Hoy di un paseo entre los árboles, y vi cómo competían en silencio, cada uno mostrando su esplendor, con colores brillantes como un sueño.
Las hojas se visten de oro, y otras, rojas como el fuego, se despliegan al viento con orgullo, bailando su danza al ritmo del cielo.
En cada rincón, un arco iris de verde, donde el sol se filtra con cautela, y cada rama, con su traje único, canta una melodía de naturaleza.
Un concierto sin palabras ni juicios, donde el brillo de cada color es testigo de que, aunque compiten por resplandecer, en su quietud, juntos aprenden a crecer.
Algunos le dan respiro a las hojas ellas caen y desaparecen. Es hora de lucir sus bellas flores cada cual con sus propios colores.