• General

    SU PRESENCIA

    Observador empedernido
    de la fascinante naturaleza,
    pero sobre todo
    del mar y del atardecer en el río.  

    Sus ojos llenos de bondad
    centelleaban buen humor.
    Su mirada y su porte revelaban
    que era un hombre culto y sabio.
    Su voz era grave y modulada,
    totalmente cautivadora.
    Las palabras fluían de su boca
    en un torrente de elocuencia y poesía.
    Suscitaba admiración y respeto.
    Sumido en abrumador silencio,
    su presencia resplandeciente
    de hombría y amor
    irradiaba una dulzura espontánea.
    Talante y afectuoso.
    Su presencia engalanaba mi habitación
    y expandía su perfume natural
    en una atmósfera mágica
    de paz y serenidad.

    Malania

    Imagen: propia

  • Poemas

    CUMBRES Y RECUERDOS

    Mientras pienso en soledad,
    mi memoria opera,
    agregando a los recuerdos
    una nueva belleza.
    Introduce el pasado en el presente
    dimensionando el tiempo.
    Una rica red de recuerdos
    en planos diferentes,
    abandona los privilegios
    para vivir la vida
    en plena la naturaleza.
    Hay hilos misteriosos que cortan la vida,
    se entrecruzan y se redoblan,
    esperando la trama del fin del día.
    Y aunque parezca fútil,
    los árboles se acomodan
    enfilados para compartir
    el calor de sus ramas,
    mientras el sol,
    brillante como ojos de pájaro,
    a la nieve cosquillea
    que se derrite y baja
    por las caras de la cordillera.

    Malania

    Imagen: C. J. V.

  • Relatos

    UN ANTES Y UN DESPUÉS

    Cuando se dio cuenta que lo que estaba tomando a diario eran cápsulas de efecto placebo, pensó en explorar otros destinos.
    Vivió largos días, separada por el éter incoloro de dos años interminables. No solo separada, sino diferente de lo que había sido hasta antes de que todo se parara, de que todo se cerrara. Pero ahora despertó y sintió que sus sueños pintaban otros colores.
    El gris se convirtió en azul plateado, el marrón en anaranjado, y así la paleta creció y se extendió ante sus ojos, adornada con los sueños del antes y el ahora. Los tiempos eran distintos y el planeta tierra surgía más lindo aún, con una flora particular, después del descanso y crecimiento en libertad.
    Parecía estar viviendo en otro mundo cuando observó el precioso paisaje, como si estuviese iluminado por muchas lámparas de diferentes colores.
    Vio en el espejo del agua los árboles reflejados y bañados en el perfume de los espinos dorados.  
    Sus días cambiaron y ya no necesitó más píldoras para vivir con alegría.
    La naturaleza transformó su visión del tiempo y del espacio. Bastaba contemplar su entorno y contagiarse con la energía que vibraba a su alrededor.

    Imagen: R. E. Ch.

  • Poemas

    CALÉNDULA

    Nada suntuosa,
    pero sí, admirable
    a solaz yergue su belleza
    cuando se disipa la neblina
    y el sol la ilumina.
    Lejos de las ninfas
    y de oscuras estrellas
    lejos del basural
    de jardines ocultos
    de  vitrales helados
    y espinosas enredaderas.
    Cómplices,  el viento
    y la resquebrajada tierra
    no impidieron
    después de una pesadilla
    que renazcan las gardenias
    y también una caléndula.
    Lejos del mar
    aspiró su propia fragancia
    y creció
    lejos del sopor
    de las aves nocturnas
    con una vida plena
    vestida de belleza
    excede los límites
    de la naturaleza.
    Imagen de la red.
  • Poemas

    AFISIONADO POETA

    En la perspectiva del tiempo
    los renglones en blanco
    se intercalan
    con páginas ilustradas
    de momentos apacibles.
    En simetría, mueve sus alas
    el glorioso colibrí
    sobre el jardín florido y luminoso.
    Al igual que las mariposas,
    que después de un vuelo intenso
    a descansar en un plato se posan.
    No hay nada más estimulante y profundo.
    El perfume de claveles rosados
    rojos o matizados
    reaviva su pasión por la naturaleza.
    Y es así que nacen los versos
    en poesías y poemas
    o en renglones asimétricos
    en prosas, del aficionado poeta.

    Imagen propia.

  • General

    REFULGENTE

    Resplandece,
    ilumina,
    encandila.
    Es el rey de la naturaleza.
    Sin él no tendríamos
    ni luz, ni calor,
    no podríamos sentir
    el aroma de una flor.
    No pide permiso
    y traspasa fronteras
    se baña en el mar
    y en el río penetra.
    Refulge
    por entre las ramas,
    acariciando hojas
    se pasea.
    Y aunque las nubes
    estén opacas,
    ilumina el aire
    y las aceras.

    Imagen: M. J. T.

  • General

    LA ROSA AMARILLA

    En el aire flota
    un sentimiento
    transitando
    los bordes aromáticos
    de una flor amarilla
    con pétalos matizados
    por el sol y la tierra.
    Con su belleza
    decorativa
    aterciopelada
    más que traviesa
    muestra el arte
    de la naturaleza.
    No existe espejismo
    es verdadera vida.
    El sol la engalana
    la perfuma
    la ilumina
    y le da color.

    Imagen: N. V. S.

  • General

    ATARDECER DE FUEGO

    Allí donde la vida levanta muros
    la inteligencia abre una salida.
    Posa la naturaleza para el poeta
    como la dama para el pintor.
    Como en un soplo de fuego
    el sol se va despidiendo de un día más.
    Después la claridad se vuelve un suspiro
    vacía de pensamientos.
    El espacio busca la noche
    para el descanso de laboriosas manos.
    En el aire flotan nubes
    que de azules se vuelven grises
    para convertirse en negras invisibles
    mezclándose con la briza fría
    de un silencio cristalino y picaresco.

    Imagen: Propia

  • General

    MERECEDOR

    Regalo de la vida,
    refugiarse en el perfume de las flores
    y en el seno de la naturaleza pura,
    para hacer de nuestro baile imperfecto
    el más hermoso,
    al compás de la música de los pájaros,
    poder  montar a caballo despierto o dormidos,
    soñar juntos piel a piel
    y deleitarnos con la savia
    y miel de nuestra intimidad.

    Imagen: M.J.T.

  • General

    BUENA RUTINA

     
    A través del tiempo pude darme cuenta que las mejores postales que nos ofrece la naturaleza son efímeras. Además, no se da nunca una igual a otra. Son espectáculos, que quienes los apreciamos, nos sorprendemos de ellos y si no aprovechamos el momento justo, nos lo perdemos para siempre.
    Esto ya lo he dicho en otra ocasión. Pero la de hoy, en mi recorrido de las 7 de la mañana, fue particular porque estuvo presente un fenómeno natural poco visto en esta zona, la neblina. Más de una hora percibiendo aromas diferentes. Cubiertos de rocío el césped, las plantas, las flores y los frutos. El pasto recién cortado, otros altos me llegan hasta los tobillos. La lluvia arrastró tierra suelta que encontró al paso, por cauces de arroyitos inventados por el abundante caudal de agua caída. La tierra no pidió permiso y se depositó en senderos de cemento aptos para las caminatas en el bulevar de la avenida. Hay que esquivar el barro para no resbalar y es ahí donde mis pies aplastan el pasto humedeciendo mis zapatillas grises. La altura mediana de los árboles de ese tramo, ofrecen el perfume de las flores silvestres. Una vez que cambio el rumbo y enfilo mi regreso a casa, otro es el espectáculo. Las guayabas y su alfombra, quedaron atrás, así como las paltas, los mangos, y otras frutas de estación. Ahora tengo que esquivar las espinas de los rosales que sobresalen de las verjas. Muy orondas se mecen al compás del viento perfumando las veredas con sus ramilletes blancos, rosados y lilas. Los que más abundan son los blancos que tienen un aroma inigualable. No son iguales a las rosas que venden en las florerías que parecen de plástico. Estas son nacidas en tierra fértil y se bañan de rocío al alba y al ocaso, o en noches calmas, casi en todas las estaciones del año. Quizás por eso conservan el perfume original a rosas frescas.
    A todo esto, tengo que sumar el canto de los pájaros: mirlos, gorriones, loros, algún extraviado zorzal y el papagayo de mi vecina que me saluda al pasar. Si no lo saludo me silba y se pega una carcajada.  
    Vuelvo a casa renovada después del incomparable espectáculo natural. Una buena rutina.

                                                                                                                                 

    Rosa Roja de N. V. S.