• General

    AIRE LIBRE

    A una paloma enjaulada,
    déjale abierta la puerta,
    cuando sienta necesidad,
    se irá, volará.
    Si la tratas bien
    y en otro lugar no encuentra paz,
    con seguridad, volverá.

    Es difícil dejar ir al amor,
    soltarlo sin sentirte mal.
    Sufres cuando se va.
    Pero pasa el tiempo,
    las heridas cicatrizan.
    Y cuando quiere regresar
    puede encontrar cerrado
    un corazón enamorado
    de alguien más,
    de alguien
    que te merece de verdad.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Haikus

    REVELACIÓN

    La nieve y el sol
    imagen fantástica
    a cuatro vientos.

    Caminos del sur
    acunaban el tiempo
    hasta el invierno.

    Y llega el día
    en glorioso atributo
    revela el amor.

    Malania

    Imagen: C. J. V.

  • Haikus

    SU AROMA

    El frondoso árbol
    de hojas multicolores
    sonríe al mundo.

    Fruto escondido
    manjar de los pájaros
    entre el ramaje.

    Sombra encantada
    crepúsculo tardío
    lamento del sol.

    Gama de verdes
    conviven armónicos
    inigualables.

    Aves lejanas
    se hospedan fatigadas
    agradecidas.

    Y el viento trae
    su aroma primaveral
    del horizonte.
                                         Malania
    Imagen: M. J. T.
  • General

    SOLO ERA DIFERENTE

    Las dimensiones del imponente río,
    amedrentaba los sentidos de los transeúntes.
    Todo iba rumbo al mar
    guiado por la corriente
    apresurada por llegar al final.
    Intrépido el navegante
    se dejó llevar
    ante la atónita mirada
    de curiosos bajo sus paraguas,
    algunos agujereados por el granizo
    y desde lejos observaban
    al arriesgado navegante.
    Tal vez irá a parar a una tundra
    o quizás terminará en un safari,
    comentaban los curiosos.
    Ocultaba la razón de su viaje
    y la llama azul de un día distinto.
    Su gracia y su perfección
    habían desaparecido,
    no era mejor ni peor,
    solo era diferente.
    No llegó ni a la tundra ni al safari,
    navegó y navegó
    y se hundió en su propio destino
    junto a un herrumbrado tejado.
                                                       Malania
    Imagen propia.
  • General

    ROSA CARMÍN

    Se balanceaba sin rumbo fijo,
    de norte a sur y de este a oeste,
    como si fuera un trompo confuso
    o una veleta desorientada.
    Quizás algunas copas demás
    tomadas en algún bar
    le apagaron los colores
    de la belleza y la alegría,
    recordando el pasado
    en que para alguien existía.
    Adormilada,
    trató de mantenerse en pie,
    caminó en silencio
    entre hierbas y ramas secas
    de un terreno baldío,
    recordando sus melancólicos ratos libres,
    y sollozando al ritmo
    del crujir de las hojas
    de un otoño frío.
    El viento ondulaba sus cabellos castaños
    y al ritmo de los impulsos
    de una lejana melodía
    sintió deseos de bailar
    frente a las olas del mar.
    De pronto alguien se puso a la par,
    le ofreció su brazo para juntos caminar,
    y le regaló una rosa que al paso logró cortar.
    Le susurró al oído:
    “no temas, no te haré daño”
    “te llevaré a tu hogar”.
    Al día siguiente se despertó
    y la rosa, más bella que jamás haya visto,
    la miraba desde una copa de agua.
    ¿Quién la había acompañado hasta su casa?
    Quizás nunca lo sabrá
    porque de nada se acordaba.

    Imagen: N. V. S.

  • Minicuentos

    DE BRILLANTE A RUDO

    Y viceversa.

    Hay cosas que suceden inesperadamente, nos toman por sorpresa y ocurren por casualidad. Pero están los que dicen que nada es casual pero sí, causal. Todo tiene un porqué.
    Él era brillante, tanto en su aspecto personal, en su trabajo, en el amor. Pero de un día para otro su rostro se volvió rudo y curtido. Comenzó a tener dificultades en la vida. Una ráfaga trágica lo envolvió desmoronándolo como un bloque de dureza escultural.
    Inmerso en un mapa modificado, con una negrura aterradora y profética, se convirtió en una roca en medio de la tempestad familiar. Nadie lo entendía, nadie lo apoyaba.
    Azotado por las olas del sufrimiento, respondía lleno de cólera.
    Hasta que decidió mudarse a otro país, convencido de que allí algo lo salvaría.
    Y fue así que encontró, luego de vagar por muchos días seguidos, sin conocer demasiado de donde estaba, a un indio, que se dedicaba a curar todo aquello que los médicos no hallaban solución. Obedeciendo al pedido de “El indio” –así lo llamaban en la región- concurrió al lugar citado, una hermosa montaña con vista al mar. Fueron nueve días entre martes y viernes. Luego de un breve tiempo de haber seguido las indicaciones del “médico (no médico) curandero”, volvió a ser aquel hombre brillante y activo como  lo era antes. No quiso volver a su país.
    Conoció en una de las sesiones de “El indio” a una mujer encantadora, que lo ayudó a conseguir un trabajo digno de acuerdo a su profesión, abogado, escritor y poeta.
    Al enterarse de lo sucedido, sus familiares le pidieron que volviera. Pero él prefirió hacer caso a su corazón, se quedaría allí donde le devolvieron la vida.

    Malania



  • General

    SIMPLEMENTE HOY

    “me deleito en el placer de no pensar, ni formular preguntas ni esperar respuestas” lo escribió mi querida amiga Marina Collado Prieto en su presentación de la página Escritores y Letras, “Dormir o despertar”.

    Y es así,
    muchas veces cierro los ojos, no veo, no pienso, no hay nadie a mi alrededor, por lo tanto no habrá preguntas, ni tampoco  me pregunto nada, simplemente existo, disfruto del estar. Pero a la par nacen cosas maravillosas: una paz enorme que me envuelve, una música suave que viene desde no sé dónde, el canto de un grillo que busca a su pareja en la oscuridad de la noche o el trino de pájaros que me avisan que ya amaneció.
    Y me vuelvo a dormir, aunque sea por unos minutos más. Y sueño, algo que luego no recuerdo, pero que fue lindo, porque me despierto con una sonrisa.
    Y pienso en la postal que me enviaste, ilustración del crepúsculo en diagonal y en declive, en ese corazón que parece el agujero bajo un puente formado por un árbol caído, y el agua del río que refleja las copas multicolores de los árboles. Pienso y sonrío, sola con mi soledad pero feliz por vivir un día más. Y no pregunto nada, ni siquiera para saber por qué me enviaste esa postal con una cascada.
    Es hermosa y ya, ahí termina la cuestión. Porque no quiero pensar en el ayer, el presente es un hermoso regalo y no vale la pena desperdiciarlo.

    Malania.

    Imagen de la red. Gentileza de R. G.

  • Poemas

    LETRAS Y ROSAS

    Los versos ingenuos
    que escriben las rosas
    con sus finos pistilos
    cuando se posan
    las mariposas.
    Son versos tiernos
    que brotan en racimos
    que nacen del aroma
    de pimpollos amarillos
    cuando al amanecer
    cae el fresco rocío.
    En silencio injusto
    tus letras de hombre,
    enamorado de la muralla
    de piedra y hongos
    de un amor embalsamado
    y de la soledad sin alas,
    las plasmas con calidad vana.
    Porque al verdadero amor
    también se lo lleva el viento
    cuando el hombre,
    quedo en su confort,
    prefiere dejarlo ir
    sin luchar por retenerlo.
    Murallas que impiden soñar,
    aunque sueñas en letras
    preciosos y fulgurantes versos
    que escribes con tus manos,
    esas manos que un día
    hicieron florecer
    pétalos de rosas rosas
    en mi vientre blanco.                                 

    Malania

  • Poemas

    MARIPOSA SENCILLA

    Sin esfuerzo aletea,
    sobre el follaje florecido
    de lantanas, zinnias,
    claveles, lavandas  
    y campanillas amarillas,
    una mariposa resplandeciente
    de alas transparentes.
    La brisa perfumada  
    contrasta en la tarde
    con las nubes neblinosas
    de polen pigmentado
    que las abejas han dejado  
    como queriendo arrasar
    con todo lo más rico y provechoso
    de las flores, a pleno sol
    en horas de mediodía..  

    Imagen: R. E. Ch.

  • Haikus

    DÍA GRIS

    (Haykus)

    Neblina baja
    entre el verde y grisáceo
    frío amanecer.

    Fuertes, erguidos
    los árboles cansados
    esperan al sol.

    Colchón de helechos
    húmedos permanecen
    por vida plena.

    Duermen los duendes
    con oídos atentos
    cuidan su entorno.

    Flota un misterio
    árboles custodiados
    duendes sin miedo.

    Imagen: R. E. Ch.