
PARTICULAR ORDEÑE
Era pequeña, quizás 5 o 6 años de edad. Mi madre y a veces mi padre también, me llevaban al campo, al corral, donde nos esperaban las cuatro o cinco vacas para ser ordeñadas. Muchos días fueron los que con paciencia me enseñaban a hacerlo pero nunca pude aprender. Quizás mis pequeñas manos no tenían fuerza suficiente para apretar las ubres o tal vez el animal reconocía que no era yo la que tenía que hacer la extracción de leche. Lo cierto es que en casa nunca faltó leche fresca recién ordeñada, como tampoco la preciada ricota y crema. Me gustaba comer con varenekis (algo así como empanaditas hervidas en agua y sal), o también llamados peroguis o perojé (en ucraniano) que mi madre y mi hermana mayor los preparaban sobre todo los días domingos. A mí no me pedían ayuda porque decían que los míos se abrían en el agua y perdían el relleno.
Al lado del corral había un árbol muy grande llamado “tala”, que daba frutas muy pequeñas pero muy ricas de color verde. Y también una de cactus, de las que podía comer sus frutos solamente si mi madre o mi padre los sacaba y ponía en condiciones para el consumo (sacarles todas las espinas, lavarlos y con el control correspondiente, podía comerlo)
Nunca me sentí cansada de caminar la distancia de aproximadamente tres kilómetros, en días de primavera o verano, muy temprano al clarear el día y antes que salga el sol. El objetivo era más que atrapante.
Son recuerdos imposibles de olvidar.
Mi amigo Patricio con su escrito: A LA LATA AL LATERO y la imagen con la que ilustró en su blog “Algo más que palabras”, me trajo a la mente esta historia real de mi infancia. Se lo agradezco porque con sus post siempre hace reflexionar.
Malania
Imagen de la red.

SUEÑOS
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2 Comentarios
Anónimo
Hermoso Relato Elsa, tan cargado de recuerdos que nos traen el aroma de la niñez. Un Abrazo
Malania Nashki
Muchas gracias querido amigo Patricio.
Así es, hay recuerdos que son imposibles de olvidar, pero además de eso, nos traen a la mente sensaciones de amor y ternura de la infancia.
Gracias por leer, comentar y también por estar.
Un gran abrazo.