PÉTALOS
En último acorde de un te quierodormitó sobre una nube de topacio.Doblegada en el tiemponavegó esfumándose en el espacio.Qué difícil la vida
cuando el sentimiento fluye en cantoy el tiempo en el viento se lo arrebata.Perdura un manto de esperanza
en alas de pétalos escarlata.Fotografía gentileza de Rub. E. Ch.LLAMA DE ESPERANZA
Avanzó desde el sótano oscuro
entre objetos de bordes filosos
y húmedas esquinas
entre espacios vacíos
y amontonamientos mustios
entre maderas de roble
y fajas de nogal y lino
entre cobre y hierro
y chapas de metal sin brillo
entre duelas agujereadas
mal clavadas y destempladas
entre escuerzos sedientos
y vestigios de anillos.
Pero al fin logró
atravesar el portal
con libre albedrío
y hasta pudo contemplar al sol
reflejarse en el río..
Lo secuestraron por error
sin ser culpable del lío
luego lo detuvieron
por haber desaparecido.
A pesar de todo eso
no fue un presidiario triste
de una vida sinsentido.
Su esperanza estaba viva
de ser alguien algún día.
Nunca se durmió en laureles
avanzó y avanzó
con amor por la vida
sorteando cualquier laberinto.
Así pudo salvar las penas
recuperando los valores perdidos.Fotografía: Gentileza de Chana María A.
NUNCA ES TARDE
Era un hombre de unos cincuenta años.
Entraba al edificio por una ventana sin orificios
y sin mirar a nadie ni siquiera al portero,
subía las escaleras hasta el piso primero.
Allí vivía con un gato y un perro, cinco peces y un conejo.
Muchas veces se escuchaba un zapateo,
pero nunca se supo si era el hombre
o el perro, que saltaba con el conejo.
Decían que tenía una pierna más corta que la otra
y por eso, usaba zapatos de tacos
medianamente altos y con bordes de acero.
Caminaba por las calles
como un canto desconocido y lento,
sus proyectos inconclusos nunca tenían acuerdo,
con una mujer del pasado
que llevó el mismo nombre del perro.
Fueron socios en algún tiempo.
Nunca fueron amantes,
aunque las malas lenguas decían
que una sola vez tuvieron sexo,
fue cuando engendraron a una niña
que nació en el invierno.
La mujer llamada Calíope, era tan pero tan fea
con ojos de rana y cabellos de cerdo.
Borrachos en la media noche
no se sintió lo feo y agrio del cuerpo.
A veces de sus ojos negros
brotaban lágrimas como anzuelos.
Él no perdía las esperanzas
de escuchar algún “te quiero”.
Pero si hasta para conquistas ¡era lerdo!.
Una vez por semana veía a la niña con celo.
Era muy bella y coqueta, de la madre no sacó ni el pelo.
Se parecía a su abuelo, ojos grandes color cielo
y los labios como de nadie, porque eran de terciopelo.
La madre viajó muy lejos
en búsqueda de otros sueños
y dejó a la niña en penumbras
un día en año nuevo.
El padre se mudó de casa con el gato,
el conejo, los cinco peces y el perro.
Llevó con él a su hija para darle un buen sustento.
Muy obediente la niña, la vida no la tomó como juego
y estudiando se graduó, como logro de sus sueños.
El padre ya jubilado acompañaba sus proyectos.
Logró ser muy exitosa, aunque tuvo retos a duelo.
Viajó con su canoso padre, sin sonrisas ni al espejo,
pero lo que tenía de serio no lo tenía de viejo.
Un día menos pensado despertó otros sentimientos,
se dio cuenta que al sonreír era dulce y muy tierno,
para esa dama que apareció como si fuera un cuento.
Se enamoraron los dos y al año nació un niño,
y más que padre era el abuelo,
pero él orgulloso no hizo caso a los chimentos
y logró su eterno sueño.
El hombre llamado Eusebio,
formó una familia con su esposa Rufina,
su hija Yanna y su hijo Aniceto.SIN ESTORBAR
Nivelan la superficie verdealguna vez, color de esperanzalos caramillos sin estorbar.¡ESO!Ya no quiero obstaculizarni siquiera tu pensamiento.Volcaré mis sentimientosen lechos de hojas agudasen páginas claras y vacíasque no fastidien tu dureza.Las pecas luminosas de mi cielote iluminarán en silenciosin que te percates de ellopara no infligiren tu delicado y portentoso silencio.Fotografía: Julián Tenaschuk