• Relatos

    LOGRO DE UN OBJETIVO

    Su origen lo obligó a tomar la vida con seriedad, lo que a veces debía explicar a sus amigos, sobre todo cuando lo invitaban a salir de juerga.
    Sentía como pinchazo de aguijón o como golpe de cincel cuando insistían en que no debía estudiar tanto y salir a “renovar el aire”.
    Pero se quedaba, conocía sus obligaciones y las tenía claras: estaba allí para estudiar, dar los exámenes en tiempo y forma y terminar la carrera lo antes posible. Sabía que su madre hacía un sacrificio tremendo para que pudiera graduarse. Muchas veces sacaba fuerzas invisibles para continuar, de un mundo que era rutilante para muchos y opaco para otros. Él seguía sin detenerse a pensar en eso. Por momentos percibía las cosas situadas a gran distancia, inalcanzables. Pero nada lo detenía y nadie lo detuvo.
    Y llegó el día tan esperado de dar el último examen. Con ansias y mucha expectativa lo esperaban frente a la Facultad su madre, su hermano mayor y varias amigas y compañeros de estudio. Cuando salió por la puerta principal, con los brazos extendidos al cielo como dando gracias, todos lo aplaudieron. Lo dejaron casi desnudo en la vereda de la plaza de enfrente, lo bañaron con huevos, harina y agua. Gran festejo merecido por haber hecho un gran sacrificio para lograr lo que había comenzado en la gran urbe, lejos de sus familiares. Sucio, pegajoso y mojado, viajó en tren hasta su hogar alquilado hasta ese año. Los demás pasajeros lo miraban. Con seguridad no sabían lo que sentía su corazón y el de su familia.

    Malania

    Imagen propia.

  • Poemas

    CÁLIDO SUEÑO

     
     
    Si durmieras vida mía,
    en el barco de mis sueños
    y pusieras tu sonrisa
    en alas de benteveo,
    me amarraría a tus ansias
    esas que ambos queremos,
    a llenarnos de placeres
    de los que emanan en fuego,
    cuando el sol rompe la niebla
    y al frío empuja a lo lejos.
     
     
    Malania

     

    Imagen de la red. 

  • Minicuentos

    PETRONA

    Ha nacido junto a varios más, no sé bien cuántos. Fueron creciendo con la ventaja del calor de los días y el alimento que mamá gata conseguía en el vecindario, más la leche materna. Pero llegó el momento que cada uno debía conseguir un hogar para vivir y sobrevivir.
    Un día de lluvia apareció ante la puerta de Vero un pompón que maullaba. Sin pensar lo hizo pasar para darle de comer. Le preparó una cama con una caja y una pequeña alfombra que ella misma había fabricado. A Vero le gustaban las artesanías y tenía especial habilidad para esas cosas.
    Debía encontrar un nombre pero la duda se presentó cuando su hija le preguntó: ¿Es él o es ella? No se sabía porque no querían tocar al pompón para no ahuyentarlo; y lo llamaron Petrona.
    Cuando se domesticó después de varias semanas, Petrona se tiró patas arriba para dormir más cómoda en su caja, mientras Vero preparaba el almuerzo. Para sorpresa de los moradores, vieron ahí que era gato y no gata. Rieron hasta que lo despertaron. Petrona los miró y como no entendía nada, siguió durmiendo plácidamente.
    Ahora es tan mimoso y confianzudo que duerme a los pies de Vero y cuando ella estudia el curioso Petrona se acuesta sobre las hojas para llamar la atención. Busca mimos o avisa a su dueña adoptiva que es hora de descansar. Es una mascota adorable.

    Malania

    Imagen: V. D. S.

  • General

    BUENOS DÍAS

    Con pensamientos inexpresados
    y el tiempo incoloro
    imposible de captar,
    evocaba imágenes de fantasía
    enzarzado en una batalla
    que creía perdida.
    Soportó la fatiga
    y recuperando fuerzas
    desplegó sus alas y pensó:
    Debo emprender vuelo,
    hoy será un buen día.
    El hambre no le permitía
    quedarse quieto en su nido,
    debía buscar comida
    para ella y sus polluelos.
    Y dejando atrás los relámpagos,
    voló sin mirar los deshielos,
    se posó sobre una blanca dalia
    y un girasol amarillo.
    Comió semillas de mijo
    y tomó lo necesario
    para volver a su nido.
    Sus polluelos felices
    la recibieron en trino y a coro:
    Hoy es un buen día.

    Malania

    Imágenes de la red.
    Gentileza de R. G.

  • General

    SOLO ERA DIFERENTE

    Las dimensiones del imponente río,
    amedrentaba los sentidos de los transeúntes.
    Todo iba rumbo al mar
    guiado por la corriente
    apresurada por llegar al final.
    Intrépido el navegante
    se dejó llevar
    ante la atónita mirada
    de curiosos bajo sus paraguas,
    algunos agujereados por el granizo
    y desde lejos observaban
    al arriesgado navegante.
    Tal vez irá a parar a una tundra
    o quizás terminará en un safari,
    comentaban los curiosos.
    Ocultaba la razón de su viaje
    y la llama azul de un día distinto.
    Su gracia y su perfección
    habían desaparecido,
    no era mejor ni peor,
    solo era diferente.
    No llegó ni a la tundra ni al safari,
    navegó y navegó
    y se hundió en su propio destino
    junto a un herrumbrado tejado.
                                                       Malania
    Imagen propia.
  • General

    ROSA CARMÍN

    Se balanceaba sin rumbo fijo,
    de norte a sur y de este a oeste,
    como si fuera un trompo confuso
    o una veleta desorientada.
    Quizás algunas copas demás
    tomadas en algún bar
    le apagaron los colores
    de la belleza y la alegría,
    recordando el pasado
    en que para alguien existía.
    Adormilada,
    trató de mantenerse en pie,
    caminó en silencio
    entre hierbas y ramas secas
    de un terreno baldío,
    recordando sus melancólicos ratos libres,
    y sollozando al ritmo
    del crujir de las hojas
    de un otoño frío.
    El viento ondulaba sus cabellos castaños
    y al ritmo de los impulsos
    de una lejana melodía
    sintió deseos de bailar
    frente a las olas del mar.
    De pronto alguien se puso a la par,
    le ofreció su brazo para juntos caminar,
    y le regaló una rosa que al paso logró cortar.
    Le susurró al oído:
    “no temas, no te haré daño”
    “te llevaré a tu hogar”.
    Al día siguiente se despertó
    y la rosa, más bella que jamás haya visto,
    la miraba desde una copa de agua.
    ¿Quién la había acompañado hasta su casa?
    Quizás nunca lo sabrá
    porque de nada se acordaba.

    Imagen: N. V. S.

  • Minicuentos

    DE BRILLANTE A RUDO

    Y viceversa.

    Hay cosas que suceden inesperadamente, nos toman por sorpresa y ocurren por casualidad. Pero están los que dicen que nada es casual pero sí, causal. Todo tiene un porqué.
    Él era brillante, tanto en su aspecto personal, en su trabajo, en el amor. Pero de un día para otro su rostro se volvió rudo y curtido. Comenzó a tener dificultades en la vida. Una ráfaga trágica lo envolvió desmoronándolo como un bloque de dureza escultural.
    Inmerso en un mapa modificado, con una negrura aterradora y profética, se convirtió en una roca en medio de la tempestad familiar. Nadie lo entendía, nadie lo apoyaba.
    Azotado por las olas del sufrimiento, respondía lleno de cólera.
    Hasta que decidió mudarse a otro país, convencido de que allí algo lo salvaría.
    Y fue así que encontró, luego de vagar por muchos días seguidos, sin conocer demasiado de donde estaba, a un indio, que se dedicaba a curar todo aquello que los médicos no hallaban solución. Obedeciendo al pedido de “El indio” –así lo llamaban en la región- concurrió al lugar citado, una hermosa montaña con vista al mar. Fueron nueve días entre martes y viernes. Luego de un breve tiempo de haber seguido las indicaciones del “médico (no médico) curandero”, volvió a ser aquel hombre brillante y activo como  lo era antes. No quiso volver a su país.
    Conoció en una de las sesiones de “El indio” a una mujer encantadora, que lo ayudó a conseguir un trabajo digno de acuerdo a su profesión, abogado, escritor y poeta.
    Al enterarse de lo sucedido, sus familiares le pidieron que volviera. Pero él prefirió hacer caso a su corazón, se quedaría allí donde le devolvieron la vida.

    Malania



  • General

    SIMPLEMENTE HOY

    “me deleito en el placer de no pensar, ni formular preguntas ni esperar respuestas” lo escribió mi querida amiga Marina Collado Prieto en su presentación de la página Escritores y Letras, “Dormir o despertar”.

    Y es así,
    muchas veces cierro los ojos, no veo, no pienso, no hay nadie a mi alrededor, por lo tanto no habrá preguntas, ni tampoco  me pregunto nada, simplemente existo, disfruto del estar. Pero a la par nacen cosas maravillosas: una paz enorme que me envuelve, una música suave que viene desde no sé dónde, el canto de un grillo que busca a su pareja en la oscuridad de la noche o el trino de pájaros que me avisan que ya amaneció.
    Y me vuelvo a dormir, aunque sea por unos minutos más. Y sueño, algo que luego no recuerdo, pero que fue lindo, porque me despierto con una sonrisa.
    Y pienso en la postal que me enviaste, ilustración del crepúsculo en diagonal y en declive, en ese corazón que parece el agujero bajo un puente formado por un árbol caído, y el agua del río que refleja las copas multicolores de los árboles. Pienso y sonrío, sola con mi soledad pero feliz por vivir un día más. Y no pregunto nada, ni siquiera para saber por qué me enviaste esa postal con una cascada.
    Es hermosa y ya, ahí termina la cuestión. Porque no quiero pensar en el ayer, el presente es un hermoso regalo y no vale la pena desperdiciarlo.

    Malania.

    Imagen de la red. Gentileza de R. G.

  • General

    ¿INFLUENCIA CÓSMICA O MILAGRO?

    Sus magnas posibilidades de hombre,
    fueron envueltas por un vertiginoso hado
    y se confundieron con el plumaje
    de un océano verde y azul,
    como la cola de un pavo real.
    Como plumas desvanecidas por el viento
    y estrellas relegadas
    hasta caer en mullida alfombra,
    quedó tumbado en la arena
    bajo los rayos calcinantes de verano.
    Su ritmo cardíaco no era armónico.
    Un hecho axiomático: su arritmia.
    Parecía de a ratos un ser inanimado.
    La gente comenzó a aplaudir
    para llamar la atención de los guardavidas.
    Los paramédicos acudieron de inmediato.
    De entre la multitud,
    una voz particular
    lo hizo reaccionar.
    Se incorporó como por arte de magia
    y al verla, su semblante se transformó.
    La alegría del saber que ella estaba allí,
    que no se había ahogado,
    le devolvió el ritmo normal del corazón
    tanto como para tomarla entre sus brazos
    y elevarla hacia el cielo
    dando gracias infinitas
    por haberla encontrado viva.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    CAMINO AL CERRO

    Tomó una refrescante ducha y se revistió de miedo,
    no era lo suyo eso de conocer gente nueva,
    se sentía como si fuera a limar una telaraña sin hilos
    y los pasos que daba eran tan inseguros
    por aquel blanco e inmaculado camino
    sembrado de frágiles y secas hojas al vuelo.
    Su aliento flotaba como en mar adentro,
    su caminar por el sendero empinado
    hacía elevar en silencio su mirada al cielo,
    mientras las finas ramas de los árboles
    con sus hojas aventadas por la racha del viento
    intentaban darle ánimo, fuerza y aliento. 
    Y llegó a la cima, 
    consiguió escalar el cerro.  
                                                                 Malania
     
    Fotografía tomada de internet