproducto de una ducha calientesus cabellos enzarzados, pensó:“faltan tus dedos para peinarlos”Varias docenas de añosvan cayendo sobre la espaldacomo rocas desnudas y fríascarentes de solazsin posibilidad de cambio alguno.MalaniaImagen: propia
SUS PIES BLANCOS
No deseaba revelar su propia historia,una trama de cicatrices y quemaduras interioressobrecargado de mensajes que ella le enviaba.Él sabía lo que eso significabapero no sentía culpa ni arrepentimientotampoco quería la calma.No escuchaba, no veía ni tampoco hablaba.Anochecía, con la sensación de la arena blancabajo sus pies blancos y una muralla blancabajo el sol blanco, en señal de pureza.La luminosidad que lo envolvíaafilaba la lejana figura femeninaal verla partir por las vías del tren.Aspiró una bocanada de airecomo para dar alivio a su corazón.Tal vez no se atrevía a revelarsu deseo de partir con ella.Mientras el fuego centelleabaél palidecía con el viento.A veces es mejor no saber nada …a pesar de haber sabido quedesde antes sabía que lo sabía.Las olas temerosas de su ir y venirretrocedieron hacia el mar tranquilocuando el solse apoderó de la inmensidad del húmedo lechoregalándole calory esperanza de volver a verla.Malania.
Imagen: propia.