Poemas

EL SILENCIO Y LA LUZ

El silencio, a veces bálsamo,
cura heridas que no saben nombrarse;
otras veces se vuelve abismo,
cueva del miedo donde se extravía la esperanza.
Allí, el tiempo no tiene rostro,
y el espacio es un túnel sin salida.
Quisiera gritar, pedir auxilio,
pero ni el viento se detiene a escucharme.
He habitado tantas veces esa sombra,
atada a palabras que nunca florecieron,
buscando puertas invisibles
para escapar en un breve instante.
La canción del viento no tiene frío,
la noche, esclava de su propia oscuridad,
y mi cuerpo, entre asteriscos de sol,
se refugia bajo un árbol frondoso.
Perdida en el mundo, temía herir
con mi mirada frágil
los pétalos de rosa,
los copos del sur,
el primer rayo del alba.
Y mientras tanto, otros corazones se encontraban:
se enamoraban bajo fuegos artificiales,
y sin pestañear,
se decían todo con los ojos.

Malania

Imagen: de la red

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