• Poesía

    SIN UNA BRECHA

    ¿Me ayudas?
    Sin que exista una brecha.

    A escribir en el agua
    con una pluma estrecha.

    A pintar en el cielo
    con el ala de un pájaro en vuelo.

    Tú en una nube azul
    vestida con brocado y tul.

    Yo en una blanca
    con burbujas matizadas.

    O bien en una sola
    unidas por una estola.

    O con algodón y juncos
    los dos en uno,  los dos juntos.  


    Malania.

    Imagen:  de la red.

  • Poemas

    FIESTA DE COLORES

    En borracho amanecer,
    cantan los grillos.
    Refinados, en armonía
    con mariposas en vuelo
    pintan el cielo de amarillo.
    Amarillo acaramelado
    naranja amarronado.
    Y matizan el horizonte
    con celeste azulado
    y un rojo apasionado.
    Y por si fuera poco
    el vuelo de golondrinas
    vibra en V de Violeta
    entre turquesa y dorado.
    Sin quedar atrás,
    los horneros juntan barro
    mientras el carpintero
    coquetea con el viento
    desde la copa de un árbol.

    Malania Imagen: N. G.

  • Poemas

    BORDADO ESPEJO

    El silencio se resbala lento, 
    sin intentar desenredar
    los hilos del tiempo.
    La pereza se instala
    con el gris de la mañana
    bajo las sábanas floreadas.
    Hasta las piedras se encarnan
    para soñar
    en penumbra de alborada.
    Lejos del esmog
    de la gran ciudad
    salgo a caminar.
    Lleno mis bolsillos de colores,
    me identifico con el naranja
    -es mi preferido-
    con el espejo del agua,
    con el celeste del cielo
    y su reflejo en el río.
    Con las plantas silvestres
    recién amanecidas
    con el sol en despunte
    cuando no arrecia el frío.
    Malania
    Imagen  propia
  • Poemas

    ROSA SOLITARIA

    Como ninguna
    a lo alto floreciste
    como mirando a la luna
    que de día permanece
    en un cielo muy celeste
    viendo como naciste
    bajo el sol resplandeciente.

    Malania.

    Imagen: M. R. T.

  • Minicuentos

    ¿BAILAMOS?

    Un pájaro se deslizó en el cielo.
    Al seguirlo con su vista, no consideró el sol, que lo cegó momentáneamente.
    Justo después de eso, aquel rayo de luz plantó una imagen en su mente:
    Un patio de ladrillos, o de tierra. Había mucha gente, y entre la multitud, una hermosa mujer, sentada en una silla junto a la pared.
    -¿Bailamos? Le dijo sonriendo.
    – Encantada, pero no sé bailar folklore.
    – Bueno, no importa. Siempre hay una oportunidad para aprender. -Dijo él sin dejar de sonreír.
    – Entonces enséñame.
    Al ritmo de una zamba danzaron riéndose de los pasos que -en falso- daba ella. En cambio él, bailaba muy bien con pasos seguros.
    Terminado el tema musical, se sentaron uno al lado del otro y él le dijo:
    – Yo, en realidad, hablaba de la vida, no de un ritmo. Simplemente pensé en el folklore, donde los bailarines, cualquiera fuese la zamba, empiezan de frente, con buena intención, mirándose a los ojos, con una sonrisa en los labios, y cada uno con un pañuelo en las manos, que mueven reflejando sus sentimientos al bailar.
    Y prosiguió: – Ese vuelo del pañuelo simboliza “el esperado vuelo del alma”. No se tocan casi nunca, pero entre sus pañuelos, habla la vida…
    – Ella sonriente y sonrojada por no haber comprendido la intención inicial, se quedó muda. Luego, tomando su pañuelo de una punta y haciéndolo volar en el aire, le dijo:
    – Disculpa, pero suelo ser de reacción tardía. Ambos rieron.
    Lo escuchó atentamente mientras él siguió hablando.
    – Traduciendo: Era una simple invitación a tomar un café juntos y conocernos, como dos personas que andan solas en la vida, buscando un compañero de camino, en la multitud indiferente…. ahora que estuvo más claro… ¿Bailamos?.
    Antes de despedirse, ella muy tímidamente le dijo: -Bailemos.
    Y en la noche quedó sellada una esperanza, con un gran abrazo y un beso en la mejilla.

    Malania. (Inspirada en el texto de R. E. Ch.)

    Imagen propia

  • Poemas

    EMPEZAR DE NUEVO

    Paladeó una  idea con sabor desconocido,
    trazando una curva inverosímil con letras
    bajadas de un cielo entre nubes perdido.
    Saboreó el placer de navegar o transitar
    y de vivir en el borde del mundo
    ataviado en una campaña nueva
    contra lo nunca antes visto y menos vivido.
    Empezar algo nuevo cuesta –pensó-
    como quien camina por una picada empinada
    con las piedras toscas en punta
    donde es posible  doblarse el tobillo
    o caer y lastimarse con las piedras en vilo.
    Es necesario recorrer despacio el lugar elegido
    mirando hacia  abajo y también su laberinto.
    Y de tanto transitar  por el mismo lugar
    se irán emparejando y aplanando las piedras
    y  en un camino llano y liso, convertirlo.
    El asunto está en seguir
    el mismo camino con facilidad
    hasta más allá de la saciedad
    o cambiar tomando otro sendero, otra picada
    desconocida y quizás
    más difícil, o no.
    Puedes ir solo o llevar a una mula de reata
    vestir una camisa de miedo
    o cubrirte de renovado vigor.
    Una violenta sacudida
    ascendió por la madera rasa
    le aguijoneó las manos
    y se dio cuenta que dormía
    bajo las sombras de la noche
    que a sus espaldas caía.
    Sumado al largo sueño
    después de un cansado día
    amaneció con una sensación de bienestar.
     Malania
    Imagen propia.
  • Relatos

    LOGRO DE UN OBJETIVO

    Su origen lo obligó a tomar la vida con seriedad, lo que a veces debía explicar a sus amigos, sobre todo cuando lo invitaban a salir de juerga.
    Sentía como pinchazo de aguijón o como golpe de cincel cuando insistían en que no debía estudiar tanto y salir a “renovar el aire”.
    Pero se quedaba, conocía sus obligaciones y las tenía claras: estaba allí para estudiar, dar los exámenes en tiempo y forma y terminar la carrera lo antes posible. Sabía que su madre hacía un sacrificio tremendo para que pudiera graduarse. Muchas veces sacaba fuerzas invisibles para continuar, de un mundo que era rutilante para muchos y opaco para otros. Él seguía sin detenerse a pensar en eso. Por momentos percibía las cosas situadas a gran distancia, inalcanzables. Pero nada lo detenía y nadie lo detuvo.
    Y llegó el día tan esperado de dar el último examen. Con ansias y mucha expectativa lo esperaban frente a la Facultad su madre, su hermano mayor y varias amigas y compañeros de estudio. Cuando salió por la puerta principal, con los brazos extendidos al cielo como dando gracias, todos lo aplaudieron. Lo dejaron casi desnudo en la vereda de la plaza de enfrente, lo bañaron con huevos, harina y agua. Gran festejo merecido por haber hecho un gran sacrificio para lograr lo que había comenzado en la gran urbe, lejos de sus familiares. Sucio, pegajoso y mojado, viajó en tren hasta su hogar alquilado hasta ese año. Los demás pasajeros lo miraban. Con seguridad no sabían lo que sentía su corazón y el de su familia.

    Malania

    Imagen propia.

  • General

    ¿INFLUENCIA CÓSMICA O MILAGRO?

    Sus magnas posibilidades de hombre,
    fueron envueltas por un vertiginoso hado
    y se confundieron con el plumaje
    de un océano verde y azul,
    como la cola de un pavo real.
    Como plumas desvanecidas por el viento
    y estrellas relegadas
    hasta caer en mullida alfombra,
    quedó tumbado en la arena
    bajo los rayos calcinantes de verano.
    Su ritmo cardíaco no era armónico.
    Un hecho axiomático: su arritmia.
    Parecía de a ratos un ser inanimado.
    La gente comenzó a aplaudir
    para llamar la atención de los guardavidas.
    Los paramédicos acudieron de inmediato.
    De entre la multitud,
    una voz particular
    lo hizo reaccionar.
    Se incorporó como por arte de magia
    y al verla, su semblante se transformó.
    La alegría del saber que ella estaba allí,
    que no se había ahogado,
    le devolvió el ritmo normal del corazón
    tanto como para tomarla entre sus brazos
    y elevarla hacia el cielo
    dando gracias infinitas
    por haberla encontrado viva.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    CAMINO AL CERRO

    Tomó una refrescante ducha y se revistió de miedo,
    no era lo suyo eso de conocer gente nueva,
    se sentía como si fuera a limar una telaraña sin hilos
    y los pasos que daba eran tan inseguros
    por aquel blanco e inmaculado camino
    sembrado de frágiles y secas hojas al vuelo.
    Su aliento flotaba como en mar adentro,
    su caminar por el sendero empinado
    hacía elevar en silencio su mirada al cielo,
    mientras las finas ramas de los árboles
    con sus hojas aventadas por la racha del viento
    intentaban darle ánimo, fuerza y aliento. 
    Y llegó a la cima, 
    consiguió escalar el cerro.  
                                                                 Malania
     
    Fotografía tomada de internet
  • Haikus

    SENDERO OTOÑAL

    Haykus

    Frías lloviznas
    Deslustrado atardecer
    Tiempo inestable.

    Cielo estrellado
    Efectos centelleantes
    Cambia el paisaje.

    Huellas mojadas
    Amanecer temprano
    Sendero otoñal.

    Imagen: R. E. Ch.