Poesía

PICAFLOR

Revoloteaba un colibrí en el cielo de antaño,
como un suspiro leve sin hallar descanso.
Entre flores marchitas y brisas sin fin,
envolviendo su sombra en vuelo sutil.

Multicolor fue su estampa fugaz,
destello que el tiempo no quiso guardar.
Picaflor errante, eco del ayer,
que en cada pétalo quiso renacer.

Lo vi tantas veces al caer la tarde,
al ponerse el sol tras viejos alambres.
Era un poema sin verso ni voz,
una despedida con forma de flor.

El jardín ya no guardaba su olor,
pero el viento murmuraba su antigua canción,
lo busqué en el cielo, lo nombré sin fin:
tan solo recuerdos al dulce colibrí.

Pero un domingo, después de mucho tiempo
volvieron en danza pequeños picaflores
con su madre a la par, aleteando canciones
entre plantas y flores con pétalos al viento.

Una mañana tibia y clara del cielo sin fin,
revolotearon como almas de ágil colibrí.
Con alas de brisa, su vuelo es color,
pintando en el aire un sueño multicolor.

Hoy va de flor en flor, pequeño cantor,
susurra secretos con dulce fervor.
El picaflor danza, no busca razón,
solo sigue el ritmo de su corazón.

Malania

Imágenes de la red.

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