TESTIGO DE LOS SECRETOS
El sol fulguraba orgulloso
al otro lado del planeta
bronceando pieles de veraneantes
provistos de ropas ligeras.
Ciento ochenta grados
eran suficientes para volar
y encontrar otro paisaje natural.
Al norte se agazapaba una arboleda
de otoñales hojas y flores marchitadas
por heladas invernales
y el pasto sobrevivía a la sequía.
Caprichoso el tiempo navegaba
por el inmenso mar del designio.
Despierto él
debatiéndose con un permanente insomnio
sin conseguir el placentero sueño.
Despierta ella
aspirando el aroma de la noche
aroma de la soledad
de los interrogantes y de los espacios vacíos.
Solo el olor del ayer los regocijaba
con sus entrañables recuerdos.
mientras la insolente luna llena
por los ventanales se filtraba
única testigo de los secretos
de esos inmersos espacios vacíos.
Malania
Imagen propia