HONGOS VIOLETAS
No sé cómo nacieron en medio del verde césped o en medio de la nada, lejos de los jardines con flores de muchos colores.
La naturaleza nos invita a contemplar especies como estas, nunca antes vistas, al menos por mí.
La tierra seguramente ha recibido alguna semilla desde el aire, soltada por algún pájaro, o tal vez su semilla remontó en alas del viento hasta aterrizar en este espacio verde, eligiendo un lugar alejado de quien sabe cuántos hongos más que puede haber por muchos otros lugares.
Yo lo tomo como un regalo del cielo, quizás alguna persona de las que no está más en esta vida, me la envió de regalo, sabiendo que me gustan las flores y las plantas silvestres, y también sabía que mi color preferido era y es el violeta.
No sé si serán comestibles o no, pero por seguridad, prefiero que estén en el mismo lugar. Ahí nacieron y allí se quedarán hasta que la misma naturaleza se los lleve.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.Malania
Imágenes propias
GOZO AL NATURAL
Pasan los años
y la vida se presenta
como un proceso de demolición.
De nada sirve
ser demasiado formal
y horriblemente previsible.
Queda un desafío
salir de lo trillado
dejando de lado
la agenda del tiempo.
Hoy mi ciudad y el campo
amanecieron de buen humor
contagiando los corazones
de los que madrugan
y gozan con ver salir el sol.
Acaece una fiesta
la de la primavera
en la que bailan
las hojas verdes
al compás del viento
mezcla de perfume
y de bellos colores
de las diferentes flores
que nos regala
la incomparable naturaleza.Malania
Imagen propia
NATURALEZA VIVA
Quiero caminar entre las flores de un bello jardín, entre bosques de aromas que atrapen.
Quiero sentir el viento en mi cara, descubrir los misterios del río, beber el agua fresca del manantial.
Quiero andar por la naturaleza viva, la del árbol que anida a muchas aves, de llanos y montañas.
Naturaleza viva por ahí e de viajar sin querer alejarme, comer de tus frutos, echando a dormir en tu verde prado sin querer despertar.
Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez
Imagen C. O. V.
ENTRE EL VERDOR
Con colores vivosde pura naturalezasu atractiva formaes bellezaes poesía.
Su nombre:
Pico de loro.MalaniaImagen propiaPASCUAS
Cuál es el significado de la Pascua, cómo la vivíamos antes y cómo se la vive ahora en los diferentes lugares.
Pascua, según lo que relata el Nuevo testamento de La Biblia es la resurrección de Cristo tres días después de haber sido crucificado.
Para los cristianos es una época de recogimiento, reflexión y meditación.
La palabra Pascua deriva del latín eclesiástico pascha y se pronuncia pasca.
Esa palabra “pasca” me hace recordar a mi madre porque en esos días, ella hacía unos panes diferentes a los que elaboraba durante todo el año. Preparaba la masa, armaba el pan y antes de poner al horno le hacía rosetas, hojas y distintas formas de flores de la misma masa para adornarlo en la parte superior. Luego lo pintaba con huevo apenas batido y un chorrito de leche. Un horno a leña al fondo del gran patio de tierra, esperaba caliente por las brasas encendidas por mi padre, para asar el pan.
Ese pan se llevaba a bendecir la noche del Sábado de Gloria junto con otros alimentos, que según ella, tenían que ser de las diferentes especies: animal, vegetal y mineral, es decir de los tres reinos de la naturaleza.
Preparaba una canasta de mimbre, bastante grande, adornada con flores de siempre viva. Esa canasta no se usaba para otra cosa el resto del año. En ella colocaba el pan que había preparado con sus manos, una pequeña rosca de pan dulce y otros alimentos en porciones pequeñas, menos el pan (que llamábamos “la pasca”) iba entero. Recuerdo que esos alimentos eran: carne asada de vaca y de cerdo, chorizos, queso o ricota que adornaba con clavos de olor, crema de leche, manteca, huevos hervidos a los que se le pintaba la cáscara. Otros huevos se vaciaban y se los rellenaba con maní tostado y azúcar que sería algo así como la que hoy día se la conoce como garrapiñada.
También no podían faltar las manzanas, bananas y toda fruta de estación, además sal y azúcar y algunas otras especias que consideraban que podía cubrir algún huequito que quedaba en la canasta. También iba una botellita con agua y una vela pequeña para encenderla en el momento que lo indicara el sacerdote.
Esa noche, la del Sábado de Gloria, no se comía carne, solamente se cenaba varénikes hervidos, rellenos con ricota y bañados con crema de leche.
Toda la comida que se llevaba a bendecir a la iglesia (parroquia o capilla más cercana) se comía recién en el desayuno del día Domingo de Pascua. Se nos prohibía comer la noche del sábado, a pesar de que los aromas a carne asada y demás alimentos nos tentaba a no cumplir con el precepto.
Mis hermanos y yo nos levantábamos temprano junto con mis padres. Se servía la mesa de desayuno con todo ese manjar que para mí es inolvidable.
No existían ni el conejo ni los huevos de chocolate, al menos para nosotros, para mi familia y todas las familias del pueblo en el que vivía. Nadie hablaba de eso.
A mediodía mi padre preparaba un asado al horno y comíamos con ensalada y el pan bendecido. Si sobraba algo en el canasto se guardaba y se comía durante la semana. No se podía tirar ni una miga de lo que había sido bendecido.
Hoy día las costumbres son distintas cada uno podrá decir y contar su experiencia en la red social Facebook de Escritores y Letras, si lo desea. Cómo se celebra en su hogar por ejemplo.
Recuerdo algo que me llamó la atención y fue cuando años atrás, visitamos con una amiga un colegio de sacerdotes, que el sábado sirvieron en el almuerzo asado de cordero (Cordero Pascual). Entonces me di cuenta de las diferentes costumbres porque en casa, mi madre no nos dejaba comer carne desde la cena del jueves de noche hasta la del sábado. Recién comíamos carne el domingo. Nos pasábamos con vegetales, porque tampoco podíamos comer derivados de animales.
Hoy día el tema del no comer carne es tomado de forma distinta, tanto por la gente como por la iglesia misma.
La Pascua, que significa paso de la muerte a la vida, (de la esclavitud de pecado a la libertad), era lo que yo no entendía cuando era niña. En una de las homilías de una iglesia católica el sacerdote dijo: Pascua significa el paso de la muerte a la vida y yo no entendía por qué lo decía así, que se moría al pecado y se pasaba a una vida nueva. ¿Cómo moríamos si estábamos todos vivos? Hoy entiendo lo de esa muerte a la que se refería el sacerdote, que hay que arrepentirse de las cosas malas que uno pudo haber hecho durante el año y comenzar una vida nueva, es decir morir o dejar morir dentro de uno mismo lo que pudo haber sido malo, arrepintiéndose de ello y abocarse a cambiar por una mejor forma de vivir, en armonía y en paz.Malania
UVAS MÁGICAS
Agobiado por tanta luz
prefirió volver.
Se quedó tranquilo
sentado en el umbral
de un patio sombreado y vacío.
Nadie sabía si le había ido bien
o le ha tocado algún fracaso.
Nadie sabía a lo que aspiraba
si quería continuar sus estudios
o buscaba trabajo.
Decía que todo estaba bien
a pesar de la oscuridad de la vida.
Y tenía esperanzas de no más
ennegrecer sus días.
De pronto se vio maravillado
rodeado de naturaleza pura
cuando su padre lo envió
a vivir con su padrino
al sur de un pueblo mendocino.
Desde allá escribió:
Madre, soy feliz.
Los racimos de uva
son como guirnaldas
de luces encendidas
que dan brillo a mi vida.Malania
Imagen propia.
UN HOMBRE SIN ESPERANZAS
Abandonados los sueños, acepta que el mundo es un paraje sombrío y se hace amigo de la desesperanza.
Su mayor deseo es viajar al infinito en una nave espacial y quedarse a vivir en un mundo desconocido por él, hoy.
Aunque en su paseo por el bosque percibe que los extremos de lo que puede ser inmensamente grande o de lo inconcebiblemente pequeño versan sobre el mismo concepto. Puede internarse en la frondosidad de la naturaleza, al salir el sol y regresar al ocaso, con una pequeña mochila donde lleva solo lo necesario para no pasar hambre y sed.
Su secreto familiar ya no es misterio, es de mala suerte. La que debía haber sido su suegra era una mujer malvada llena de preconceptos sobre los jóvenes hijos de pobres. Espantaba con su mirada a quienes se acercaban a su hija, que para ella era una doncella. Si no hubiera tenido un jardinero que cuidara las flores, estarían todas mustias o directamente no se abrirían los pimpollos para no verla.
Cuando era joven, muy joven, fue atraído por la belleza de una bailarina, y a pesar de la oposición de su madre, se casó con ella.
Después de haber tenido varios hijos, estando estos ya grandes, se separó de su mujer y se fue a vivir a otro país.
Con el pasar de los años, y luego de una gran decepción, decidió regresar al lugar de origen.
Cuando más solo está, se pregunta ¿cuál es el sentido de la vida? La soledad lo deja vacío y por las noches moja la almohada con sus lágrimas.
Cuando no tiene trabajo, las horas se le hacen eternas.
No quiere relacionarse sentimentalmente con ninguna mujer, por las decepciones que ha tenido. Ya no confía en ellas.
Pero asegura que le gustan las mujeres rusas, aunque no conoce personalmente a ninguna. Habría que preguntarle cuál es el motivo de su preferencia. Quizás porque a las rusas les gusta comer ajo, mucho ajo y también gustan de las comidas picantes, y en eso coinciden.
No cree en Dios porque asegura que nunca ha hecho ningún daño a nadie y él sí ha sufrido mucho en el camino de la vida, considerando que esa falta de equidad no es justa.
De mi parte quiero agregar, que sí creo en Dios, y no podemos echarle la culpa de nuestros fracasos y de nuestros sinsabores.
Recuerda a Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Y “tú eres el forjador de tu propio destino”.Malania
Imagen: C. J. V.
LA IMPORTANCIA DEL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS INTESTINOS
Siempre he sido delgada, con mis 64 kilogramos de acuerdo a mi estatura, es así, el peso es normal. Durante el camino de la vida he tenido sinsabores a causa de enfermedades de familiares directos, a los que he tenido que acompañar por muchos días en hospitales, clínicas y sanatorios. Muchas veces tuve que enfrentarme al personal de salud por diversos motivos que no pasaré a contar porque no viene al caso. Lo importante es que de todas esas experiencias he pasado días enteros con mucho estrés, pero no me daba cuenta de que no estaba comiendo bien, lo hacía a cualquier hora del día, o a veces, ni comía. Sufría de migrañas, dolores en las piernas, ansiedad, etc.
A causa de esa vida con desorden alimentario y otros factores, me enfermé de hipertiroidismo y tuve que someterme a cirugía. Por suerte, y como siempre digo, “Gracias a Dios” el nódulo era benigno. Con el pasar del tiempo comencé a sentirme hinchada, todo lo que comía engrosaba mi abdomen, parecía embarazada. Pero por supuesto que a mi edad eso es imposible. Jubilada, sin muchos compromisos de horarios ni obligaciones laborales, ya no padezco estrés. Comenté con algunos amigos sobre mi problema, y ante algunas sugerencias de investigar el porqué de esa situación, he llegado a la conclusión de que mi problema está en los intestinos. Es probable que tenga intestino permeable.
A sugerencia de un amigo. R. E. Ch., vi un video en YouTube que trata sobre el tema y fue así que aumentó mi interés hasta adquirir el libro “Resetea tus intestinos” del Doctor Facundo Pereyra.
Voy a compartir algunos párrafos del libro, ya que sería muy egoísta de mi parte quedarme con tan valiosa información.“Con el tiempo me fui convenciendo de algo muy real: muchos de los problemas crónicos de salud se relacionan con algún grado de mal funcionamiento del intestino y de la comunidad de microorganismos que habitan dentro de este, más conocida como microbiota, lo escribió el autor del libro.
Reparar los intestinos y potenciar su funcionamiento constituye una herramienta novedosa y útil para aliviar muchas enfermedades crónicas.
Del mal funcionamiento de los intestinos pueden aparecer problemas digestivos varios, colon irritable, gastritis, problemas de la piel, dolencias osteomusculares, cefaleas, fatiga, estrés, ansiedad, depresión, como así también enfermedades autoinmunes, fibromialgia entre otras.
El secreto es poner a descansar al aparato digestivo a través de una correcta alimentación. Puede haber algo funcionando mal en el intestino que afecta al resto del cuerpo. También los afectados por problemas intestinales pueden manifestar síntomas asociados como cefaleas, edemas, hormigueos, fatigas, alergias o artralgias.
El autor del libro dice: “después de mucho investigar encontré algo interesante, la medicina funcional y el naturismo describían el síndrome de intestino permeable” y continúa:
Según esta teoría en personas genéticamente predispuestas el intestino podría ser afectado por el estrés, cambios hormonales, alimentos (gluten, lácteos etcétera) o ciertos medicamentos y en consecuencia aumentar su permeabilidad e incrementar el tráfico de toxinas desde la luz hacia la sangre, irritando en forma continua a las células de defensa (sistema inmunológico).
Muchos deambulamos de médico en médico con síntomas digestivos padeciendo también muchos otros extradigestivos sin encontrar una solución a su problema.
Hipócrates célebre médico griego del año 460 antes de Cristo, considerado el padre de la medicina occidental, sostenía que las enfermedades empezaban en los intestinos.
Su enfoque terapéutico se basaba en el poder curativo de la naturaleza porque según su teoría el cuerpo contiene la forma natural de curarse.
La medicina funcional creada por el doctor Jeffrey Bland, allá por 1960 considerada por algunos como la medicina del futuro, apunta a buscar la raíz de los problemas antes de usar medicamentos.
Considera al individuo en su totalidad: interacción cuerpo, mente y espíritu para un complejo abordaje parte de la premisa de que el origen de los problemas crónicos de salud en su mayoría responde a patrones alimentarios inadecuados y al estrés.
“El síndrome de intestino permeable” trata de la invasión permanente de sustancias que irritan crónicamente las paredes del tubo digestivo y enferman al sistema inmunológico.
Los síntomas de intolerancia al gluten no celiaca no son exclusivos del gluten, se deben, en realidad, al mal funcionamiento del intestino, secundario a los distintos factores que al igual que el gluten, afectarían la permeabilidad intestinal.
El revestimiento del intestino está formado por millones de células. Estas células se unen para crear una barrera hermética que actúa como un sistema de seguridad y decide qué se absorbe en el torrente sanguíneo y qué se queda fuera.
Sin embargo en un intestino enfermo el revestimiento puede debilitarse por lo que se desarrollan agujeros en la barrera. Como resultado, las toxinas y las bacterias pueden filtrarse al cuerpo, lo cual puede desencadenar inflamación y causar una reacción en cadena de problemas.
El intestino representa el órgano principal de nuestro sistema inmunológico ya que el 70% de las células de nuestra defensa vive en sus paredes. Por eso cuando anda mal el intestino anda mal nuestro sistema de defensas.
Siempre supimos que cualquier emoción del cerebro puede afectar nuestros intestinos. Pero ahora, gracias a las últimas investigaciones científicas, sabemos que el asunto es bidireccional: los problemas en el intestino pueden afectar a nuestras emociones y también pueden causar ansiedad y depresión en algunas personas.
Al conjunto de los microorganismos que viven dentro de nuestro intestino se lo denomina microbiota.
Trillones de microorganismos viven en la cavidad o luz del aparato digestivo: hongos, bacterias, virus y parásitos conviven y colaboran con nuestra salud en varios aspectos.
La microbiota funciona como una fábrica de químicos necesarios para nuestro cuerpo, porque sencillamente no podríamos vivir sin ellos. Cada “bichito” es una pequeña usina que produce miles de sustancias a partir de la fibra que nosotros ingerimos. Si bien aún la mayoría de esas sustancias no son reconocidas por la ciencia, se reconocen algunos metabolitos saludables de nuestra microbiota.
La clave para que la microbiota se considere saludable es la variedad. Deben existir al menos 700 especies de microorganismos para que nuestra microbiota funcione adecuadamente fabricando los químicos que necesitamos.
El intestino es nuestro primer órgano de defensa”.
A todo esto debo agregar que cuando todavía estaba en actividad, sufrí un episodio por el que tuve que visitar a mi médico de cabecera, el que me derivó en forma urgente a un especialista en aparato digestivo. No podía comer porque todo devolvía. Tenía vómitos, cólicos muy dolorosos y fiebre. Realizados los estudios pertinentes en un centro especializado se llegó a determinar que había úlcera estomacal. El médico actuante me indicó dieta estricta, por supuesto que también tuve que soportar dos o tres ampollas inyectables para superar el malestar de ese momento. Luego de ese tiempo, concurrí nuevamente al consultorio médico. Me ordenó los mismos estudios que había hecho días atrás, y no por casualidad se demostró que la úlcera había desaparecido. La dieta de comidas saludables, guiada por una nutricionista, fue importante y todavía lo es. No la he abandonado.
Pero como dije al principio, mi problema hoy son los intestinos. Nada me duele, simplemente me noto hinchada después de comer. ¿Debo cambiar de dieta? Seguramente que la respuesta es SÍ.
Este libro me abrió la mente y lo leo con gran alegría, porque creo que he encontrado el motivo de mi malestar y veo que hay un camino por el que debo seguir para lograr mi bienestar general.Malania Nashki.
Imagen de la red.
EL COYUYO Y LA CIGARRA
Otra historia sobre el coyuyo y la cigarra:
En el inicio de la vida en el universo, la primera creación femenina: Mammitu/Nammu, nuestra madre universal (conocida como ISIS en Egipto, o NINKHARSHAG en Sumeria, o simplemente como “Meri” por otros pueblos), había obtenido el permiso de la Fuente de Vida Universal, para crear el Jardín de sus sueños. Le entregaron un lejano planeta vacío en la periferia de la galaxia, casi nuevo, desconocido aún. Le fue entregado el planeta Tierra.
Allí ella creó las montañas, los ríos, los mares, la nieve y las nubes. Al verlo vacío y de colores tan simples, desarrolló la flora, llenando la superficie del mundo de infinitos colores. Quería más, y creó los peces y animales acuáticos en mares y ríos, insectos y todo tipo de animales sobre la tierra, esperando coronar la creación con algo especial, que había aparecido en sus sueños: Un animal que sería su legado, y llevaría un regalo de los dioses: un ALMA propia.
Al crear aquel ser elegido, y en su felicidad de lo hecho, le dio atributos especiales, como reinar y alimentarse de lo que desease de toda su creación anterior, descubriendo, y aprovechando todo aquel mundo. Era el ser humano recién creado, era su legado al universo.
Al darse cuenta de que esa creación de sus sueños no sabía alimentarse, pensó en ayudarle a elegir, y a encontrar los tiempos y los momentos en que los frutos estuviesen maduros y fuesen comestibles.
Para ordenar su Jardín, desarrolló nueva vida. Abejas que provean la dulce miel, frutas perfumadas que atraigan por sus deliciosos olores, granos que lo alimenten, y cascadas en los ríos para atrapar peces con facilidad. Todo para comer. Pero sentía que algo faltaba. Algo que diese la alerta de la inminente madurez de los frutos.
Dándose cuenta, creó un ser que indicase a los hombres los tiempos de cosecha, para alimentarse de las bondades de la naturaleza, y vivir mejor. Y así, creó a los COYUYOS y CIGARRAS. Los creó con un cantar único, que todos entenderían, y en todos los colores, para demostrar la diversidad de la creación. Por eso encontrarán coyuyos verdes, grises, marrones, amarillos, hasta rojos. Pero todos cantarán la misma melodía.
Desde ese momento, cada vez que un coyuyo canta, el hombre cree que el canto del coyuyo hará madurar las vainas del algarrobo, las sandías del campo, los mistoles y chañares del monte, las tunas de entre las pencas, y todo lo que lo rodea para alimentarse. Reconoce la señal de la madre universal, que le permite sobrevivir y reproducirse.
También reconoce que aquel animal sagrado que fue generado para ayudarle, canta por amor a la vida. Con el tiempo, el hombre aprendió cómo funciona la vida y el universo y -en su alegría- le dedicó al silbador de la vida y madurador de los campos, su amor y devoción en sus propias canciones.
Por eso también el hombre le canta al coyuyo, y está bien que así sea.Texto de R. E. Ch.
Imagen de la red.VESTIDO EN BERMELLÓN
En “El Plumier de Nenuse” escribió:
“Y el cielo enrojeció de ira
lloraron las nubes,
y los mirlos se escondieron”.Ante imponente imagen,
que refleja la expresión de la naturaleza
en su pleno esplendor,
Elsa escribió:“El cielo se vistió de fiesta
con colores centelleantes
y matices alegres cual cometa.
Para recibir la noche de gala
se cubrió con bermellón
y un cinturón violeta”.Malania
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